Cristina Pedroche acaba de publicar un libro sobre maternidad, su escrito más sincero en el que suelta titulares bomba que demuestran que los primeros meses como madre no han sido fáciles para ella. La presentadora dio la bienvenida a la pequeña Laia el pasado mes de julio y ahora, visto con perspectiva, se da cuenta de que ha enloquecido un poco por culpa de los miedos que comporta adentrarse en el mundo de los bebés cuando no tienes experiencia.
“Hoy, por fin, mi historia será vuestra. Estoy nerviosa, pero intentando disfrutar de cada instante. Sé que me expongo muchísimo y es la vez en que más desnuda me encontraréis porque está escrito desde la parte más profunda de mi alma, mostrando mis fortalezas y también las debilidades y miedos”, ha escrito para promocionarlo en su perfil de Instagram antes de acudir como invitada a
Cristina Pedroche, con miedo al futuro de su niña como hija de
La revista
Y es que la colaboradora de televisión es plenamente consciente de que la niña tendrá que aprender a vivir siendo conocida como
Así ha sido el peor accidente de Cristina Pedroche con su hija
Cristina Pedroche, como tantas otras madres, tiene miedo al daño que pueda experimentar su hija. Y, en este sentido, ha relatado uno de los episodios traumáticos que más le ha perseguido en este primer año de maternidad. Explica en su libro que, cuando la niña solo tenía 2 meses, sufrió una caída. Totalmente agotada, ella estaba estirada mientras le daba el pecho y la niña cayó en el hueco entre la cama y la cuna: “Me sentí la peor madre del mundo por quedarme dormida. No se marchaba de mi cabeza su imagen llorando, tan pequeña y en el suelo. ¿Cómo había sido capaz de quedarme dormida? ¿Qué tipo de madre era?”.
Aquel accidente hizo que se fustigara y empezó a tener “ideas apocalípticas” que dice que la bloquearon: “No hacía más que pensar que me la quitarían, que había llegado hasta allí cuando tenía dos meses y que yo moriría”. Ante esto, su marido se dio cuenta de que Cristina necesitaba ayuda y le recomendó que acudiera al psicólogo para hablar de ello: “Estuve todo el día hundida, no me sentía bien y me lamentaba sin cesar”.

Cristina le hizo caso y, gracias a la terapia, pudo dejar un poco de banda el inmenso miedo que le impedía poder disfrutar del todo de un proceso que tendría que ser precioso.