Masterchef se ha consolidado como uno de los espacios fijos del mundo de los talents gastronómicos televisivos. Ya llevan trece ediciones, sumadas a las versiones Junior y Celebrity, y su éxito parece no tener fin. Desde hace más de una década, Pepe Rodríguez, Samanta Vallejo-Nájera y Jordi Cruz ponen a prueba a futuros chefs para ver cuáles son sus capacidades culinarias bajo presión.
Pepe Rodríguez es el propietario de El Bohío, su restaurante con estrella Michelin en Illescas, Toledo. Además de su trabajo como cocinero, es uno de los miembros del jurado de Masterchef, pero no siempre ha sido feliz siendo un personaje visible mediático de la televisión. Esta semana, en una entrevista en el programa El Faro con Mara Torres en la cadena SER, el cocinero se ha sincerado sobre su trabajo en el programa y los detalles que no le gustan.
¿Por qué decidió fichar como jurado de ‘Masterchef’?
Durante la entrevista, además de hablar sobre su trayectoria profesional, la periodista le mostró un fragmento sobre su primer programa. ¿Qué recuerdo tiene de su primera aparición? «No eres consciente de lo que es cuando entras en el programa. Con los años te vas profesionalizando», explica. «No me gusta estar delante de las cámaras, yo soy muy tímido. No me gustaba el mundo mediático». De hecho, confiesa que no ha querido ni ver los primeros programas porque sabe que «le dará vergüenza».

Una decisión económica importante
Aun así, su fichaje por Masterchef fue «una tabla de salvación», porque se encontraba en una situación económica bastante delicada. «Fue una tabla de salvación e igual me enganché también por eso. Si hubiera sido en otro momento físico, psíquico o económico, quizás no lo hago, no me gustaba», confiesa. Queda claro que la oferta debía ser muy buena. «Me pagaban más de lo que gano en el restaurante, pero si llego a estar en otro momento no lo hubiera aceptado, porque a mí lo que me gusta es la cocina».

Reitera que no se siente nada cómodo en el mundo de las cámaras e incluso aventura que si mañana se acabara Masterchef, «estaría en casa feliz», porque es donde está cada día cocinando. Aun así, después de tantos años en el programa, admite que está feliz yendo al programa. «Voy a Masterchef feliz, lo domino y estoy como en el comedor de mi casa, digo lo que quiero, puedo reír y me divierto. Pero como cocinero sigue sin gustarme Masterchef, pero entiendo que haya miles de personas a las que sí les guste». Ahora bien, si él tuviera que hacer un programa de cocina, afirma «que no lo vería nadie».