El presidente del Partido Popular catalán y diputado en el Parlamento, Alejandro Fernández, aviva la guerra dentro de la formación que estalló en los meses previos a las elecciones del 12-M. El tarraconense carga contra Génova y su «estrategia suicida» en su primer libro, A Calzón Quitao, editado por La Esfera de Libros. En él, Fernández califica al PP español de «trituradora de líderes sin excepción«. «Desde que alguien asume la presidencia del PPC, se organiza un pinza para preparar su inminente sustitución», describe. Cabe recordar que Fernández fue la víctima de una amarga campaña contra la estrategia de los conservadores en Cataluña liderada por el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo. El liderazgo español de los populares apartó al presidente catalán de muchas de sus intervenciones públicas en el país desde finales de 2023, y no ocultó su «insatisfacción» por el trabajo de los tres diputados que entonces representaban al partido de la gaviota en la Ciudadela.

Las críticas de Fernández, sin embargo, no se han dirigido exclusivamente hacia Feijóo. En el libro asegura que «todas las direcciones» populares han llevado a cabo una estrategia de «tutelas y bandazos» contra el liderazgo catalán. «La dirección nacional lo impone todo: candidaturas, mensajes, proyectos. Si sale bien, es gracias a su genialidad. Si no, es culpa del tutelado», arremete. Un proceso que el tarraconense conoce bien, ya que Génova lo aplicó contra él antes de las últimas elecciones. Acusa la sede madrileña, además, de ignorar las preferencias de la militancia. «Da igual lo que hayan votado las bases del partido en Cataluña», lamenta, porque es la dirección estatal la que «sopesa nombres de una persona para sustituir al presidente» -él mismo, en este caso-. Se trata, a su parecer, de una «estrategia suicida» que elimina todas las posibilidades de la formación españolista en el Principado.

Se trata de un «atropello» de la voluntad de los populares catalanes que Fernández sitúa en el fondo de la salida de todos sus predecesores. La «defenestración política» de líderes catalanes se ha cobrado las cabezas, recuerda, de Alejo Vidal Quadras -ahora en Vox- o Josep Piqué. No es, además, exclusiva de Cataluña, ya que también ha servido para retirar a «compañeros del País Vasco», como en los casos del exministro de Sanidad Alfonso Alonso o Borja Sémper. De hecho, en ambos casos, órganos dentro del mismo partido solo tienen sentido como «mayordomos de Madrid». «Me niego a asumir este escenario, no lo aceptaré nunca», arremete Fernández, lo que agrava el conflicto con la dirección estatal.

Alejandro Fernández en el debate de política general en el Parlamento de Cataluña, 09-10-2024 / Mireia Comas
Alejandro Fernández en el debate de política general en el Parlamento de Cataluña, 09-10-2024 / Mireia Comas

La «nostalgia» del Majestic

Los reproches de Fernández a Génova también aplican a su política de pactos. A ojos del dirigente catalán, el PP español conserva una «nostalgia» del pacto del Majestic, el acuerdo entre José Maria Aznar y Jordi Pujol que aseguró los votos favorables de CiU a la investidura en 1996. Según afirma en el libro, Feijóo conserva la esperanza de llegar a pactos con el espacio que representa Junts per Catalunya. De hecho, después de las elecciones al Congreso de los Diputados del 23-J, el presidente del PP catalán recuerda «semanas tremendamente duras» por las presiones de la dirección para buscar un acuerdo con el presidente en el exilio, Carles Puigdemont. La oposición al pacto con Junts «casi le cuesta el cargo», asegura. En este sentido, rechaza que los populares «cambien para seducir a Junts», a quienes acusa de mostrar una «mayor radicalidad» para contrarrestar el auge de la extrema derecha. «La presión de Aliança Catalana los empuja, como se ha demostrado», defiende.

Guerra contra la «confederación plurinacional»

Lejos de buscar espacios comunes con Junts, Fernández aboga por un PP mucho más agresivo en temas nacionales y culturales, tanto en Cataluña como en el País Vasco. Defiende constituir en el Principado un «proyecto político de combate», que atienda a las especificidades de cada uno de los territorios. «Es necesario que las sociedades catalana y vasca respeten a los líderes y no consideren que el PP es un partido tutelado en función de la coyuntura política», reclama el dirigente. Con todo, considera que A Calzón Quitao es un ejercicio propositivo para los populares, hecho «desde la buena fe» para mejorar la situación del partido. «Que nadie vea rencor. La gente verá que no hay venganza», ha declarado.

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