Primero discurso en el Parlamento nacido a raíz de las elecciones del 12 de mayo pasado. El encargado de pronunciarlo ha sido el presidente de la mesa de edad, Agustí Colomines, diputado por Junts per Catalunya e historiador, ha aprovechado su cargo temporal para cargar contra los defectos que, a parecer suyo, sufre la democracia española. En este sentido, ha remarcado que la democracia es «mucho más efímera» que no las dictaduras. Así mismo, ha defendido el derecho a decidir que protege la democracia y los derechos políticos de los ciudadanos y ha enfatizado con firmeza la crítica a las formaciones fascistas.
A primera hora de la tarde, el secretario general del Parlamento, ha dado por comenzada la legislatura con la constitución de la cámara catalana, donde a la tribuna de invitados, había toda la constelación de la política e instituciones de Cataluña. Colomines ha citado el jurista y filósofo Hans Kelsen para cargar las tintas contra uno de los pilares del poder dentro del Estado español. «Kelsen creía que solo los ciudadanos tienen legitimidad para hacer cambios en el orden jurídico, no los jueces y tribunales», ha afirmado. «En España se ha olvidado esta idea, donde los jueces tienen un protagonismo exagerado». En todo caso, Colomines ha querido subrayar la idea que Cataluña siempre ha sido un «enemigo interior» necesario para España citando la tesis del profesor de historia Antoni Simón expresada en el libro «La construcción del enemigo interior. Los catalanes en el pensamiento político español» (Editorial Asuntos, 2024).
Un recordatorio enmendado
Colomines ha saludado los expresidentes del Parlamento, antes de comenzar su parlamento, pero la secretaria de la Mesa de Edad, Mar Besses, de ERC le ha recordado la presdència de los expresidentes de la cámara, Carme Forcadell y Roger Torrent. La diputada de Vox, la otra secretaria de Júlia Calvet, ha hecho su brevísima intervención antes de los nombramientos de diputados en catalán. Calvet se ha opuesto a admitir los votos telemáticos de los diputados Carles Puigdemont i Lluís Puig.
En todo caso, Colominas ha defendido la democracia como el mejor sistema para normalizar los conflictos. «Una votación parlamentaria nunca es un golpe de estado», ha remachado. Siguiendo este hilo ha esgrimido Kelsen para avisar del peligro que «los jueces sí que pueden provocar golpes de estado judiciales». «Los jueces en lugar de limitarse a aplicar las leyes, adoptan un papel más activo», ha añadido. De aquí que haya defendido el voto telemático de los diputados al exilio y haya hecho memoria de la guerra sucia contra el catalanismo de las alcantarillas del Estado y el lawfare que hace años sufre el soberanismo.