Bruce Willis anunció el año pasado que sufría una enfermedad que afectaría directamente a su carrera cinematográfica. Los médicos le habían diagnosticado afasia, lo que suponía que acabaría teniendo problemas para hablar y comunicarse en un futuro. El exitoso actor ha tenido que hacerse un montón de pruebas a lo largo de estos meses para ver cuál era el alcance de la enfermedad y acaban de confirmar que no hay buenas noticias. Su familia ha emitido un comunicado en el que aseguran que «su condición ha progresado» y que ahora tienen un diagnóstico más específico y más grave: el intérprete sufre demencia frontotemporal.
Su mujer reconoce que su estado ha empeorado y que, desgraciadamente, ahora saben que tiene una condición sin cura: «Actualmente no existe ningún tratamiento para esta enfermedad, pero confiamos que en los próximos años pueda haber alguna solución». Se trata de un problema de salud más común de lo que puede parecer, sobre todo entre menores de 60 años, pero no se sabe su alcance real porque no es fácil de diagnosticar.
Lo han sacado a la luz en un escrito en el que han agradecido el apoyo que ha recibido desde que se supo que estaba enfermo: «Debido a vuestra amabilidad y porque sabemos que queréis a Bruce tanto como lo hacemos nosotros, queremos daros una actualización». Reconoce que ha sido «doloroso» conocer que tiene esta enfermedad, pero que les tranquiliza poder poner nombre a qué es lo que tiene.
¿Qué es la demencia frontotemporal que sufre Bruce Willis?
¿Y en qué consiste esta enfermedad exactamente? En el comunicado la describen como un problema de salud «cruel» que puede afectar a todo el mundo y cuál es el tipo de demencia más común entre los menores de 60 años. Las enciclopedias médicas explican que se trata de un trastorno cerebral que afecta y hace encoger los lóbulos frontal y temporal del cerebro, dos áreas que se asocian con el lenguaje y la conducta.
Generalmente, las personas con este diagnóstico sufren cambios en su personalidad y los hacen más impulsivos, con una conducta social que cada vez se hace más inapropiada. Pierden la empatía despacio y pueden llegar a tener falta de juicio.
Del mismo modo, en muchos casos también pueden perder la capacidad de usar el lenguaje adecuadamente, con el deterioro o pérdida de la habla.
