“El Fossar de les Moreres, tal como está construido, no es digno de lo que representa. Podría llegar a parecer una alcantarilla”. Con esta frase contundente, Antoni Ayala, miembro de la junta directiva de la asociación sin ánimo de lucro Memorial 1714, describe la realidad por la cual se creó la organización, y que hoy en día, 50 años después de la fundación de la entidad, todavía se mantiene: quieren dignificar y preservar el entorno del Fossar de les Moreres y el ideal que representa, a pesar de que con el paso de los años el Memorial ha tomado una nueva dimensión, mantener viva en el imaginario colectivo la historia de Cataluña.
En conversación con El Món en la sede de la entidad, la antigua sala capitular de la iglesia de Santa Maria de Mar, los responsables del Memorial remarcan que “el objetivo de la fundación es recuperar la conciencia histórica de los catalanes”, por lo cual ya no solo se centran a reivindicar el Cementerio, sino a difundir el conocimiento de etapas clave, en especial la de la guerra de Sucesión en las coronas catalanoaragonesa y castellana. La asociación sufraga el coste de sus actividades con la participación de los socios (que pagan una cuota anual), para llevar a cabo las exposiciones y actas que los permiten dar a conocer el legado del pueblo catalán: “Necesitamos seguir sumando gente para poder hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible”, asegura Jordi Roset, miembro de la junta directiva del Memorial.

Su tarea de divulgación de la historia de Cataluña tiene dos ramas, pero van directamente ligadas la una con la otra. En primer lugar, tanto las exposiciones –que se pueden ver en la sede de la entidad, al número 2 de la plaza del Fossar de les Moreres, pero que están disponibles para convertirse en «itinerantes» si alguna entidad o asociación quiere disponer de ellas– como la edición de libros y revistas que tienen el objetivo de acercar la información sobre la guerra de Sucesión y todas las consecuencias que, hoy en día, todavía consideran que afectan la población catalana.
En segundo lugar, el Memorial tiene un calendario de celebraciones con cinco diadas señaladas. El año empieza con el 12 de febrero, día de Santa Eulàlia, segunda patrona de Barcelona –destronada como primera por la Merced. Desde la entidad, celebran este día como muestra de la «fuerza y determinación» del pueblo en defensa de su libertad, puesto que Santa Eulàlia se convirtió en una mártir barcelonesa a raíz de enfrentarse a los gobernadores de la época y denunciar la represión del pueblo. Después llega el 23 de abril, día de San Jorge, patrón de Cataluña. El tercer día señalado es San Juan, 24 de junio, porque desde la asociación consideran que es «la Noche del Fuego en todo los Países Catalanes», una noche para conocer la realidad económica y social del pueblo catalán; y después viene el Once de Septiembre, Diada nacional de Cataluña, días que consideran imprescindibles para entender la historia del pueblo catalán. Por último, pero no menos importante, el 30 de noviembre, puesto que es el día en el cual el Consejo de Ciento de Barcelona trabajo las elecciones a los cargos.
Memoria viva
Dentro del local de la asociación cultural se pueden encontrar recreaciones de algunos de los momentos trascendentales de la historia de Cataluña, incluidos algunos que no se produjeron en territorio catalán. Un claro ejemplo de esto es la maqueta que representa el tratado de Utrecht del 1713, que se puede ver en una de las cuatro paredes de la sala capitular de la Catedral de Mar. Desde el punto de vista del Memorial, estos acuerdos que firmó la corona de Castilla con el Reino de Francia se hicieron bajo un pretexto de paz, pero no para Cataluña: «El desenlace de la guerra de Sucesión comporta la desaparición del Estado Catalán», aseveran miembros de la junta, reunida a su local. Es con este punto de vista que la asociación ha decidido dar un paso más para mantener la memoria del pueblo catalán viva: «El objetivo que nos inspira es la recuperación de la conciencia histórica de los catalanes», apuntan.

Una mirada al pasado
El Memorial 1714 se constituyó oficialmente en 1985, pero la actividad ya había empezado unos cuantos años antes. El año 1966 el alcalde de Barcelona José María Porcioles proyectó unas obras de mejora para Santa Maria, por lo cual tenía que derrocar el puente y algunas de las construcciones de las afueras de la iglesia para convertirlo en una plaza. Fue con aquellas obras que el Fossar quedó reducido a un simple agujero. El año 1976, un grupo de militantes nacionalistas que habían actuado en la clandestinidad durante el franquismo iniciaron un movimiento de la mano de ciudadanos de la capital catalana y otros puntos del territorio para dignificar el Fossar para que tenga el aspecto actual. De hecho, el espacio había quedado vacío de simbolismo hasta que el poeta y dramaturgo Serafín Pitarra escribió las siguientes palabras:
Años después del poema de Pitarra, el Fossar continuaba sin el reconocimiento merecido. Es por eso que el Memorial, y otras entidades, se pusieron en marcha. Su reclamación era que el Ayuntamiento de Barcelona impulsas un proyecto municipal para remodelar el espacio. Tres años más tarde, el 1979, el Memorial –encara no constituido como asociación– presentó un informe complementario al proyecto del consistorio para asegurarse que la rehabilitación del Fossar conservara los elementos históricos y permitiera que toda la población pudiera disfrutar del emblema de la lucha catalana. Unas reclamaciones, pero, que no se vieron con buenos ojos por el Ayuntamiento en aquel momento, puesto que el ejecutivo barcelonés quería cerrar el Fossar al público. Fue entonces que empezó la batalla entre el Memorial y el consistorio para dignificar el espacio histórico de Barcelona. Después de una serie de rehabilitaciones y resoluciones del Parlamento de Cataluña, el Fossar acabó convertido en un espacio declarado bien cultural de interés nacional (1999). Un par de años después, el 2001, se inauguró la antorcha de honor -la antorcha que preside la plaza- que representa el memorial de guerra en honor a todos los caídos durante el asedio en Barcelona.