Una tesis que ha ido tomando forma con el paso del tiempo y la difusión de mucha información es la relación de la operación Cataluña y sus derivadas –como la trama andorrana– con el dispositivo del Estado para tapar los escándalos de la corona española en la etapa de Juan Carlos de Borbón, como el caso Botswana, sus comisiones o el enredo sentimental con Corinna Larsen, que fue denunciado por la aristócrata alemana a través de la vía judicial y con una declaración notarial.

De hecho, unos mensajes de WhatsApp cruzados entre el exdirector adjunto operativo del Cuerpo Nacional de Policía Eugenio Pino, único condenado por la operación Cataluña por el caso del pendrive de los Pujol, y el exsecretario de estado de seguridad, Francisco Martínez, del 6 de diciembre de 2019, en plena instrucción judicial de la causa de la operación Kitchen, ya reafirmaban esta teoría. Es decir, que el Estado quiso proteger al rey Juan Carlos con un operativo contra el Procés y paralelamente también contra el 15-M, el movimiento de la izquierda alternativa nacido en 2011 a raíz de la crisis que se arrastraba desde 2008.  

Una operativa de trabajo de la policía patriótica de Rajoy, que aprovechó un conjunto de operaciones para tapar los escándalos de la corona. Ahora, dos correos electrónicos de entre el 28 y el 30 de abril de 2015 consolidan esta teoría dando detalles de cómo se llevaron a cabo. Los mails consisten en una queja y un resumen de trabajos realizados firmado por el comisario de inteligencia ahora jubilado José Manuel Villarejo y la respuesta de Martínez, donde se ofrecerían claves de toda la información que pueden servir para aclarar muchos de los puntos oscuros de la operación Cataluña. Los dos correos, a los que ha tenido acceso El Món, se podrían incorporar a la comisión de investigación sobre la operación Cataluña en el Congreso de Diputados.

La parte final de la declaración notarial de Corinna Larsen/QS
La parte final declaración notarial de Corinna Larsen/QS

«Asunto: Andorra y otros»

El primer mail es de las cinco de la tarde y tres minutos del 28 de abril de 2015. Se envía desde la cuenta de correo del comisario Villarejo, y está firmado con las iniciales J.V y el asunto es «Andorra y otros». Villarejo se muestra enfadado. «Te he ido enviando las notas sobre Cataluña y Andorra antes que al CNI, porque después del N1 [en referencia al ministro del Interior de entonces, Jorge Fernández Díaz], eres la máxima autoridad en Interior», contextualiza solo al comenzar la comunicación. En este sentido, recuerda que ayudó a los «cecilios«, es decir, a los agentes del CNI, en «el asunto de [Abdul Rahman] Al Assir y el lío que tenía con RJC [rey Juan Carlos]». Un caso de un turbio negocio entre la corona y un traficante de armas que consta en la Audiencia Nacional y que El Món ya explicó.

Villarejo narra a Martínez que el CNI le ha encomendado que «lo deje todo» y se «concentre» en «recuperar historias» de Corinna Larsen que «serían muy comprometedoras para el Estado», aunque el comisario ve que son más comprometedoras para Juan Carlos de Borbón. Villarejo lamenta que le hayan encomendado este trabajo por la puerta de atrás, es decir, por un acuerdo entre el CNI y el Ministerio del Interior y que lo hagan ir como un «muñeco, como un cagarruta por una acequia». En esta línea, recuerda a Martínez el encuentro que mantuvieron en Marbella el agosto anterior, cuando le confesó que quería irse porque «estaba cansado» de Marcelino Martín Blas, entonces jefe de la Unidad de Asuntos Internos, de Ignacio Cosidó, director general de la policía, y de «todos los pelotas que ocultan su inutilidad» atacándolo porque los pone «en evidencia».

Los dos correos que señalarían cómo se gestaron las principales actividades de la policía patriótica contra el Procés y su tapadera para la corona española/QS
Los dos correos que señalarían cómo se gestaron las principales actividades de la policía patriótica contra el Procés y su tapadera para la corona española/QS

«Hablaría de Andorra, de Cataluña, del cocinero…»

El comisario insiste en que «nada ha cambiado». También lamenta haber cometido «el error» de haber confiado en Martínez y no jubilarse porque le había de encomendar trabajos que «según» el número dos de Interior «solo» podía hacer él. «Todo sigue igual» y rememora «el informe falso de Martín Blas relacionándolo con el Pequeño Nicolás». Es en este momento que Villarejo enfatiza que pidió el cese de Martín Blas y, en caso contrario, «hablaría del cocinero [en referencia a la operación Kitchen], de Cataluña, de Andorra y de todo lo que me habéis encargado».

Unos trabajos de los que subraya que aún no ha cobrado los gastos que le han generado. De hecho, aún muestra más malestar porque dice haberse «enterado de que el N1 [el ministro] había ido a pactar con Pujol» con la información que él consiguió y «se puso en el borrador, para que dejara el tema independentista». Es decir, reprocha a Martínez que el PP aprovechara la información conseguida para obligar a los Pujol a retirarse del proceso independentista. En el mismo sentido, el correo indica que «se siente engañado» porque Martínez le encargó una «nota» sobre la captura de pantalla de las cuentas de los Pujol para «encubrir» a Martín Blas y se filtraron las «datos bancarios de la BPA que han costado la ruina a los Cierco» [propietarios de la BPA y Banco Madrid]. De hecho, reprocha, tal como apuntan también sus agendas, que «el error era ir solo contra BPA cuando los movimientos fuertes de los independentistas eran en AndBank y otros».

Asimismo, carga contra la decisión de dejar estar a un informador porque era demasiado caro y que no se hiciera caso de José Luis Olivera, excabeza de la UDEF y director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), que se habría «negado a participar en la reunión donde se decidió la intervención» porque «todos los participantes en la jugada del FinCen» –el tesoro estadounidense que emitió la nota que justificaba la intervención de la BPA y Banco Madrid– acabarían con «dolores de cabeza». Siguiendo este hilo, también implica en el caso a Basilio, el nombre en clave del mando de la Guardia Civil que se ha llegado a jactar públicamente de la intervención bancaria.

Pino, mira de reojo a Jorge Fernández Díaz en un acto del ministerio del Interior/MdI
Pino, mira de reojo a Jorge Fernández Díaz en un acto del ministerio del Interior/MdI

Documentos, en un «lugar seguro»… y Rubalcaba, que nunca lo «abandonó»

En el mail, Villarejo alerta a Martínez que ya ha avisado al CNI que tiene «guardado en un lugar seguro todo el material sobre Cataluña, Andorra, el cocinero y los temas» que le han ido encargando. «Para el día que tenga que demostrar que los hice bajo vuestras órdenes, y ahora porque el pelacanyas del CNI os tiene acobardados me dejáis tirado», amenaza y se indigna. «Estoy seguro de que Rubalcaba y los otros socialistas no se habrían atrevido, y por eso los echo de menos, con ellos sabía a qué jugaba y nunca me abandonaron como vosotros», concluye, en referencia al exministro de Interior del PSOE. La respuesta llega dos días después, poco antes de un cuarto de diez de la mañana del 30 de abril. Martínez excusa la tardanza porque quería responder con «calma» y con el mejor «talante».

En este correo de réplica, Martínez asegura que siempre ha valorado las notas de Villarejo y sus informaciones con el «rigor que merecen» y las ha trasladado al ministro del Interior. El secretario de Estado le recrimina el tono del mensaje porque siempre lo ha defendido, incluso ante el secretario de Estado director del CNI, entonces el general Félix Sanz Roldán. Incluso le reprocha que los trabajos como el del caso Corina los hacía «por voluntad propia». «Aceptaste hacerlos de buena gana», le dice. También acusa al director de la Policía, Ignacio Cosidó, de no haber cesado a Martín Blas por el informe del Pequeño Nicolás, aunque el ministro le había ordenado, así como la filtración a El Mundo y a un periodista en concreto, Fernando Lázaro, de la imagen de pantalla con las cuentas de los Pujol.

El exsecretario de Seguridad Francisco Martínez, con Mariano Rajoy de presidente del gobierno español / Europa Press-Eduardo Parra

«No conviene que nos amenaces con Cataluña»

«No es procedente, por tanto, que nos amenaces con que hablarás del cocinero, de Cataluña, de Andorra y los otros encargos si no cesamos a Martín Blas. Ya estamos todos hartos de tus ataques de rabieta de niño consentido, creo que te hemos acostumbrado mal a decir y hacer lo que te venga bien y quizá es el momento que te aceptemos tu jubilación anticipada», advierte Martínez. De ahí, pasa a la respuesta sobre la trama andorrana. «No tienes ni idea de las razones por las cuales al más alto nivel se decidió actuar contra la BPA y no admitir la oferta de tu fuente de Andbank, y es absurdo que insinúes que preferimos no hacer nada contra los movimientos independentistas porque había que proteger la imagen del RJC (rey Juan Carlos)», añade.

En este punto, Martínez se muestra desafiante y señala cómo apoyó a Villarejo en el caso Victoria Álvarez. «Te recuerdo quién te dio más apoyo en la actuación para captar a la pareja del hijo mayor de Pujol, gracias a eso, en 2013 se abrió la causa en la Audiencia Nacional». Asimismo, replica que la «no intervención de Olivera en la reunión donde se decidió el contenido del informe del Sepblac que después sirvió para la alerta del Fincen» responde a razones que le expuso el excabeza de la UDEF. «En su momento ya me lo explicó y respeté su criterio, ya que no veía claro que se aplicaran estas medidas tan drásticas… pero ya está hecho», recuerda.

«Confío en que te calmes y dejes de hablar con los unos y los otros, el doctor me ha dicho que lo has querido ver estos días a la salida de la Audiencia Nacional y que lo has intentado convencer de que no siga adelante con esto del banco andorrano, porque seguía Grinda [el fiscal anticorrupción] con los mismos argumentos de los chinos del caso Emperador [el caso de Gao Ping]», le espeta. «Por favor, si no quieres hacer nada más en los temas de Cataluña, al menos no boicotees el trabajo de los demás», le dice. Y le advierte que Pino tilda su actitud de «cada vez peor». Eso sí, a pesar del malestar, le propone una comida con Olivera. «Y esta vez pago yo», remata Martínez.

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