La enorme variedad de pueblos y ciudades que conforman Cataluña capta la atención de viajeros y amantes de la naturaleza, tanto locales como internacionales. Mientras que en primavera y verano los pueblos costeros concentran buena parte de los visitantes, durante los meses de invierno, en los que las temperaturas son más bajas, los pueblos del interior del territorio cobran un protagonismo especial. Más allá de los Pirineos, que concentran buena parte de la actividad turística catalana, en el resto del país también se esconden destinos ideales para hacer una escapada de fin de semana en familia o con amigos. Este es el caso, por ejemplo, de El Pinetell, situado en la comarca de la Conca de Barberà. Se trata de una entidad de población -un concepto estadístico utilizado para los censos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat)- del municipio de Montblanc.

Según los últimos datos censales del año 2024, esta entidad de población de la Conca de Barberà tiene solo 9 habitantes registrados. El término municipal de Montblanc, sin embargo, el cual está formado por varias pequeñas poblaciones diseminadas por el territorio, tiene más de 7.450 habitantes, la mayoría de los cuales se concentra en el núcleo de Montblanc. El Pinetell está situado a unos siete kilómetros al suroeste del municipio al que pertenece. A diferencia de otros pueblos de la zona, esta pequeña población no destaca especialmente por su riqueza arquitectónica, sino que lo hace por la enorme cantidad de rutas y espacios naturales que se esconden en los alrededores. En este sentido, destaca especialmente el toll de l’Esqueix, un pequeño pozo alimentado por el agua cristalina del río Brugent.

Una ruta apta para todos los públicos

La magia del toll de l’Esqueix, sin embargo, no se limita solo al pozo y la pequeña cascada que lo preside, sino al increíble entorno natural que lo rodea. En el aparcamiento situado en El Pinetell comienza un camino, de unos cuatro kilómetros de distancia, aproximadamente, señalizado con marcas amarillas y blancas -el símbolo que se utiliza para indicar los pequeños recorridos en el senderismo- que permite descubrir la belleza paisajística del entorno. De hecho, durante el trayecto hasta el pozo, se pueden observar unas espectaculares vistas al valle de la comarca desde el mirador de la Roca del Lloro. Se trata de una pequeña excursión apta para todas las personas, desde los más aficionados a la montaña hasta las personas que tienen más dificultades a la hora de hacer senderismo, ya que solo tiene 177 metros de desnivel. Es decir, el camino hasta el pozo es apto para todos los públicos.

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