La noche literaria de Destino ha proporcionado este año una anécdota que ha provocado un plus de diversión entre los periodistas que ocupaban uno de los salones del hotel El Palace, una vez deshecha la confusión generada por el anuncio del nombre del ganador del premio Nadal de novela en castellano. Minutos antes se había anunciado el ganador del Premio Josep Pla de prosa en catalán, que este año ha sido otorgado al científico y divulgador David Bueno por L’art de ser humans. Después de una pausa que los periodistas habían aprovechado para publicar la primera parte de la crónica de la noche mientras les ponían delante una pequeña bomba de chocolate que coronaba la cena de la gala antes del definitivo roscón de Reyes. Y de repente, la presentadora de la velada, Núria Solé, volvió al escenario para anunciar el veredicto del jurado del Nadal y soltó lo que parecía una bomba informativa: el ganador era Jorge Fernández Díaz.

Hubo un momento de silencio, un breve y tímido murmullo en la sala y enseguida llegó la aclaración de Núria Solé: «Jorge Fernández Díaz es un escritor argentino». Las risas en la sala comenzaron y terminaron de estallar cuando Solé continuó: «Lo digo por si había dudas, dudas razonables, claro». Con este comentario la presentadora del acto se ganó el aplauso de la sala por el momento más distendido de la noche, ya distendida por definición sin llegar al desenfreno, que al fin y al cabo es una velada literaria y no una verbena.
Una vez deshecho el equívoco, las bromas continuaron mesa por mesa. Evidentemente, todos habían quedado asombrados al escuchar el nombre de Jorge Fernández Díaz porque, en el estado español, remite directamente al que fue ministro de Interior de Mariano Rajoy. Un ministro catalán de cuyo despacho salían los brazos que pusieron en marcha la operación Catalunya, bien conocida por los lectores de El Món y sobre la cual hoy mismo este diario publica otra información que implica a la UDEF de la Policía Nacional de la época.
De Marcial, el padre del escritor, a Marcelo, el ángel de la guarda del exministro
Pero Jorge Fernández Díaz, el ministro, es un personaje peculiar más allá de la guerra sucia contra el independentismo. Extremadamente religioso –sector católico–, muchos recuerdan la entrevista de 2015 en La Vanguardia en la que aseguraba que tenía un ángel de la guarda. El de más memoria de la mesa lanzó la pregunta: «¿No se llamaba Marcial el ángel de la guarda del ministro?». La pregunta no era inocente, porque la novela ganadora del Nadal se titula El secreto de Marcial. Rápidamente, se recurrió a Google: la broma no acababa de ser perfecta, pero se acercaba mucho, porque el supuesto ángel de la guarda del Fernández Díaz ministro se llamaba Marcelo. Y Marcial era el padre del Fernández Díaz escritor argentino.
Instantes después se sabía, de boca del mismo galardonado, que el enigma del Marcial de la novela era el que había alrededor de la vida de su padre. «Era de aquella generación de hombres incapaces de comunicarse con sus hijos», explicó. Así pues, la obra ganadora del 81º premio Nadal explora la vida de un migrante asturiano que se llamaba Marcial Fernández y que cuando su hijo le dijo que quería ser escritor se entristeció. «Asociaba la literatura con la vagancia», admitió su hijo, que ahora ha trabajado arduamente para construir una novela que ha ganado un premio de los más prestigiosos en lengua castellana.