Vaya Navidad que harán pasar los guionistas de Com si fos ahir a los seguidores de la serie diaria de TV3. Este viernes se ha emitido el esperado último capítulo del año, el que cerraba un otoño caliente en el que la temperatura no ha bajado en ningún momento. Y todo ha quedado con muchas incógnitas que harán que los espectadores tengan ganas de volver a engancharse en enero, después de las fiestas navideñas.
Dicho resumidamente: el Comsi se va de vacaciones después de una semana que deja dos parejas rotas de repente, tres reconciliadas cuando nadie ya contaba con ello y un ataque de nervios sentimental de un personaje que no lo hubiéramos dicho nunca. Pero la historia más top –aunque estas cosas van a gustos, claro…– es y sigue siendo la de Rodri (interpretado por el actor Ivan Benet). Cuando parecía que iba a estallar la burbuja de su gran mentira, cuando una escena indicaba que se había rendido, cuando se veía claro que huía como un cobarde, vuelve, continúa con la farsa y la hace más grande.
Eva en la Luna: Rodri sigue mintiendo y ella no lo quiere ver
El gran misterio de la serie más vista de TV3 –va por la séptima temporada y la audiencia no afloja– es, ya podríamos ir diciendo, ¿cómo se puede ser tan tontaina como Eva con los hombres? No acierta ni una. El episodio del poeta Ernest (Ramon Villegas), por el que dejó a Litus (Pepo Blasco) y perdió el trabajo, ya fue lamentable. Pero después han venido dos médicos y ambos la han engañado. Y no es que le sean infieles, es que la engañan sobre cómo son, ocultan su verdadera personalidad o una circunstancia determinante. El de la temporada pasada, el racista y homófobo Lluc (Jordi Llovet), la tenía bien atrapada, hasta que descubrió cómo era… cuando ya se había comprado una parte de un apartamento con él. Y ahora está totalmente entregada a un farsante que se hace pasar por médico pero que es auxiliar de enfermería: está ejerciendo la medicina sin tener suficientes conocimientos. De hecho, lo que hace Rodri es un delito, pero además, cuando se sepa, provocará un drama para el cual no hay suficientes pañuelos de papel ni palomitas –según qué tipo de espectador seas.
La terrible escena del quirófano con Eva convulsionando
El caso es que toda Cataluña ya sabe que este hombre tiene a todo el mundo engañado con un número de colegiado falso, pero el resto de personajes no se dan cuenta. Y este jueves incluso puso en peligro la vida de Eva, quien lo convenció para que le operara el dedo como traumatólogo que se supone que es. Una reacción alérgica a la anestesia –local–, convulsiones, gritos y nervios en el quirófano, Andreu (Marc Cartes) –que es enfermero y ejerce de enfermero– y Rodri, paralizado. No supo qué hacer porque no sabe lo que debe saber para hacer una operación. Una vez superado el susto, Andreu lo regaña pero él sigue sin confesar. Y se le ve subir a un autobús con una bolsa de equipaje. Mientras tanto, Eva y Andreu lo esperan para la cena de Navidad.
Finalmente, a última hora se presenta. No se ha ido. Ha decidido continuar la comedia y llevarla aún más lejos: anuncia a Eva que finalmente no dejará la medicina –habría hecho un favor a la humanidad– y que aceptará la plaza de traumatólogo que le han ofrecido. Esto es patear el balón hacia adelante y lo demás son tonterías. Eva, tonta como ella sola, se le lanza a los brazos, dispuesta a pasar una Navidad romántica como pocas ha habido. Lo que no sabe es que cada día se adentra más en la boca del lobo. Y los espectadores deben guardar las palomitas para después de Navidad… o más.
Dos rupturas bruscas, pesadilla antes de Navidad
Las otras tramas de las que los seguidores de Com si fos ahir querrán saber más después de Reyes serán la sucesión de rupturas y reconciliaciones que se han acumulado estos días: Gina (Meritxell Huertas) ha echado a Jordi (Andrés Hererra) –otro tonto–, que aún no sabe si es cierto o no que se acostó con la malvada Lídia (Míriam Alamany). La prima ha consumado su venganza contra Gina por la herencia de la tía Matilde haciendo creer al bobo Jordi que se han acostado. Pero son muchos los espectadores convencidos de que se lo ha inventado para romper la pareja. Por lo tanto, después de Navidad, ¿se sabrá la verdad? La otra gran ruptura es la de Gemma (Àurea Márquez) y Toni (David Vert). Cuando parecía que estaban solucionando los problemas con una terapia de pareja, todo ha saltado por los aires y la separación ya se ha hecho efectiva.
Tres reconciliaciones que no se esperaban
Por el lado contrario, de manera también inesperada –o quizás no?– se han reconciliado Toni pequeño (Oriol Cervera) y Patri (Lua Amat), después de una noche en la que ambos han tenido una aventura –o eso hacen ver.
Y, amigos, la gran reconciliación es la de Marc (Marco H. Medina) y Etna (Clara de Ramon): la chica que estaba en Ginebra reaparece de repente, vuelve a atraer a Marc y ambos se van a vivir a Madrid. La cara de circunstancias de Cati (Olalla Moreno), madre de Marc, lo decía todo en el último capítulo del año: ¿qué será de su personaje, ahora que se queda sin la función dramática que tiene de ser madre de Marc? Primero le mataron al marido, Quim (Jordi Rico), muerto trágicamente en el último capítulo de la quinta temporada porque el actor tenía otros proyectos profesionales y quería dejar la serie. Y ahora, se le va el hijo. ¿Cómo se reconducirá la trama?
Pero hablábamos de una tercera reconciliación: la de Sílvia (Montse Germán) y Francesc (Eduard Buch). En el avance que se ha visto este viernes sobre el primer capítulo que se emitirá el año que viene, se les ve desayunando en pijama en casa de Sílvia. Pero esta trama aún tiene que dar unas cuantas vueltas. ¿O no?
Marta se ha vuelto una sentimental y lo demuestra… con un estallido de rabia
Y no podemos despedirnos sin comentar la gran transformación de Marta (Sílvia Bel). Aquella mujer egoísta, mentirosa y alérgica al compromiso y que los espectadores conocieron cuando comenzó la serie en septiembre de 2017 tiene ahora pareja estable y está desesperadamente aferrada a su papel de madre de acogida de Joel (Gerard Navarro), hijo maltratado por el padre con una madre maltratada por el mismo hombre, ahora felizmente encarcelado.
El adolescente comienza a dar síntomas de querer volver con su madre, que ahora que ha dado el paso de denunciar al marido tiene más puntos para que le devuelvan la custodia. El estallido de rabia y desesperación que se le ha visto hoy a Marta –»¡tú me metiste en esta mierda y yo ahora a Joel le quiero!»– le reprochaba a su compañero, Salva (Ernest Villegas). Al final del capítulo ha tenido que dejar ir a Joel a pasar la noche de Navidad con su madre. Veremos qué pasa después de Reyes.
