El expresidente del Barça, Sandro Rosell ha ratificado esta mañana ante el juez la querella que interpuso como víctima de la Operación Cataluña. Un caso abierto a raíz de los audios publicados por El Món y por el reconocimiento del mismo comisario de inteligencia jubilado, José Manuel Villarejo, que habría maniobrado para imputar el expresidente del Barça en un caso de blanqueo de capitales que lo tuvo dos años en prisión preventiva y del que finalmente resultó absuelto.
En su comparecencia, acompañado de su abogado Pau Molins, en presencia del ministerio fiscal y del abogado de Villarejo, Antonio Cabrera, Rosell ha «aclarado» algunos de los puntos «técnicos» que le ha pedido el juez Hermenegildo Alfredo Barrera sobre el relato de los hechos. Ha «agradecido» al juez la «valentía» por haber tramitado la querella contra la trama de la Operación Cataluña y poder «limpiar el país de tramas político-policiales corruptas por interés de la misma justicia española». «Vaya hasta el fondo, caiga quién caiga», ha enfatizado el abogado del expresidente azulgrana sobre la petición que le ha hecho al juez.
Así mismo, fuentes jurídicas han asegurado que el juez le ha pedido sobre la intención de dirigir en un futuro la querella contra la senadora del PP Alícia Sánchez Camacho y la magistrada Carmen Lamela, así como contra los fiscales del caso Rosell, Antonio González Mota y Daniel Campo, todos juntos aforados en el Tribunal Supremo. Un hecho que la misma querella apuntaba según como evolucionara la instrucción del caso. Ahora, el juez tiene que decidir la fecha en que citará a declarar Villarejo, quién, en definitiva, puede aportar más material a la querella y puede acabar de cerrar flecos del relato fáctico. El ministerio fiscal, que avaló la admisión a trámite por competencia, no ha formulado ninguna pregunta.
«Una trama de la cual era inconsciente»
En la salida de los juzgados de plaza Castilla, el letrado Molins ha resaltado que Rosell estuvo dos años en prisión preventiva por unos hechos que fue absuelto a raíz de una «trama que tenía como objetivo la lucha contra el independentismo a través de las cloacas del Estado, de la que Rosell era absolutamente inconsciente». «Por lo tanto, Sandro Rosell, poco puede aportar sobre los hechos y de aquí que sea tan importando la declaración de Villlarejo», ha añadido. «Rosell siempre sospechó durante los dos años que estuvo en prisión que había algo más que una cuestión jurídica, pero hemos tardado más de seis años al averiguar la verdadera razón de una imputación irregular de la cual salió absuelto», ha razonado Molins.
En este contexto, el abogado ha defendido que a medida que se avance la investigación se pedirá la ampliación de la querella, sobre todo, para evitar cuestiones de competencia. «Aportamos muchos indicios y quedan incógnitas para resolver» ha recordado. «Es la primera querella de la Operación Cataluña que se ha admitido a trámite», ha insistido, aduciendo que hay cinco querellas más pendientes sobre el mismo caso. En concreto, la del CEO de la BPA, Joan Pau Miquel; la del ex consejero de Economía, Jaume Giró; la del empresario Carles Sumarroca o la del exjefe del Cuerpo Nacional de Policía en Cataluña, Narciso Ortega. Molins no ha descartado que todas se acumulen en un mismo procedimiento.
Formalmente, la primera querella admitida a trámite
Formalmente, la de Rosell es la primera querella sobre la Operación Cataluña, a pesar de que técnicamente ha habido procesos judiciales relacionados con las maniobras de la policía patriótica, como por ejemplo el caso del pendrive de los Pujol -con sentencia condenatoria al ex máximo mando uniformado del cuerpo nacional de policía, Eugenio Pino- o bien la pieza separada 27 de la macrocausa Tándem que investigaba las actividades de la agencia de detectives Método 3.
A pesar de que ahora haya esperando cinco querellas, no se descartan que se presenten más según como evolucione esta instrucción. En esta línea, muchos de los damnificados por la Operación Cataluña restan a la expectativa de la evolución de este proceso judicial para añadirse. Un hecho que podría convertir la querella en una nueva macrocausa.
