Gemma Mengual es uno de los grandes nombres del deporte catalán. La nadadora forma parte de un selecto grupo de deportistas, establecida como una de las grandes figuras de la natación sincronizada. Ha ganado todo tipo de medallas y ha formado parte de varias Olimpiadas durante su carrera. Aunque formar una familia y ser madre son momentos muy especiales, su regreso a la élite no fue tan positivo como esperaba. La catalana ha hablado como nunca de esta etapa vital en una entrevista del programa Madres: desde el corazón de Mediaset Infinity.
Gemma Mengual es madre de dos niños, Nil y Joe. El primer embarazo llegaría después de una etapa en la que había tocado el cielo de esta disciplina deportiva como en el Mundial de Roma, donde consiguió siete medallas en siete pruebas diferentes. Después de las Olimpiadas de Pekín de 2008 se planteó hacer una pausa y ser madre, pero al final decidió alargarlo hasta el año siguiente. El embarazo la tomó en plena temporada e incluso llegó a competir estando embarazada, aunque aún no lo sabía. «Me hizo una emoción más grande que ganar una medalla. Me sentía tan orgullosa», explica. A pesar de ello, los problemas llegarían una vez decidió que quería reincorporarse al equipo.
Los momentos más complicados después de la maternidad
Meses después del nacimiento de su hijo Nil, decidió que era el momento de volver a las piscinas. «Nil tenía ocho meses y quería volver. Me encontré con una situación que no esperaba. Tuve la sensación y era bastante obvio que yo no era bienvenida y no me lo pusieron nada fácil. Como que no querían hacer excepciones conmigo. Tenían miedo de que dentro del equipo hubiera una madre que un día se le pusiera enfermo el niño y no fuera al entrenamiento», explica.

Apunta que son cosas que hoy «se gestionarían de otra manera». «Llevo toda mi vida haciendo esto, tengo la base técnica y la madurez. No necesito entrenar diez horas al día». Ella era consciente de que podía entrenar calidad en lugar de cantidad y lograr los mismos objetivos y si veía que no era capaz, tenía muy claro que podía retirarse.
El momento de retirarse
Ante esta situación, la exnadadora tomó una decisión sobre su futuro profesional. El año 2012 se retiró de la natación sincronizada. «Era como si me pusieran trabas. Iba a entrenar y me ignoraban. A mí me ha costado llegar donde he llegado. Estoy muy feliz ahora con mi hijo. No permitiré que nadie me amargue la vida. Llegaba a casa cansada, súper frustrada, lloraba, y no quería transmitir esto a mi hijo», confiesa en la entrevista.

Durante el anuncio de su retirada, sin embargo, no fue tan sincera como le hubiera gustado. En una rueda de prensa en febrero de 2012, la catalana anunció públicamente que dejaba el deporte que la había acompañado toda la vida. «Seguramente habría dicho lo que quería decir, que me retiro porque este equipo técnico no me quería’, no habría callado tantas cosas. Me retiraba de mi pasión, de lo que era mi vida. Me veía un poco forzada. Pensé que ya lo había hecho todo en este deporte y me retiraba con dignidad«, explica. En conjunto, una entrevista muy íntima que saca a la luz la parte más oscura de su retirada profesional.