Cataluña continúa aportando argumentos técnicos para evitar el traslado de las pinturas de Sixena a Aragón. La asociación Conservadores Restauradores Asociados de Cataluña (CRAC), que agrupa a los expertos en restauración y conservadores de obras artísticas del principado, alerta de los «riesgos» que supone el transporte de las piezas fuera del Museo Nacional de Arte de Cataluña, así como el peligro que supone mantenerlas en un ambiente poco adecuado para ellas, como es el monasterio de Sixena. Tal como recuerda la entidad en un comunicado, el paso del tiempo y las afectaciones provocadas por el incendio de 1936 han dejado las pinturas en un estado de «fragilidad extrema», debido a «la alteración de los pigmentos y de los materiales de soporte». En este sentido, una mala gestión de las mismas podría ser fatal para su supervivencia.
Según los conservadores, los riesgos asociados al transporte de las piezas se añaden a la incertidumbre que supone su retorno al monasterio de Sixena, y su conservación en un espacio no optimizado. «Se desconoce el detalle técnico de la futura intervención que se debería llevar a cabo para reintegrar las pinturas en su emplazamiento original», alertan desde la CRAC. Tampoco están claras, añaden, las «condiciones ambientales reales y estables que ofrecería el espacio destinado a acogerlas dentro del monasterio».
🔴 IMPORTANTE: comunicado de la asociación de conservadores-restauradores de Cataluña sobre las pinturas murales de Sixena.https://t.co/PcEOV1lQXn pic.twitter.com/Rri490IAef
— Albert Velasco (@velasc_alberto) May 30, 2025
Protección de las intervenciones
La defensa de los conservadores no solo se dirige a las pinturas originales, sino también a las «intervenciones de valor histórico realizadas por Josep Gudiol a mediados del siglo XX». En opinión de los expertos, los retoques realizados por el arquitecto vigatano «forman parte de la biografía material de la obra y constituyen un testimonio valioso de la práctica restauradora de la época». Así, cualquier daño a los detalles recientes «supondría un empobrecimiento patrimonial y documental» de las pinturas.
Con todo, los restauradores defienden la posición técnica del Museo Nacional de Arte de Cataluña. En el comunicado, la CRAC «se adhiere plenamente a los criterios de conservación expresados por el MNAC». Así, exigen que «cualquier decisión sobre el futuro de las pinturas se fundamente en criterios científicos, técnicos y éticos, con el objetivo de garantizar su conservación para las generaciones futuras»; rechazando la carga política de la ofensiva aragonesa para trasladar las obras al monasterio.