Elena de Borbón no ha vuelto a tener pareja después del divorcio de Jaime de Marichalar, el padre de sus dos hijos Froilán y Victoria Federica. La casa real emitió un comunicado surrealista en el que anunciaban la ruptura con un eufemismo muy criticado: «Confirmamos el cese temporal de convivencia de los duques de Lugo». Esto lo dijeron en 2007, aunque el divorcio no lo firmaron hasta el 2010. Desde entonces, no se ha visto a la hermana de Felipe VI con ningún otro hombre y tampoco se ha filtrado a la prensa que haya habido ninguna novedad en su vida sentimental.
Han pasado 16 años desde entonces y Elena continúa sola, una decisión que habría tomado voluntariamente porque tiene claro que no quiere volver a tener pareja. Es cierto que se han publicado rumores que le han relacionado con personajes del corazón conocidos, pero nunca se han hecho fotografías comprometidas. Esta semana ha coincidido en un concurso de hípica con uno de sus amores de juventud, el jinete Luis Astolfi, pero entre ellos no ha pasado nada recientemente. Ahora bien, este reencuentro ha dado alas a la revista
¿Por qué Elena de Borbón no ha querido rehacer su vida sentimental?
Lo que tendría más sentido es pensar que la infanta simplemente no ha encontrado nadie que le llene sentimentalmente hablando, aunque desde este medio se decantan más a pensar que todo tendría que ver con una decisión personal de no querer buscar pareja: «Entre los motivos, estarían sus convicciones religiosas. El hecho de haber estado ya casada la podría llevar a no querer enamorarse otra vez y a no dar los pasos que ya hizo en su día».
Tampoco ayuda que Elena no tenga un buen recuerdo de su matrimonio con Jaime de Marichalar, una información que sacó a la luz Pilar Eyre: «Después de que le diera el ictus, empezó un infierno para él y también para ella porque el ataque cerebral modificó el carácter de Jaime. Pasó de ser un hombre exquisitamente educado a una persona malhumorada, iracunda y capaz de expresar las inconveniencias. El 2004, una envejecida y desgraciada Elena se reunió con el padre y le confesó que no podía más».
También se ha dicho siempre que Elena no tiene buen carácter y que, de hecho, en las apariciones públicas que hace demostraría ser una de las más secas de toda la familia -y esto es mucho decir-: «Elena no me cae bien porque es tan taurina y tan antipática como era su tía Pilar de Borbón», decía Eyre. Con todo, la cuestión es que la infanta española no ha rehecho su vida desde entonces y no parece que esto le disguste en absoluto.
