La muerte del papa Francisco ha hecho que la Santa Sede entre en período de Sede Vacante, el tiempo en el cual la Iglesia católica no tiene cabeza y nadie ostenta el Anillo del Pescador. El cónclave en el cual 135 cardenales -de menos de 80 años el día que comience la elección- deberán elegir nuevo papa se celebrará entre el 6 y el 11 de mayo en la Capilla Sixtina de San Pedro del Vaticano, desde donde se votará al nuevo Santo Padre que será elegido por un consenso mínimo de dos tercios de los cardenales. Un consenso que dará paso a la famosa ‘fumata blanca’. De los 135 papables un 39% son europeos, un 17% asiáticos, un 13% africanos y de América del Sur y un 12% de América del Norte. Por su parte, los cuatro papables de América Central y los cuatro de Oceanía son el 6% de los cardenales elegibles.
El legado de Francisco al frente de la Iglesia católica probablemente perdurará en el tiempo, ya que hace cuatro meses el sumo pontífice eligió una veintena de nuevos cardenales. En total, 108 de los 135 cardenales elegibles, es decir el 80%, han sido elegidos por Francisco, mientras que 24 cardenales fueron escogidos por Benedicto XVI y 3 por Juan Pablo II.
En cuanto a los países, Italia es la nación que más candidatos tiene para poder suceder a Francisco en la Santa Sede, ya que cuenta con 17 papables de los 135. El segundo país que más candidatos tiene es Estados Unidos con 10, y el tercer país con más papables es Brasil con 7.
El arzobispo de Barcelona, uno de los más grandes
Entre los papables se encuentra el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el único de las diócesis catalanas y uno de los papables de mayor edad. De hecho, Omella ha cumplido 79 años este mismo Lunes de Pascua. Aunque algunas apuestas sitúan a Omella como uno de los grandes favoritos para regentar la Santa Sede y ser el Vicario de Cristo, el mismo arzobispo se desmarca de estos rumores y asegura que “no está en mi cabeza, tengo muy claras mis limitaciones”. De hecho, Omella ha señalado que el espíritu santo guiará a los cardenales para poder elegir “el mejor papa para la Iglesia”.