El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa llenando su gobierno de aliados clave en la victoria del pasado 5 de noviembre. Después de los nombramientos de Elon Musk y Vivek Ramaswamy para dirigir los recortes en la administración; Tom Homan como «zar de las fronteras» y varios perfiles neocons conversos en posiciones clave como las secretarías de Estado o de Seguridad Nacional, Trump ha cumplido una de sus promesas más temidas: Robert F Kennedy Jr. será el nuevo secretario de Salud de la administración estadounidense a partir del próximo 20 de enero. Hijo de Robert F Kennedy y sobrino de JFK, Kennedy, de 70 años, lleva décadas en la arena pública. Durante los 90 y los primeros 2000, se hizo un nombre como abogado ambientalista. Últimamente, sin embargo, ha saltado al foco mediático por su apoyo a una multitud de teorías conspirativas, especialmente relacionadas con las vacunas y el tratamiento de diversas enfermedades, como el sida. «Kennedy devolverá las agencias sanitarias del país a las tradiciones del patrón oro de la investigación científica; y las convertirá en referentes de transparencia», ha declarado Trump en un post en su red social Truth Social.

Hasta su acercamiento a Trump, RFK Jr. se había presentado como candidato independiente en las elecciones a la presidencia, en un movimiento que, al inicio de la campaña, se veía como un peligro de división del voto para los demócratas en ciertos estados. Antes, sin embargo, había dirigido la organización sin ánimo de lucro Kennedy’s Children’s Health Defense, una organización antivacunas de escala internacional. Notablemente, los bulos acientíficos que promovió la entidad fueron uno de los factores determinantes en el agresivo brote de sarampión que sufrió Samoa Americana en el año 2019. Además, fue uno de los promotores de un desacreditado libro que vinculaba una supuesta «epidemia de muertes súbitas» entre jóvenes sanos después de haber sido vacunados contra la Covid-19.

Robert F Kennedy Jr. en un mitin en Arizona con Donald Trump / EP
Robert F Kennedy Jr. en un mitin en Arizona con Donald Trump / EP

Durante la pandemia, Kennedy fue uno de los grandes defensores de la teoría de la conspiración que apuntaba que el coronavirus era, en realidad, un arma biológica creada en un laboratorio. «La Covid fue claramente un problema de guerra biológica», decía en su cuenta de Twitter, en línea con las posturas de buena parte de la extrema derecha estadounidense. También acusó al consejero médico de la Casa Blanca, Anthony Fauci, de haber «exagerado» la crisis sanitaria para «promocionar las vacunas»; y coincidió con el mismo Trump en la promoción de supuestos tratamientos alternativos sin fundamento científico, como la ivermectina. Antes de eso, ya había defendido la teoría infundada de que las vacunas causan autismo en los niños; así como otras acciones de desinformación vinculadas con el origen del Sida, o la relación -de nuevo, sin fundamento científico- entre las prescripciones de antidepresivos y los tiroteos masivos en escuelas de EE.UU.

La estructura sanitaria estadounidense

En caso de que el Senado apruebe la nominación de Kennedy -cabe recordar que Trump cuenta con mayoría en ambas cámaras del Congreso- el secretario controlará hasta 13 agencias clave para la vigilancia sanitaria en los Estados Unidos. Entre ellas destaca la agencia Medicare, que gestiona la cobertura pública de los tratamientos médicos privados, o la FDA, que supervisa la calidad de los medicamentos y los alimentos que llegan al público en el país. También el Centro para el Control de Enfermedades, una infraestructura clave durante la pandemia que ahora tendrá un célebre negacionista como jefe político. La directora, la doctora Mandy Cohen, alertó a principios de semana contra un nombramiento que «ayudaría a promover la desinformación desde un lugar de poder». «Espero que podamos estar seguros de que todos analizamos los mismos datos», alertaba Cohen; que ahora podrá confirmar sus temores.

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