De repente, comenzó a arrastrar la guitarra por el suelo, lanzarla hacia arriba, tocarla con los pies, destrozarla… Cogió otra y comenzó a tocarla pero, en ese momento, una cámara de televisión se interpuso entre él y el público. Entonces tomó por el mango la segunda Fender Stratocaster, blanca como todas las suyas, y golpeó, una y otra vez, el objetivo del aparato hasta inutilizarlo… Mientras tanto, uno de los amplificadores estalló y originó un incendio espectacular (minuto 8’15» del vídeo) arriba del escenario y los bomberos corrieron rápidamente hacia los extintores para sofocarlo… Humo, el guitarrista cada vez más enloquecido, el público gritando… Pero Deep Purple nunca dejó de tocar.

Era el 6 de abril de 1974 y Ritchie Blackmore (Weston-super-Mare, Inglaterra, 14 de abril de 1945), para muchos el mejor guitarrista de todos los tiempos, acababa de convertir en imágenes imborrables el mito de su locura, de su mal carácter, del individualismo feroz que acabaría destruyendo una leyenda del rock del nivel de Deep Purple. California Jam reunió a 250.000 personas en una gran explanada californiana, un festival también mítico que, por primera vez, se emitió íntegro por una gran cadena de televisión, la ABC, para el público de los Estados Unidos. Todos acabaron enfadados con Blackmore; sus compañeros, la organización, los bomberos, la ABC (que reclamó los 10.000 dólares que costó reparar la cámara) y, sobre todo, los Emerson, Lake & Palmer, que tuvieron que aguantar las exigencias horarias de los Deep Purple y, además, actuaron tarde y eclipsados por la furia del guitarrista feroz.

Quiénes eran y qué querían del rock Blackmore y Lord

Así es Ritchie Blackmore. Eso y mucho más. Un admirador de Bach y Mozart que supo combinar, a principios de los años setenta, la formación clásica -que compartía con Jon Lord, teclista y fundador de los Purple- con la fuerza de la innovación para convertir el rock en hard rock. «No quiero tocar simple rock ‘n’ roll de tres acordes«, decía en aquellos tiempos, y así fue. Tras unos inicios como músico de sesión, Blackmore acabó integrándose en el núcleo inicial de Deep Purple, con Jon Lord, el batería Ian Paice, Rod Evans como cantante y el bajista Nick Simper. Un grupo poco definido que tuvo como éxito fundamental, en septiembre de 1968, la popularización del tema «Hush«, que llegó al cuarto lugar de las listas estadounidenses. No mucho más.

Una entrada para el concierto de Deep Purple de Osaka del 16 de agosto de 1972 donde se grabó 'Made in Japan'
Una entrada para el concierto de Deep Purple de Osaka del 16 de agosto de 1972 donde se grabó ‘Made in Japan’

Pero Blackmore y Lord tenían mucha ambición y un buen batería, así que despidieron al cantante y al bajista e integraron a Roger Glover, en el bajo, y a Ian Gillan, el nuevo cantante. Eso cambió la historia del rock. Al año siguiente, Deep Purple grabó, con la Filarmónica de Londres, el Concerto for Group and Orchestra (1969), como declaración de intenciones, seguido de Deep Purple in Rock (1970). La locura. El álbum, una de las portadas icónicas de la historia del rock, impacta desde el principio con Speed King; todo es rápido, todo es agresivo, combinado con el crescendo poético de Child in Time, a mayor gloria del tándem -entonces ya inestable- Gillan-Blackmore… Había comenzado algo que no dejaría nada donde estaba.

‘Made in Japan’, el directo más vendido de la historia

Al cabo de un año, Machine Head lo rompe todo. Highway Star convierte el solo de Ritchie Blackmore en un icono universal que es superado, dos canciones más tarde, por el riff de Smoke on the Water. Los Deep Purple son imparables y con este material se van a Japón a marcar, a fuego, aquella generación y las posteriores con tres conciertos en Tokio y Osaka que dieron forma a Made in Japan, el doble en directo más vendido de toda la historia. Allí la Stratocaster de Blackmore alcanza su máxima expresión. Y, medio siglo más tarde, todavía suena, una y otra vez a través de aquel vinilo doble, dorado en todos los sentidos.

