Siempre hay tercos que se empeñan en afirmar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Seguramente lo afirman porque en ese tiempo pasado eran más jóvenes. Pero, curiosamente, es que generalmente quien sentencia estas afirmaciones nació viejo. En todo caso, no sé si antes los tiempos eran mejores que ahora. Sí se podría asegurar que son diferentes. El entorno, la tecnología, el conocimiento, los hipermercados y el pan en las gasolineras esbozan un nuevo escenario impensable solo cuarenta años atrás.

La política también es el reflejo de este mito sobre el antepasado de nuestro presente. Y más la política catalana. La política es evidente que ha cambiado, pero no tanto como se podría pensar. Cambian las personas, los discursos se enturbian, los canales de comunicación varían… todo con una perfecta sincronía de la historia. Si no somos historiográficamente demasiado puntillosos, toda época política ha tenido una réplica anterior. O lo que sería lo mismo, la historia se repite como el pimiento. A veces, en forma de comedia, otras en forma de tragedia, y otras en forma de revuelta. Pero salvo, a lo sumo, un par de excepciones, los grandes cambios no se producen a empujones.

Portada del libro Fer Política de Jaume Bosch (Edicions 3 i 4, 2025)
Portada del libro Fer Política de Jaume Bosch (Edicions 3 i 4, 2025)

Una historia necesaria

Las vicisitudes políticas de los últimos años en Cataluña son una escritura pública de cómo funcionan las cosas en política. Y, en particular, de nuestra casa. De la importancia de los protagonistas, de las egolatrías, del momento, del peso de las palabras, de los compromisos, de las promesas, de las decepciones, de las trampas sociales, de la economía y del peso de la historia más reciente y de la misma idiosincrasia en un país donde hay dos Pallars, uno Sobirà y otro Jussà, la Busca y la Biga, carlistas y liberales, o anarquistas o republicanos. Por eso hay que resaltar como una de las grandes novedades de Sant Jordi, el último libro de Jaume Bosch, Fer Política (Edicions 3 i 4, 2025), obra de uno de los políticos más veteranos de la biosfera catalana. Un volumen que desgrana el valor de la política con la referencia honesta de quien ha sido testigo de primera línea.

No se descuiden ningún detalle. Solo hay que ver que ha sido la editorial de Eliseu Climent la que ha puesto tapas y ha ordenado un manual imprescindible para saber dónde estamos y hacia dónde podemos ir. Posiblemente, Bosch sea uno de los últimos mohicanos del PSUC. De hecho, siempre lo he considerado como una reencarnación de Joan Comorera. Sin duda, el exdiputado de ICV es un hombre leído, educado, valiente, alérgico a los sectarismos y trabajador. Pero, por encima de cualquier otra consideración, merece el mejor adjetivo que puede ostentar un político: es un hombre honesto. Una cualidad que se revela en las más de 400 páginas del libro.

El editor Eliseu Climent, en un acto en el Palau Robert / Europa Press

Aparece todo y todos

Les confieso que leí las galeradas, antes de entrar a imprenta, y nunca habría imaginado que un PDF pudiera provocar esta adicción. Bosch relata, sin más militancia que su compromiso con el progresismo, la Cataluña política, social y mediática de los últimos años. Desde sus inicios como uno de los poquísimos profetas de la seguridad pública desde la izquierda hasta su tarea en el Síndic de Greuges de Cataluña, donde no le tiembla el pulso a la hora de denunciar los abusos, perversiones y fechorías del poder y la administración.

Bosch describe, explica, relata, contextualiza y aporta el punto personal justo y necesario, que acaba de dar un gusto especial a partes de la historia que aún quedaban por contar. Tengo que apretar los dientes para no hacer spoilers de muchísimos secretos que explica que, vistos con perspectiva, destapan engaños, travesuras, casualidades y jugadas maestras de la casualidad. En nuestra casa han pasado muchas cosas: el pacto de la transacción del 78, el Proceso, el 11-M, las crisis económicas, la pandemia, la caída de ídolos como Jordi Pujol o la trituradora política de los partidos, la caída del muro de Berlín, los atentados o decenas de hechos que han modificado nuestra existencia. Pero también han pasado «cositas» que ayudan a entender las «grandes cosas».

Ya se sabe que el diablo está en los detalles, y Bosch sabe tanto por viejo como por diablo. De hecho, diría que como buen poscomunista, por diablo. De verdad, el libro podría ser una trilogía. Para mí, El Señor de los Anillos de la política catalana. Está todo y todos. No hace falta que rasquen mucho porque, en algún momento de la lectura, se verán reflejados. Porque ustedes, como Bosch, no solo forman parte de la historia, sino que han sido protagonistas de ella.

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