Pelayo Díaz fue uno de los concursantes de la última edición de Supervivientes, en la cual tuvo que adaptarse a la vida sin comodidades y también enfrentarse al hambre extrema. El desgaste físico, la pérdida de peso, la falta de alimentos, la presión… todo esto genera un combo que hace que el regreso a la realidad sea duro una vez que los expulsan. En su caso, reconoce que no ha sido capaz de volver a su figura habitual: “He pasado la ansiedad por comer más grande de mi vida después de regresar de Honduras”.
El estilista dice en Instagram que no ha parado de comer sin control desde que terminó este programa, ya que nota un hambre constante: “No he tenido esta barriga en toda mi vida, ya que me encanta entrenar y hacer deporte. El problema es que se me ha ido de las manos el tema de la comida y como he ido dejando el deporte de lado”.
¿Cuántos kg ha adelgazado Pelayo Díaz en Supervivientes?
Desesperado y también preocupado, Pelayo Díaz dice que ha tenido que recurrir a tratamientos médicos y estéticos para reducir esa sensación de verse hinchado: “Quiero reducir la retención de líquidos que no había tenido nunca y también redefinir la figura, que me está costando más que antes”.
Los concursantes siempre adelgazan cuando van a la isla de Honduras. El problema es que después, cuando vuelven a casa y pueden comer todo lo que quieren, no saben controlarse: “Llegué a Supervivientes pesando 80 kg. Cuando salí, había adelgazado 13 así que pesaba 67 kg. Ahora estoy en 84 kg… Me he engordado 17 kg y no de músculo, precisamente”. Se habla mucho de eso del efecto rebote, lo que él ha experimentado en primera persona cuando menos se lo esperaba.
Pelayo, viral por las declaraciones sobre Montoyra de La isla de las tentaciones
Pelayo Díaz también ha sido noticia últimamente por las declaraciones que ha concedido sobre uno de los compañeros de reality, el Montoya de La isla de las tentaciones. Durante su convivencia en Honduras, la pareja protagonizó varios enfrentamientos y el estilista llegó a pensar que el chico se había obsesionado con él: «Hubo momentos en los que creí que podía gustarle y me pregunté, realmente, si sería gay. ¿Le gustaba? Era una sensación… aunque es cierto que siempre he tenido muy mal radar. Notaba una fijación y una obsesión que he notado con gente con la que acabo yendo a la cama«.
No le siguió el juego, ya que asegura que hizo lo imposible por hablar con él lo menos posible porque considera que es un chico con poca conversación «y aún peor educación».