La portada de 'Made in Europe' y la de 'Made in Japan', de Deep Purple / S.C.
La portada de ‘Made in Europe’ y la de ‘Made in Japan’, de Deep Purple / S.C.

Pero la gira de 1973, por gloriosa que resultara para los fans del grupo, acaba por romper el grupo. Ian Gillan no soporta el carácter y las formas de Blackmore: «Ritchie es brillante, pero no sabe trabajar con otras personas. Es como un niño pequeño que hace una rabieta cuando no se sale con la suya«. Y la contra de Blackmore: «Gillan no canta, grita. Tiene una voz limitada y no siempre sabe lo que hace«. Quedaba inaugurada una de las enemistades más míticas de la historia del rock. Gillan anuncia que se va de Deep Purple y Blackmore aprovecha para decir al resto del grupo que quiere liquidar a Roger Glover, el bajista. Paice y Lord no lo ven claro, pero le trasladan a Glover que Blackmore lo quiere fuera. «¿Y vosotros qué decís?«, les responde Glover. «Que queremos que Blackmore se quede«, le sueltan. Y adiós. Ritchie Blackmore es muy buen guitarrista, ciertamente, pero nadie dice que sea muy buena persona. Hacía tiempo que todos lo llamaban The Man in Black, y no era casualidad.

De Deep Purple a Rainbow y aparición de Candice Night

El epílogo de la etapa clásica de Deep Purple llega con David Coverdale, como cantante, y Glenn Hugues como bajista y segunda voz. Burn y el directo Made in Europe significan una segunda plenitud que entusiasma crítica y fans, pero distancia a Blackmore del grupo. El disco Stormbringer, que ha incrementado el prestigio con el tiempo, se aleja demasiado del hard rock puro y Ritchie Blackmore decide marcharse: «Lo que yo quería hacer era heavy rock con melodías fuertes, no música funky o soul. No era para mí«. Fin -de momento- de la historia.

A partir de aquí, Blackmore monta Rainbow, en 1975, con el cantante Ronnie James Dio, Cozy Powell a la batería y, paradojas de la vida, Roger Glover, el mismo bajista que había despedido de Deep Purple. Aquí explota el hard rock que buscaba, con cimas creativas como Rainbow Rising y Long Live Rock ‘n’ Roll y giras apoteósicas, como la que el 3 de julio de 1981 llevó al grupo a la Monumental de Barcelona en medio de la euforia de los fans catalanes que, hasta ese momento, habían estado fuera de todos los circuitos.

Con el tiempo, sin embargo, Ritchie Blackmore se cansó del rock. Malas lenguas acusan a Candice Night, una joven periodista que lo entrevistó en 1989 y, poco después, se convirtió en su pareja. Blackmore, al cabo de unos años, terminó desplazándose hacia la música renacentista, con Night de vocalista, aunque ella no tenía ninguna experiencia musical previa. Blackmore’s Night ha sido un proyecto más intimista, pero de largo recorrido, a pesar de las esporádicas resurrecciones de Deep Purple o Rainbow, entre ellas el concierto legendario en Barcelona de los Deep Purple -con Blackmore y Gillan- en el campo del Sant Andreu, una flor del verano de 1985. En cualquier caso, ha sido Candice Night la que hace pocos días ha anunciado que Blackmore, que este lunes cumple 80 años, «tuvo un ataque al corazón hace un año y medio y el cardiólogo le ha dicho que, de momento, no puede tomar ningún avión«. Y, a pesar de la edad y los seis stents implantados, la secta que adora -adoramos- a Ritchie Blackmore aún nos aferramos al «de momento».

Comparte

Icona de pantalla completa