El caso Daniel Sancho, el joven español que ha asesinado y descuartizado a un cirujano colombiano en Tailandia, quizás no es tan simple y directo como parece. A pesar de que Sancho, hijo del conocido actor Rodolfo Sancho, ha confesado el crimen y ha dado algún detalle, hay expertos que aseguran que la versión del joven contiene contradicciones e inexactitudes que hacen dudar de que su relato sea totalmente cierto. La reputada criminóloga Carmen Balfagón, habitual de los platós de televisión, ha puesto en entredicho varios detalles clave del caso en Telecinco.
“Estoy segura de que estaba acompañado”, ha dicho Balfagón de manera contundente. La criminóloga considera que es imposible que Daniel Sancho descuartizara solo el cadáver de Erwin Arrieta. “Desmembrar un cadáver lleva tiempo”, explica. “Para separar los miembros del cuerpo hay que estirar para sacar el hueso [para romper la articulación]. Mi hipótesis es que estaba acompañado”. La veterana criminóloga recuerda que Sancho es un joven de familia acomodada, que siempre ha estado “protegido” y que no “tiene problemas ni antecedentes violentos”, por lo cual cree que necesitaría alguien que lo acompañara y le apoyara para cometer el crimen y deshacerse del cuerpo.

Dudas sobre cómo se deshizo del cadáver descuartizado
Balfagón tampoco ve plausible la explicación que ha dado el joven sobre cómo se deshizo del cadáver. “Es absurdo llevar una parte [del cuerpo] al mar y que no se lleve el resto. Si alquila un kayak y tira todo el cuerpo al agua, nunca lo hubieran descubierto”, relata. “Parece que hay algún tipo de acuerdo con otra persona, menos organizada, para que se tire la otra parte del cuerpo a un vertedero en una bolsa. Y esa persona deja allá el ticket de la compra del material con el cual supuestamente mató [al cirujano]”.
La reputada criminóloga también ha desmontado la versión policial sobre las pruebas de ADN. “Me llama mucho la atención lo que dicen de las pruebas de ADN: ¿Con qué las han comparado? Sabes la identidad de una persona porque coges una muestra y la comparas con el ADN de los familiares directos, que en este caso serían los padres. Y esto no se ha podido hacer por mucho que diga la policía tailandesa. No me cuadra que [Sancho] haya denunciado amenazas y no se le haya requisado el teléfono. Tampoco han aparecido el móvil y el ordenador de la víctima…” Balfagón considera que los abogados defensores tienen mucho trabajo por delante. “Permitidme que dude de la instrucción”, sentencia.