El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha convocado a la encargada de negocios de Israel en España para protestar por el asalto a la Global Sumud Flotilla cuando se acercaba a la costa de la Franja de Gaza. En una entrevista en TVE, Albares ha confirmado que los primeros activistas españoles detenidos por el ejército israelí han desembarcado en el puerto de Ashdod a primera hora de la mañana. Los servicios consulares españoles cifran en 65 el número de ciudadanos del estado que viajaban en la Flotilla, pero no saben exactamente cuántos están en puerto ni en qué estado se encuentran. El gobierno español decidió retirar el barco militar que acompañaba al convoy antes de que entrara en la “zona de riesgo” para evitar un incidente diplomático, una decisión polémica que ha abierto una crisis entre el PSOE y Sumar.
El presidente español, Pedro Sánchez, ha asegurado que el gobierno español está “muy pendiente” de la situación de la Flotilla y ha avisado a Israel que “es necesario que proteja los derechos de nuestros compatriotas y todos los integrantes”. En declaraciones en Copenhague antes de asistir a la VII reunión de la Comunidad Política Europea, Sánchez ha adelantado que “estudiará” emprender acciones legales contra Israel por el asalto al convoy humanitario, pero ha reconocido que ahora mismo la prioridad es la “seguridad de nuestros compatriotas y que puedan regresar a casa”. También ha defendido el papel de España, que “desde el primer minuto” ha apoyado a la Flotilla, y ha negado que su ejecutivo haya abandonado a los activistas tras las críticas recibidas desde Sumar y el resto de socios de investidura.

La vicepresidenta del gobierno español y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha condenado las “detenciones y agresiones” de Israel y ha reclamado a la Unión Europea que corte relaciones con Tel-Aviv. “Es necesario romper todo tipo de relaciones con Israel, sancionar al gobierno de Netanyahu sobre quien pesa una orden de detención por criminal de guerra, comete un genocidio y utiliza el hambre como arma de guerra”.
España recuerda que los activistas gozan de “protección diplomática”
Albares ha advertido a Tel-Aviv que los ciudadanos españoles “retenidos” tienen “toda la protección diplomática y consular” y que no se les puede acusar “absolutamente de nada”. El ministro ha confirmado que el cónsul de España en Tel-Aviv y el agregado de Interior se han desplazado al puerto donde han trasladado a los arrestados para iniciar las gestiones para su liberación. “Hablamos de ciudadanos españoles pacíficos y solidarios, con un objetivo exclusivamente humanitario y que no representan ninguna amenaza para Israel ni para nadie”, ha insistido. “Estamos en contacto con las autoridades israelíes para que puedan recuperar la libertad de movimiento inmediatamente y regresar a España lo antes posible. De eso tenemos que hablar con las autoridades israelíes, y por eso hemos convocado a la encargada de negocios”.


El jefe de la diplomacia española también ha rechazado “tajantemente” que la justicia israelí pueda acusar a los detenidos de terrorismo y de tener vínculos con Hamás. “Son ciudadanos pacíficos con un objetivo exclusivamente solidario y humanitario”, ha defendido. “No entraré ni como hipótesis en acusaciones que son aberrantes”. En total, la Global Sumud Flotilla estaba formada por 47 barcos y medio millar de activistas. La armada israelí ya ha interceptado una cuarentena de embarcaciones y ha detenido a todos sus tripulantes, la mayoría de los cuales están en Ashdod y podrían ser deportados en las próximas horas o días.
Indignación mundial por el asalto a la Flotilla
La comunidad internacional ha reaccionado con dureza al asalto de la Flotilla. Turquía e Irán han acusado a Israel de cometer un “acto terrorista” con la intercepción del convoy humanitario. El Ministerio de Exteriores turco ha denunciado que la operación “constituye una grave violación del derecho internacional y un acto terrorista que pone en peligro la vida de civiles inocentes”. Por su parte, el presidente de Colombia ha anunciado que expulsará del país a la delegación diplomática de Israel, mientras que Malasia y Pakistán también han protestado. “Estos barcos transportaban civiles desarmados y suministros humanitarios para salvar vidas en Gaza, pero fueron recibidos con intimidación y coacción”, ha lamentado el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim.