El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, incluye abiertamente el «plan de reubicación» de Donald Trump en la lista de exigencias de su gobierno para detener la ofensiva contra Palestina. En una rueda de prensa, la primera en cinco meses, Netanyahu ha elogiado el proyecto trumpista, que califica de «correcto y revolucionario». Cabe recordar que la Casa Blanca propone expulsar a los dos millones de habitantes de Gaza para reubicarlos como refugiados en otros países de la región. Así lo anunció con un video generado por IA, que mostraba la Franja convertida en un macroresort con hoteles y casinos.
Según ha avanzado Netanyahu, la expulsión de toda la población palestina de Gaza es una de la larga lista de condiciones unilaterales que pone Israel para detener la masacre. También exige la entrega de todos los rehenes de los ataques del 7 de octubre, la renuncia de Hamás a todos los poderes en la Franja y el desarme completo de la región. En definitiva, reclama que «se den todas las condiciones para garantizar la seguridad de Israel». Durante la misma comparecencia, el premier se ha mostrado especialmente triunfalista, apuntando que las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel «están ganando cada vez más terreno para limpiar Gaza de terroristas e infraestructura terrorista». Entre tanto, las autoridades palestinas ya contabilizan cerca de 62.000 víctimas mortales causadas por la ofensiva comandada desde Tel-Aviv. Entre ellas, habría unos 17.500 niños.

Una «zona estéril» en Gaza
En las últimas horas, Netanyahu ha asegurado que volverá a dejar pasar la ayuda humanitaria internacional hacia Gaza, que lleva 80 días bloqueada. A pesar de las promesas de Tel-Aviv, la ONU asegura que los camiones con alimentos y medicamentos aún no han llegado a la población de la Franja. La Unión Europea, y otros miembros de la comunidad internacional, han presionado sin éxito al gobierno sionista. «No nos influirán», ha rematado el jefe del ejecutivo. El argumento del ejecutivo es que Hamás secuestra los camiones con bienes de primera necesidad y «los vende a precios exorbitantes para financiar sus actividades». En este sentido, ha anunciado que creará una «zona estéril» donde Israel controle todo el paso de alimento y medicaciones; un área que estaría «completamente libre de Hamás».