Los guionistas de Como si fuera ayer saben elegir las tramas más interesantes para repartirlas durante toda la semana. La serie que triunfa cada mediodía en TV3 ha llegado a el ecuador de la semana, pero los espectadores saben que aún quedan muchos temas por tratar. Las aventuras románticas del seductor no se detienen y su habitación del hotel se ha convertido en el nido de actividad del público femenino. Eugeni (Oriol Vila) aumenta su lista de conquistas y parece que sus víctimas están preparadas para una segunda tanda. Por otro lado, un nuevo personaje que llegó a la ficción catalana hace unas semanas, ha empezado a mostrar su identidad. Detrás de una cara bonita y unos comentarios románticos, Bernat ha demostrado no ser tan buena persona como parecía.
Nuevas reuniones en el hotel y una confesión picante
El seductor de Comsi es uno de los protagonistas indiscutibles de los últimos días y es evidente que los guionistas quieren aprovechar el tirón del personaje. Cristina (Carlota Olcina) fue muy hábil y desde un principio puso todas las cartas sobre la mesa. Su interés por Eugeni funcionó y desde el primer momento que puso un pie en la Barnateca, ha revolucionado sus hormonas. Después de luchar mucho por ello, el seductor también sumó a Gemma (Àurea Márquez) a su lista de victorias.

¿Pero alguien cree que se ha detenido? Lo intentó con Noe (Elena Gadel) e Itzíar (Mar Ulldemolins), pero ante su negativa, puso la maquinaria en marcha en la consultoría y para sorpresa de todos, triunfó. Cèlia (Sara Espígul) se quedó desorientada por la sonrisa tentadora del propietario del hotel y entre reuniones y documentos, acabaron liándose. Ahora bien, no tiene suficiente con una vez, porque esta semana continúa buscando las cosquillas de sus conquistas, para ver quién quiere irse a la cama con él.

La confesión de Gemma no tiene argumentos
Gemma ha sido la última mujer que ha caído bajo la trampa de Eugeni. Aunque al principio intentó poner distancia porque sabía qué tipo de hombre era y porque además se estaba viendo con su socia, al final acabó participando en su tour personal por el hotel. En este capítulo del miércoles 28 de mayo, ha confesado su desliz a Sílvia (Montse Germán). Haciendo memoria, en el capítulo anterior, le dijo al seductor que su historia no se repetiría, pero por lo que le ha dicho a la amiga del grupo, no se arrepiente en absoluto y no se niega tampoco a repetirlo.

El nuevo encuentro de Cèlia y el seductor
Como decíamos, el seductor es incansable y viendo cómo Cèlia reacciona a las miradas que le echa, sabe que tiene el juego ganado. Su nueva propuesta ha sido hacer las entrevistas que ha organizado desde la consultoría en un despacho del hotel. Quizás parece una oferta coherente, pero sabiendo cómo es Eugeni, siempre hay una intención oculta. Además, lo más impactante de todo, es que Cèlia está emocionadísima. Incluso, cuando nadie la ve, se pone unos pendientes nuevos bien vistosos para su cita profesional.

Después de hacer todo el trabajo, y ahora sí, completar la visita guiada por el hotel, es la socia de la consultoría quien toma la iniciativa casi lanzándose a sus brazos. Tiene la audacia incluso de preguntarle si quiere hacer algo con ella porque se ha puesto toda guapa para la ocasión. Eugeni, normalmente mucho más valiente, acepta que Cèlia lleve el ritmo y vuelven a liarse. No es solo que ella esté ciega por las atenciones de Eugeni, sino que es la segunda infidelidad que comete contra Quique (Biel Duran) y no parece nada arrepentida de lo que ha hecho. No hay quien entienda su comportamiento, pero cuando esto salga a la luz, será una de las bombas de la temporada.

Bernat muestra su lado oscuro
Hace unas semanas, Patri (Lua Amat) dejó su relación con Toni petit (Oriol Cervera) de un día para otro. Después de trabajar en la fundación de Andreu (Marc Cartes) y conocer a un chico muy guapo y aparentemente muy legal, rompió con su novio. Aunque la decisión fue muy precipitada, Bernat y ella parecían hechos el uno para el otro. El problema, sin embargo, es que con los días, su máscara se ha ido resquebrajando. Primero, de manera muy sutil, ignorando los mensajes de Patri cuando la chica decidió ir a la fiesta de cumpleaños de su ex. Después de marearla y culparla de ser una persona muy intensa, Bernat volvió con ella como si nada hubiera pasado. En uno de los capítulos de la semana anterior, volvió a reaccionar de manera desmesurada. Le propuso mantener relaciones sin protección, escudándose en que como no podía quedarse embarazada, no había problema. Cuando ella se negó, una reacción totalmente normal, él la rechazó de nuevo. Cada vez es más evidente que detrás de esta fachada de buen chico, hay una personalidad tóxica y controladora.

En el episodio de este miércoles, ha conseguido manipular a su novia para que rechace unas entradas para un festival donde actúa su artista favorito. Después de que Itzíar pidiera las entradas extra porque Patri moría de ganas de poder ver el concierto en directo, lo que menos esperaba la chica era una clase magistral de soberbia de Bernat. La chica se ha tragado un discurso larguísimo de cómo este festival contribuye a destrozar la ciudad y que, por tanto, hay que boicotearlo y no ir.

La toxicidad de un personaje manipulador
¿Qué ha conseguido con todo esto? Que Patri no quiera ir, y cuando le ha replicado a Itzíar, palabra por palabra, el discurso de Bernat, ha evidenciado que este chico le está comiendo la cabeza completamente. La cocinera de la Barnateca se enfada porque su compañera está colgada de un manipulador. ¿Y qué hacen los manipuladores cuando se han extralimitado? Ofrecer un regalo para compensar sus acciones. Para sorprenderla, haciendo ver que se siente mal por lo que ha pasado antes, le regala dos entradas para ver al cantante en Florencia.

Patri, ajena a que el chico se está aprovechando de su buena fe, acepta encantada el viaje romántico. ¿Cuándo abrirá los ojos y se dará cuenta de la persona que tiene al lado? Por ahora, las tramas todavía están abiertas y los guionistas pueden aportar giros inesperados.