Las portadas estos días hablan de Carles Puigdemont, después de la maniobra que le ha permitido dirigirse a miles de militantes independentistas en el centro de Barcelona sin ser detenido. Una operación que ha deslucido la investidura de Salvador Illa como 133.º presidente de la Generalitat. El socialista ha mantenido perfil bajo, mostrándose como una figura institucional y alargando la mano a todos los grupos menos a la extrema derecha. Más allá de sus intervenciones en el Parlamento catalán, Illa no ha hecho prácticamente ninguna declaración y apenas se ha dejado ver un golpe en el Palau de la Generalitat en el primer traspaso de carpetas con su antecesor, el republicano Pere Aragonès. El líder del PSC va haciendo, entre bambalinas, y este sábado a las 12 horas tomará posición del cargo cuando el presidente del Parlamento, Josep Rull, lea el real decreto de nombramiento, Aragonés le ponga la medalla de la institución y el mismo Illa jure o prometa el cargo.
Más de una década después, en que el PSC ha vivido a rebufo del independentismo, los socialistas vuelven al Palau de la Generalitat. No sin suspenso, después de que su pacto con ERC se haya hecho esperar –el reloj de la repetición electoral se ha llegado a activar– y haya desencadenado una crisis dentro del partido republicano que por bien poco no tumba el preacuerdo con los socialistas. Los votos que restan han llegado de los Comunes, que han pactado –así lo dicen– la «legislatura de la vivienda» y dicen haber parado el Hard Rock –línea roja del PSC para aprobar los presupuestos de hace dos años–. Que la toma de poseción de Illa es un día grande para los socialistas, lo demuestra la caravana de ministros que hacen escala hoy en Barcelona. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y los ministros Félix Bolaños, Jordi Hereu, Ernest Urtasun y Diana Morant han confirmado su presencia en el acto.

Primero traspaso de carpetas
Salvador Illa llegará al cargo a sabiendas de cómo está la economía de la primera institución del país, uno de los temas principales que han tratado Illa y Aragonès en el intercambio de carpetas de este viernes. Los dos presidentes también se han puesto al día de cómo están las relaciones entre la Generalitat y el Estado, de los principales retos que tiene Cataluña en el ámbito de la seguridad y de las relaciones con Unión Europea. Este último aspecto, todavía más determinante después de que el acuerdo entre ambos partidos contemple la defensa de las embajadas catalanas al extranjero.
El encuentro, enmarcada en un ambiente más que cordial, supone un nuevo capítulo del cambio de relaciones entre ERC y el PSC. El presidente saliente, Pere Aragonès, ha remarcado que el encuentro –a puerta cerrada– es un acto de defensa de la institución y que ERC hará «un buen traspaso» para que el ejecutivo Illa pueda arrancar con las mejores garantías.

Primeros nombres del Gobierno de Illa
Illa tomará posesión del cargo este sábado, pero tendremos que esperar hasta la semana próxima por saber las personas que formarán su ejecutivo. Por ahora ha confirmado el nombre de la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet y portavoz del PSC, Nuria Parlon, como consejera de Interior. El mismo Illa aseguró, en el debate electoral de TV3, que ocuparía el cargo si él era presidente. Illa también dijo que Josep Lluís Trapero sería el nuevo jefe de los Mossos d’Esquadra.
El otro nombre destacado que ha salido a la luz es el de Albert Dalmau, hasta ahora gerente del Ayuntamiento de Barcelona durante el mandato de Jaume Collboni. Tal como avanzó
Gobierno monocolor
Todos los pronósticos apuntan que Salvador Illa se rodeará de figuras socialistas, rompiendo con la dinámica que impuso Pere Aragonès de acoger en su ejecutivo figuras otros ramos políticos, desde exsocialistas hasta convergentes o perfiles próximos a los Comunes. Algunas informaciones no descartan que aparezca algún nombre próximo al soberanismo, pero nada que distorsione la imagen de un gobierno muy del PSC. Illa empezará la legislatura solo, sin incorporar ERC o los Comunes al gobierno. Ahora bien, ninguno de los dos partidos que le han apoyado ha cerrado la puerta a entrar en otro momento de la legislatura.
Illa consigue llegar a la Generalitat después de un primer intento frustrado hace cuatro años. El socialista dejó el ministerio de Sanidad en plena pandemia para ganar las elecciones, pero la mayoría independentista del Parlament impidió que accediera a la presidencia. Cuatro años después, y con el independentismo más fracturado que nunca, empieza la era de Salvador Illa, el primer presidente no independentista en muchos años y el primero perico que dirigirá Cataluña.