Hace ocho temporadas que el grupo del instituto Reina Sibil·la comenzó a formar parte de la vida de los espectadores de TV3. Un grupo de boomers que vuelve a conectar veinticinco años después por el funeral de un amigo. Todo parece incluso siniestro, pero nada más lejos de la realidad. Los protagonistas de Com si fos ahir han conseguido una buena base de seguidores fieles que esperan sus tramas de lunes a viernes. En estos ocho años de culebrón, los personajes han participado en todo tipo de situaciones: conflictos, bodas, rupturas, negocios fallidos, estafadores, parejas tóxicas…
Entre los ingredientes que forman parte del éxito de la ficción catalana, la comida es un claro protagonista. Temporada tras temporada, los personajes han ido demostrando su afición gastronómica, convirtiendo platos del día a día en referencias y chistes internos entre ellos. Estos son los platos míticos convertidos en una seña de identidad de los personajes de Com si fos ahir.
La Mari Carmen, la mujer de los mil táperes y la empanada del discípulo Joel
Si alguien ha demostrado sus dotes culinarias, esa es Mari Carmen (Teresa Urroz). La madre de Noe (Elena Gadel) es la cocinera estrella de La iaia y los espectadores habituales ya saben que sus platos triunfan entre los personajes de la serie de TV3. Por un lado, sus míticas albóndigas, que cada vez que algún personaje está enfermo, Mari Carmen aparece con una veintena de táperes bajo el brazo. ¿Qué otras recetas triunfan? Uno de los platos preferidos de su protegido, Joel (Gerard Navarro), que devora las croquetas. Ahora bien, su recetario es extenso: el mítico cocido, la tortilla de patatas, la empanada… De hecho, ahora Joel ya sigue sus pasos y, como discípulo, ya hace su propia empanada.

La Joana y su plato ‘estrella’
Otro de los personajes que intenta demostrar su habilidad frente a los fogones es Joana (Marta Angelat), aunque no lo logra del todo. Desde los inicios de la ficción catalana ha preparado un plato que incluso su hijo Andreu (Marc Cartes) rechaza. Cada vez que quedan para comer, la mujer prepara unos macarrones que se han convertido en una broma recurrente porque nunca le quedan bien.

La Sílvia, una ‘minichef’ en prácticas
Hay quien tiene más suerte que otros. En el caso de Sílvia (Montse Germán), ha intentado innovar sus recetas y desde que comenzó su etapa en el Comsi, los espectadores la han podido ver cocinando todo tipo de platos. Uno de los espacios más recurrentes de su piso es la cocina, lugar en el que se distrae y a menudo hay las conversaciones más interesantes de sus tramas. De hecho, hace unos años intentó montar un negocio con sus míticas magdalenas que, por cierto, acabaron convertidas en el objeto de una pelea de comida con Gemma (Àurea Márquez), en un momento en que su amistad estaba muy resentida por una serie de traiciones. Ahora que está emparejada con Francesc (Eduard Buch), es habitual verlos compartiendo cenas temáticas y nuevos platos.

En esta última temporada, la incorporación de una gran chef ha permitido sumar nuevas recetas de alto nivel. Itzíar (Mar Ulldemolins) se presentó en la serie diaria que lidera las tardes con un sueño bajo el brazo. Venía de un restaurante con estrella Michelin en Suecia y ahora, ha convertido la Barnateca en el local de moda del barrio. Cada día presenta el plato de la chef, con combinaciones estrambóticas que triunfan entre los miembros del grupo.

Anécdotas gastronómicas
Más allá de los protagonistas que saben cocinar o reproducir platos destacados, hay anécdotas surrealistas protagonizadas por comida. Marc (Marco H. Medina), uno de los actores que ha dicho adiós a Com si fos ahir esta temporada, pasó por una época rebelde cuando trabajaba en el antiguo restaurante que había en el local de La iaia. Una hamburguesería de moda que hacía servicio a domicilio y que él convirtió en un refugio de tráfico de marihuana. ¿Y cómo podían hacer su pedido especial? Pidiendo una hamburguesa con guacamole.

Ahora bien, su padre, Quim (Jordi Rico), también tiene historias con un alimento, o más bien dicho, con una bebida. Quim tenía una adicción muy clara por el café, pero fue capaz de hacer una promesa: dejaría la bebida si conseguía que Marc se alejara del mundo de las drogas. A pesar de que su hijo se recondujo, él sufrió años y años para controlar su afición por la cafeína. Sea como sea, los detalles más insignificantes, como las comidas, a menudo tienen un sentido dentro de esta ficción que triunfa diariamente en TV3.