En agosto de 1984, un jovencísimo George Michael -entonces miembro del dúo Wham!, con Andrew Ridgeley- y un reducido grupo de técnicos entraron en los estudios Advision, entonces de moda en Londres. Hacía calor, pero se dedicaron a ambientar el local con guirnaldas y figuras navideñas. El motivo, iban a grabar Last Christmas, una canción navideña muy singular que acabaría convirtiéndose en un icono popular que cada Navidad regresa, sin falta, a las listas de éxitos. George Michael solo tenía 21 años, pero ya creía poder controlar su carrera, hasta el punto de que él mismo -sin formación musical- se encargó de tocar cada uno de los instrumentos, a veces con dos dedos.
Meses más tarde, con las primeras nevadas, un equipo de rodaje se trasladó a un complejo turístico suizo llamado Saas-Fee. Allí se recreó una fiesta navideña con varios amigos del grupo, como los cantantes Pepsi y Shirlie o el bajista de Spandau Ballet, Martin Kemp. El videoclip, más que una canción navideña convencional, es una canción que intenta reflejar la nostalgia por el amor perdido, la conexión íntima entre dos personas que fueron pareja fugaz sin que, aparentemente, nadie de su entorno sea consciente. El papel de gélida examante recayó en la modelo Kathy Hill. Cuarenta años después, Hill (ahora, con 63 años) recuerda aquel rodaje con cierta nostalgia: «Yo normalmente no bebería en una sesión, pero el ambiente era tan relajado como se ve en el vídeo y allí todos bromeaban. George Michael tenía un sentido del humor sorprendente. Hay una escena, cuando subimos a la colina, en la que él se caía a menudo, y yo cada vez estallaba en risa. Estuvo bien«.

George Michael (Flickr)
La letra de Last Christmas se ha interpretado a menudo como un paralelo de la homosexualidad oculta del propio Michael: «La cara de un amante con fuego en su corazón, un hombre en el que refugiarse, pero tú me echaste«. Un reproche que se contradice con unos sentimientos aún poderosos «Me trataste mal, ahora lo sé. ¡Qué loco he estado! Pero si me besas ahora sé que me volverás loco otra vez«. Kathy Hill, en funciones de examante ambigua, recuerda que en el rodaje real George Michael fue especialmente amable y que, curiosamente, se interesó mucho por la música de Vangelis, entonces pareja sentimental de la modelo y compositor de bandas sonoras como la de Blade Runner, otro icono de los años ochenta que ha sobrevivido al tiempo. En cualquier caso, la ocultación de su homosexualidad siempre angustió a George Michael. Su compañero en Wham!, Andrew Ridgeley, explica que «George intuyó que, de saberse, eso hundiría nuestras posibilidades de éxito. Era muy importante para los dos que Wham! alcanzara el éxito que deseábamos. Fue duro para él, no hay duda de eso. Y le causó un gran malestar».
El hecho es que, más allá de esta canción, George Michael tuvo una larga carrera artística, llena de éxitos. Después de Wham!, donde aún iba totalmente afeitado, vendría su característica perilla y algunos escándalos personales. Ironías del destino, George Michael murió el día de Navidad del año 2016. Justo la fiesta en la que cada año será recordado por su canción navideña; triste, en gran parte, pero lo suficientemente original para convertirse en la más popular y escuchada del pop internacional.