Rosa López ha vuelto a su pueblo gracias a un programa de La Sexta. Albert Espinosa ha querido acompañarla en el recorrido que hacía desde casa hasta la escuela, un trayecto en el que la ganadora de Operación Triunfo se ha sincerado sobre diferentes aspectos de su vida. El artista ha pisado las aulas y el patio de la escuela en el que empezó a plantearse que quería dedicarse a la música.

De su infancia tiene recuerdos muy buenos, dice, pero también malos. Sobre todo aquellos que tienen que ver con los problemas de peso que experimentó desde que era joven: «Siempre me asfixiaba cuando hacía deporte. Con 16 años ya pesaba 80 kg y cuando entré a OT, más de 110 kg. Cuando era pequeña me agobiaba porque veía que todo el mundo podía correr levantando sus patitas y para mí, aquello era todo un mundo. Las clases de educación física eran terribles para mí y eso lo tengo grabado a fuego».

Una de las anécdotas que recuerda con más gracia tiene como escenario el comedor de la escuela: «Un día en el comedor, alguien me lanzó una cosa a la cara y yo, que estaba harta, fui hacia allí y le froté la comida por toda la cara, como en las películas. Fue un momento que me dio miedo porque el chico que me hacía bullying repitió curso varias veces y era más mayor. Me dijo que lo esperara fuera y yo estaba muy asustada, deseé que llegara mi hermano Octavio para sentirme segura».

Rosa López se sincera en el pueblo en què va créixer - La Sexta
Rosa López se sincera en el pueblo en qué creció | La Sexta

Rosa López vuelve a su pueblo y pide perdón por haber renegado de él en OT

Tener sobrepeso hacía que le fuera complicado encontrar ropa que le quedara bien: «Era muy complicado… ¡Piensa que tenía una talla 56 de pantalón y ahora estoy en una 38 o 40! Es muy fuerte. Aquel era un sufrimiento gratuito porque llegaba a una tienda y no podía comprar ropa de mi edad, tenía que vestir como una mujer mayor. Al final no podía comprar nada porque no me iban las tallas o la ropa era muy cara».

Cuando Rosa López se presentó al casting de Operación Triunfo, reconoce que mintió en varios aspectos. Uno de ellos, por ejemplo, fue mentir sobre el nombre de su pueblo: «Dije que era de Armilla, que hablaba inglés, que tocaba el piano… Todo muy idílico cuando, en realidad, no tenía nada que ver con aquello. Me encanta que ahora estemos aquí porque así si muero, ya moriré tranquila, quiero que la gente sepa de donde vengo. Yo luchaba por el sueño que empezó aquí y, por eso, mentí, quería ayudar mi gente», reconoce haciendo referencia a la espina que tenía clava por haber renegado de su pueblo en aquel momento.

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