Alba Flores está triunfando con el documental que ha preparado sobre su padre, Antonio Flores, quien murió debido a una sobredosis cuando ella solo tenía 9 años. Esta pérdida prematura ha marcado toda su vida, por supuesto, y ahora aprovecha este dolor para relatar cómo fue la vida de uno de los herederos de la gran Lola Flores. La actriz lo está promocionando en una serie de entrevistas que sirven para conocer, un poco más, una de las sagas familiares más conocidas del star-system español. En su caso, también para descubrir algunos detalles de la historia de su vida. ¿Por ejemplo? El mal trago que pasó cuando le dijo a su madre que era bisexual.
Alba era adolescente cuando quiso salir del armario con su familia. En una entrevista muy personal en Está el horno para bollos, ha confesado que lo pasó «fatal y como el culo» cuando habló con ellos de su orientación sexual por primera vez. Tenía 13 años cuando se dio cuenta de que sentía más que amistad por una compañera de clase: «Sabía que no podía decirlo, era una chica muy amiga mía y muy cercana. Creía que solo me estaba pasando a mí y no podía decir nada«.

¿Cómo y con cuántos años salió del armario Alba Flores?
Un día en que estaban las dos en casa viendo una película «bollodramática«, tal como la ha descrito ella misma, su amiga le dijo que la protagonista le recordaba a ella: «Yo por dentro me estaba muriendo porque no podía decirle cómo me identificaba con ella realmente». Después de aquella conversación, Alba Flores se quedó tumbada en el suelo del salón abrazada al cojín que había usado la otra. En ese momento, estalló: «Mamá, creo que soy bisexual».
En ese momento, no quería decir abiertamente que era lesbiana porque le parecía «demasiado fuerte». Para Alba no fue nada fácil hacer esta confesión, pero afortunadamente su madre lo aceptó desde el primer momento: «Hija mía, qué suerte. A mí me habría encantado ser bisexual porque, así, te puede gustar toda la población del planeta y no solo la mitad«.
Esta no es la primera vez que Alba Flores habla sobre este tema. Hace un par de años la eligieron como la pregonera del Orgullo de Madrid y, desde allí, reivindicó la lucha del colectivo: «Nunca nos han regalado nada y cada derecho que hemos conquistado ha sido fruto de la movilización de personas que han puesto el cuerpo«. Su familia ha sido un buen apoyo, pero es consciente de que hay muchos padres que no actúan de la misma manera: «Mi madre valoraba a las personas con buen corazón y nos enseñó a amar a este colectivo porque siempre formó parte de nuestra casa».

