Joc de cartes ha buscado esta semana el restaurante más picante del Baix Llobregat. La comarca, reconocida por productos muy buenos como las alcachofas del Prat, ha sido el escenario perfecto para una prueba muy candente. Marc Ribas ha visitado cuatro restaurantes del Baix Llobregat donde la temperatura no ha hecho más que subir, sobre todo en la confrontación final, donde los reproches y las estrategias de unos concursantes han elevado la tensión. ¿Cómo ha sido el capítulo más picante de la temporada?

El Guasabi Street Food, un local de sushi pensado para ofrecer comida para llevar
La primera parada del equipo de Marc Ribas ha sido en Gavà. El restaurante Guasabi Street Food de Xavi Garmendia es especialista en platos asiáticos de fusión, donde destaca el sushi, las gyozas y el edamame, pero no ha terminado de convencer a los restauradores. El espacio estaba cuidado, pero necesita ampliar el local para ofrecer más mesas en el interior. La cocina no se ha llevado muchas quejas, aunque Jordi, uno de los concursantes, ha comenzado a hilar fino desde el primer minuto.
En cuanto a la comida, en líneas generales la han considerado bastante buena, aunque según ellos «faltaba picante», sobre todo en el edamame. Además, Xavi no está acostumbrado a servir mesas y Marc se dio cuenta cuando le preguntó si el wasabi era una raíz. «Aquí me has pillado», confesó el propietario. Los postres, mochis, tarta de queso y tiramisú eran buenos, pero Jordi los catalogó como «de quinta gama».
Kasa Japo Splau, un local espectacular con comida comercial
El local más sorprendente ha sido Kasa Japo Splau, situado en el Centro Comercial Splau de Cornellà de Llobregat. Elena Fernández forma parte de la agencia que organiza las cuentas y lleva la estética del local. Sus rivales han valorado positivamente su trabajo en cuanto al local, que refleja la cultura japonesa, pero Jordi ha admitido que «el restaurante es más imagen que comida de calidad«. Lo que no ha terminado de convencer a los restauradores ha sido el sistema de pedidos, que se hace de manera autónoma apuntando los platillos en un papel, limitando la interacción con el camarero. Jordi ha querido hilar fino una vez más: «Yo soy más tradicional y quiero que me sirvan».

La comida que probaron no se llevó muchos elogios. Edamame picante, langostinos en tempura, tártar de atún y arroz a la piedra son algunos de los platillos que pudieron degustar y aunque «eran buenos para ser servidos en un centro comercial», quien fue el gran protagonista de este restaurante fue la salsa picante. Xavi lo pasó realmente mal, porque su tolerancia al picante es casi nula. «Un vaso de leche, por favor», pidió poniéndose rojo.

El Monkeys Burger, un local de hamburguesas muy salvajes
El tercer restaurante que ha visitado Marc Ribas ha sido el Monkeys Burger en Sant Joan Despí. Ismael García, que pasó de trabajar en el mundo de la noche a centrarse en la hostelería, defiende su producto como unos platos bien salvajes. El espacio tiene mucha personalidad y su dueño está bien presente en las decoraciones. Los concursantes han probado varios entrantes como los nachos -que gustaron bastante-, tequeños y bravas, estas últimas con un corte que no es el habitual.
La estrella de la comida han sido las hamburguesas y los cócteles, que gustaron a todos en general. Sobre el picante, Elena consideró que era correcto, pero Jordi comenzó a mostrar su estrategia y criticó a su rival, lo cual terminará pasándole factura en su local. «Elena es demasiado políticamente correcta porque no está en su gremio». Pero quien salió peor parado otra vez fue Xavi con el pimiento picante de una hamburguesa. El momento hizo reír a toda la mesa e incluso Marc le terminó ofreciendo su cóctel, que se bebió de un trago.

El San Taco, una cocina minúscula y tacos al estilo mexicano
El último local que ha visitado Joc de cartes esta semana ha sido el San Taco en Santa Coloma de Cervelló. Su propietario, Jordi, ha sido el más exigente en sus valoraciones, y esto le ha pasado factura en la visita a su restaurante. La cocina era excesivamente pequeña, casi no cabían los restauradores.

En esta comida ha habido un poco de estrategia por parte del camarero y Jordi. Les sirvieron cuatro salsas picantes y cuando Ismael preguntó si las ponían siempre, el camarero admitió que sí, aunque tras cámaras se vio que no era cierto. Un poco de estrategia para subir aún más la temperatura.
Los restauradores fueron bastante críticos con la comida, después de que Jordi haya sido tan exigente con sus rivales. Aunque la comida era buena, dijeron que «los nachos no eran tan buenos como él decía» y que en general «no consideran que sea un taco ganador». El punto positivo se lo llevaron los cócteles y los postres.
La confrontación final ha mostrado las caras de los concursantes
Ha llegado el momento más tenso del programa. En la confrontación final, Jordi e Ismael se hicieron reproches considerablemente, sobre todo después de acusarlo de haber puesto un dedo dentro de la campana extractora para buscar restos de suciedad. «Jordi tiene la lengua afilada, pero una cosa es ser así y otra es ir a poner el dedo», criticó.

La tensión ha ido aumentando entre quejas y lágrimas, sobre todo de Ismael, al ver cómo su restaurante había conseguido un 7,3, la nota más alta de la noche. «El Monkeys es mi vida», admitió emocionado. Los reproches estuvieron bien presentes e incluso Elena quiso meter baza. «En el momento de destapar las bandejas, se destaparon las caras».

Al final, el restaurante ganador ha sido el San Taco, gracias a los cambios de nota que hicieron los concursantes y la valoración del chef Marc Ribas. El Plato Estrella ha sido para el bao del restaurante Guasabi Street Food, a pesar de que quedó último en la clasificación, el presentador valoró positivamente sus platos. Un nuevo programa que acaba con unas puntuaciones muy igualadas y donde el picante ha sido el gran protagonista, más allá de los platos que probaron.