El gobierno español espera cerrar en pocos días un acuerdo con Junts per Catalunya para el traspaso a la Generalitat de las competencias en inmigración. Tras la advertencia del partido de Carles Puigdemont respecto al cumplimiento de los acuerdos, fuentes del ejecutivo aseguran que está «intensificando» el diálogo con la formación independentista.
A finales de noviembre, EL MÓN ya informó que las negociaciones habían tomado velocidad de crucero y que se esperaba llegar a un acuerdo antes de finales de año. En caso de concretarse, el traspaso de las competencias de inmigración podría ser «integral». La portavoz en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras reconoció hace unos días que las negociaciones son complejas porque incluyen a varios ministerios.
Marcar distancias con ERC
Con este acuerdo, los de Puigdemont buscan un golpe de efecto que avale su estrategia negociadora en Madrid y marcar distancias con ERC. Hasta ahora, los republicanos no han podido sacar el rédito que querrían de los pactos con los socialistas por el traspaso de Rodalies y por la nueva financiación singular.

El gobierno español también necesita el acuerdo
En una conversación informal con los periodistas este viernes, el presidente del gobierno español Pedro Sánchez ha destacado que las conversaciones requieren «discreción» y ha asegurado que cuando haya un acuerdo se explicará. Para el PSOE, el pacto también es importante, ya que puede allanar el camino para la aprobación de la senda de déficit y los presupuestos generales del Estado para el 2025, y puede ser también la antesala para que Sánchez pueda terminar agotando la legislatura. El PSOE es consciente de que el diálogo con Junts «no se puede eternizar».
Aparte de un acuerdo con Junts, el PSOE también trabaja para llegar a pactos con el resto de partidos que permitieron la investidura de Sánchez, incluido ERC, en lo que respecta a la senda de déficit. Sánchez ha subrayado que con los republicanos tienen un entendimiento sólido, pero ha recordado que está en medio de un proceso congresual. El 14 de diciembre, la militancia de ERC votará otra vez para elegir la nueva presidencia del partido, ya que en la primera vuelta Militancia Decidim, la candidatura de Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, no consiguió el 51% de los votos necesarios.