Los espectadores de Com si fos ahir son conscientes de que la calma no forma parte del estado natural de esta serie. La ficción catalana que lidera las tardes en TV3 incorpora todo tipo de historias, aventuras y situaciones surrealistas de un grupo de amigos que comparten la vida después de haberse conocido hace más de dos décadas en el instituto. La semana no ha sido tranquila, de hecho, los guionistas han tocado las teclas perfectas para revolucionar a los protagonistas. La llegada del seductor continúa causando estragos entre las mujeres y los encuentros secretos de Marta (Sílvia Bel) cada vez son más frecuentes.
El seductor quiere la segunda ronda
El Eugeni (Oriol Vila) es el gran protagonista de las últimas semanas. Este hombre que entró a la Barnateca muy guapo y con una sonrisa seductora en los labios, ha terminado jugando a cuatro bandas. Las mujeres del Comsi han caído rendidas bajo los encantos seductores de un personaje que no tiene miedo de hacer y deshacer a su antojo. Con Gemma (Àurea Márquez) no tuvo mucha suerte, porque pronto descubrió que su juego cruzado tenía más de una dirección. Cristina (Carlota Olcina), en cambio, parece más enamorada de lo que piensa. El Eugeni vuelve a sus brazos cuando quiere, porque sabe que ella estará dispuesta a pasar un buen rato sin compromisos. Quizás, sin embargo, es que aún no sabe todo lo que está haciendo el hombre cuando no están juntos.

La gran trama de los últimos capítulos ha puesto en evidencia la fidelidad de Cèlia (Sara Espígul). La socia de la consultoría, que parecía muy enamorada de Quique (Bien Duran), ha dejado claro que ante un par de palabras bonitas y comentarios aduladores, sus convicciones pierden credibilidad. La semana anterior, después de quedarse sola con el Eugeni organizando papeles para el hotel, terminaron liándose sin piedad. El problema es que Víctor (Pep Ambròs) los pilló en directo y, enfadado por las críticas de su compañera, decidió difundir la noticia. La consultoría esconde un secreto a punto de estallar, pero es evidente que los guionistas tienen alguna idea pensada.

Cèlia no puede resistirse a los encantos del seductor
En este episodio de jueves 22 de mayo ha habido una segunda ronda. Tras la cena en la que Noe (Elena Gadel) habló directamente con Cèlia para aclarar toda la situación con el nuevo cliente, los fieles espectadores del Comsi esperan ansiosos los avances de esta trama. El Eugeni, casualmente, estaba en el bar Flora en el momento en que Cèlia bajó a buscar unos cafés. En lugar de quedarse sentado y dejarla en paz, decidió acercarse e invitarla a tomar un café rápido.

Su táctica de coqueteo parece funcionar, porque la trabajadora no puede evitar dirigirse al sofá. Él comienza con sus discursos, felicitándola por hacer bien su trabajo -como si Cèlia necesitara que alguien le diga lo que ya sabe- y sobre todo, proponiéndole verse de nuevo para llevar las entrevistas juntos. Aunque ella intenta distanciarse, no puede evitar sentir atracción. Salvada por la campana, Noe le avisa que tienen mucho trabajo y que se dé prisa. Ahora bien, viendo su reacción, no parece que esté dispuesta a alejarse de este personaje insaciable.
Pelea en la consultoría
Más tarde, Cèlia y Víctor protagonizan una pelea en directo en la consultoría. Él está enfadado porque Bru (Marc Rius) lo ha bloqueado y su relación pende de un hilo, y Cèlia se ha enojado porque su compañero de oficina ha revelado su infidelidad. Después de gritarse, Miquel (Eduard Farelo) se ve obligado a intervenir porque su comportamiento es de niños pequeños. Ella le pide que no le cuente nada a Quique, pero lo hace porque quiere mantener el secreto o porque no quiere que el tema continúe siendo un debate en el trabajo? Por ahora, no hay ninguna certeza de que El Eugeni esté dispuesto a detener sus jugadas.

Las reuniones de Marta no son inocentes
Marta hace uno de esos papeles que generan amor y odio a la vez. La trabajadora de La iaia tiene una personalidad difícil, a menudo cuesta aceptar sus comentarios afilados y sus intenciones pueden ser egoístas, pero en el fondo, los amigos del grupo la quieren, incluso con sus defectos. En los últimos capítulos, después de haber estado persiguiendo a Esteve, el padre de Joel (Gerard Navarro), la trama ha dado un giro de guion muy interesante. Del odio al amor hay una línea muy fina y está a punto de cruzarla.

Sus primeros encuentros, marcados por la tensión, los gritos y los insultos de Marta, han pasado a ser conversaciones más tranquilas, aunque ella no acaba de creer que la prisión haya servido para rehabilitarlo. Ahora, sin embargo, parece que ha cambiado de opinión. Después de quedarse tirada en la carretera de camino a una reunión en un polígono industrial -y que ninguna persona del grupo pueda venir-, termina pidiendo ayuda a Esteve. Cuando vuelve a casa habla con Litus (Pepo Blasco), pero no es del todo sincera.

Hace ver que quien la ha ayudado con el coche es una persona desconocida y no Esteve. Parece que esta nueva amistad podría tener unos resultados inesperados para Marta. ¿Podrá separar los sentimientos del odio que siente por el padre de Joel? Nuevas preguntas abiertas para los espectadores a la espera del capítulo del viernes, que siempre incorpora un final explosivo antes del fin de semana.