El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha disparado el primer tiro de una 40ª Reunión del Cercle de Economía que se preveía pacífica. El primer encuentro de las élites barcelonesas con un triunvirato socialista en todas las escalas que les afectan –Jaume Collboni en el Ayuntamiento, Salvador Illa en la Generalitat y Pedro Sánchez en la Moncloa- ha sido un remanso político que ha tenido que esperar al conservador para reflejar la polarización que marca cada sesión de las diversas cámaras legislativas. En su introducción, el presidente del Cercle, Jaume Guardiola, ha sido abiertamente crítico con la «imposición de los extremos» que ha guiado la actividad política del PP, y su acérrima oposición a la nueva financiación catalana. Aun así, Feijóo ha evitado responder al empresariado -a quien ha elogiado como la «última representación del sentido común catalán»- y ha dedicado el conjunto de su intervención a atacar a Sánchez. «Cuando se gobierna a golpe de tuit, la política se convierte en un meme permanente«, ha lanzado el líder de la oposición española.
Feijóo ha centrado su ponencia en aprovechar los conflictos políticos que acechan al gobierno español para señalar a Sánchez y, a su vez, presentarse como alternativa presidenciable. El líder conservador ha acusado al ejecutivo de «arrastrar a España a la legislatura más inútil de su historia democrática«, en referencia a las múltiples derrotas que ha sufrido el ejecutivo en el Congreso de los Diputados. «No hay presupuestos, no hay proyecto de futuro», ha criticado, entre reproches contra una acción de gobierno que califica de «desgobernanza». En este sentido, ha atacado el «triunfalismo» del Consejo de Ministros, apuntando concretamente a los ministerios de Economía, que dirige Carlos Cuerpo, y de Transportes, bajo el mandato de Óscar Puente. El discurso se ha centrado en apuntar contra la Moncloa por «retorcer» los datos económicos, así como su lectura de diversos servicios. «El caos del tren es una forma de gobernar», razona Feijóo; quien ha pedido cabezas dentro de la gestión de infraestructuras a raíz de las recientes crisis de movilidad. «En cualquier país europeo, hoy alguien habría dimitido«; ha sostenido.
También ha exigido responsabilidades a raíz del‘apagón general del pasado lunes. Según Feijóo, la crisis eléctrica, que mantuvo al Estado a oscuras durante una multitud de horas hace una semana, es «un ejemplo claro de los males del gobierno». «No había previsión ni plan de contingencia, con la desconfianza que esto genera en los ciudadanos, los países de nuestro entorno y los inversores», acusa. Ha aprovechado este argumento para sumarse a la campaña pronuclear, que ya han protagonizado las principales patronales del Estado español, así como algunas asociaciones catalanas. Así, ha reclamado alargar la vida de las centrales, contra el criterio de los expertos en la red eléctrica, que han apuntado en la última semana que «el sistema será bueno si no es nuclear». La basada en las centrales, asegura Feijóo, es la transición energética «realista, factible, donde la tecnología estará por encima de la ideología»; implicando que el actual enfoque en las renovables es una solución política sin fundamento técnico.

También ha atacado el programa económico del gobierno, así como las lecturas que hacen los ministros del ramo del desarrollo español. Sin ir más lejos, ha sido muy crítico con Sánchez por la celebración de los datos de paro del mes de abril, publicados este mismo martes. «Hemos tenido el peor crecimiento en abril desde 2014, y el peor primer trimestre de 2013», ha añadido Feijóo; en paralelo a un apreciado estancamiento del conjunto de la actividad. «Somos el país 14 de 27 en crecimiento», ha continuado la ofensiva. Ante este «relato», lamenta el «conformismo de ciudadanos y empresas», que lee como aliadas de los gobiernos socialistas. «No deberían ser cómplices del ejecutivo. Creen que sacan beneficios de administraciones débiles, pero no es bueno para ellas», ha lanzado.
Contra la consulta a los empresarios
Ante la plana mayor del Banc Sabadell y de los representantes del mundo empresarial catalán, Feijóo ha roto el consenso marcado en la Reunión del Cercle contra la OPA al Banc Sabadell. Ha dirigido sus ataques contra Sánchez por la consulta pública que anunció en su intervención en las jornadas el pasado lunes. Preguntar su opinión a los empresarios -ignorados, cabe recordar, por la CNMC- es, a su parecer, «una frivolidad innecesaria» que sienta un «precedente» para próximas operaciones empresariales. Incluso ha llegado a alertar de posibles consecuencias legales en caso de que las conversaciones con el tejido de negocio acaben afectando la decisión de Moncloa en su fase 3.
Si el posicionamiento de los empresarios fundamenta una decisión que se aleje de la que tomó la CNMC, añade, «la acusación de arbitrariedad surgirá inmediatamente, con las «posibles implicaciones patrimoniales para el Estado» de una herramienta como esta. «¿En qué ley está prevista la consulta? ¿Es vinculante? ¿Qué opina el Banco de España?», ha cuestionado. Aun así, ha reclamado a Sánchez y a Cuerpo que «se pronuncien» abiertamente sobre sus consideraciones respecto de la OPA, sin una consulta que considera un «subterfugio».

«Romper el modelo de financiación»
El presidente del Cercle de Economía ha buscado el choque con Feijóo por la posición del PP respecto a la reforma de la financiación autonómica. El club de la burguesía barcelonesa, cabe recordar, ha propuesto un modelo complementario con la financiación singular que aún no han comenzado a negociar la Generalitat y el gobierno español. En este sentido, Guardiola ha criticado veladamente la postura refractaria de los conservadores españoles al cambio de modelo económico. «¿Hay que reformar el modelo? Sí. ¿Hay que romperlo? No», ha respondido el líder de la oposición. Presionado para dar detalles del «rompimiento» de la estructura fiscal territorial, se ha limitado a atribuirlo a los «intereses del presidente». «Cuando cambiamos el sistema de acuerdo con los intereses de quien lo está manteniendo en la Moncloa, sin preguntar a los otros 14 actores, entonces se rompe el modelo», ha sentenciado.
A parecer del presidente del PP, el sistema impositivo español se debe renovar, si bien cualquier medida se debe tomar con la participación del conjunto de los ejecutivos territoriales. De hecho, ha negado cualquier agravio hacia Cataluña. «En aportación per cápita, Cataluña está en la media»; ha remarcado Feijóo, respondiendo que «las comunidades peor financiadas son Murcia y la Comunidad Valenciana». El agujero en recursos públicos que sufre el Principado, considera, proviene de la elevada presión fiscal sobre las rentas altas. En este sentido, se ha comprometido a derogar el impuesto de patrimonio, así como los diversos gravámenes y controles que se aplican sobre los propietarios de vivienda. «Hay que reducir ineficiencias en el sistema», declara Feijóo; antes que otorgar al Principado una estructura fiscal propia.