El Partido Popular (PP) ha multiplicado casi por cinco los tres diputados que tenía en la última legislatura para llegar a los 15, se sitúan por delante Vox, ven como el independentismo pierde la mayoría absoluta y obtienen representación en las cuatro demarcaciones, incluso allá donde parecía no hace tanto una utopía. Y es la formación que más crece. Felicidad casi absoluta con casi el cien por cien escrutado. La jefa de campaña, Dolors Montserrat, ha afirmado que «el PP ha vuelto. Somos el partido de referencia, el de la gente sensata, el que cree en la convivencia de la gente que se siente catalana, española y europea. Crecemos en votos y en escaños. Es el primer día de lo que tiene que venir. Ha cerrado su intervención con contundencia: «Vigilaremos que la ley se cumpla. Ningún voto nuestro hará presidente un independentista».
Los populares llegaban al final de curso con los deberes hechos y una campaña donde la ilusión y la alegría han sido la nota dominante. Y los mejores augurios se han cumplido. Suspender no entraba en los planes y habría sido una auténtica sorpresa. En una campaña donde han puesto toda la carne en el asador, con ocho visitas del presidente del partido, Alberto Nuñez Feijóo, una omnipresente Dolors Montserrat, candidata de la formación azul a las elecciones europeas, los dos alcaldes más mediáticos, Xavier García Albiol de Badalona y Manu Reyes de Catellbisbal, y auténticos popes como los presidentes de Andalucía, Juanna Moreno, y de Castilla y León, Alberto Fernández Mañueco. Y una mención especial a la gran estrella, la madrileña Isabel Díaz Ayuso.
El PP se ha comido Cs, una de sus pretensiones, a pesar de que parece que ha rascado poco de Vox y del PSC más españolista, a los que los últimos días de campaña había hecho una Opa hostil a pesar de las buenas palabras. Los de Carlos Carrizosa han desaparecido del mapa.
Estos eran los principales objetivos de los populares
El Partido Popular de Catalunya afrontaba las elecciones al Parlamento de este 12 de mayo con un cuádruplo objetivo: multiplicar los 3 diputados que tenían, quedar por encima del Vox de Ignacio Garriga, disponer de peso suficiente para ser decisivo en la conformación del Govern y de la elección del presidente de la Generalitat, y disponer de representación en las cuatro demarcaciones. Se podría añadir un quinto más general, que el independentismo sumara menos de 68 y no llegara a la mayoría absoluta. Todas las encuestas de los últimos días de campaña iban en la dirección de lo que buscaban los populares. Y el margen de diputados que se les daba se situaba entre los 11 y los 13, a pesar de que en los primeros días algunas prospecciones se los subían incluso a 15. Si los dirigentes populares y el candidato iniciaron la campaña con los pies en el suelo, a medida que avanzó aparecieron las caras sonrientes y la confianza en un resultado histórico, con el convencimiento, como remachó Alejandro Fernández, que «el PP ha vuelto» después de la travesía del desierto.
También el líder estatal y presidente del partido cambió el tono de los primeros momentos y se mostró convencido que si bien no se ganaría, se pondría la primera piedra para lograr lo que denominó «normalidad», que era lograr unos resultados que se acercaran a los que tienen en las comunidades autónomas del estado y dejado de ser una formación testimonial en Catalunya. El mismo discurso salió de otros popes populares como el alcalde de Badalona Xavier García Albiol. “Del socialismo y del nacionalismo se sale. No hay ningún maldición bíblica que condene a Catalunya a vivir eternamente un Procés que no acaba nunca y que solo lleva decadencia” repitió Alejandro Fernández en mítines y actas. En su llegada en el hotel Grand Marina de Barcelona en un cuarto y cinco del anochecer para seguir la noche electoral, acompañado de su mujer, ha dicho que tenía «buenas sensaciones». Por la mañana, después de votar, reclamaba una «altísima participación» y afirmaba que es el «momento de cambiar las cosas». Ha dejado su papeleta a las diez de la mañana en el colegio electoral instalado en el barrio de Sant Pere y Sant Pau, en Tarragona. Minutos más tarde, ha llegado la directora de campaña, Dolors Montserrat, que se ha mostrado «optimista». El hotel, en el muelle del puerto de Barcelona ha sido otra vez el lugar escogido por los populares, donde ya hicieron la presentación de Alejandro Fernández como candidato.

El sondeo de las ocho de TV3 dejaba al PP con todos los objetivos logrados. Se situaba como cuarta bastante en Cataluña con entre 9 y 12 escaños, seguidos de muy cerca por Vox, que conseguía entre 10 y 11 como máximo.
Con los primeros datos, el presidente del grupo municipal al Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, estaba bastante contento, y ha dejado un par de frases, que ahora se trata de reducir distancias y con el PSC y que «Vox no me preocupa. Es coyuntural. Acabará desapareciendo».