Un estudio del Hospital Clínic y Purina ha demostrado que la terapia asistida con perros tiene resultados positivos en los pacientes pediátricos afectados por trastornos de salud mental. El estudio, que ha durado dos años, ha sido encabezado por Elías Guillén, enfermero especialista en salud mental, y Àstrid Morer, jefa de servicio de psiquiatría infantil del Hospital Clínic. Las conclusiones han sido claras: la terapia asistida con perros es efectiva con los niños con problemas de salud mental porque ayudan a que el paciente esté más colaborador. «El vínculo entre el perro y el paciente es muy cariñoso y es un facilitador de terapia que ayuda a llevar a cabo el tratamiento. A veces hay resistencia de los pacientes y el estudio demuestra que hay un 75% más de crisis y descontrol cuando los perros no están que cuando vienen», explica Morer.

Hasta ahora el estudio se ha hecho únicamente con menores hasta 13 años, pero dados los buenos resultados se está estudiando probarlo en adolescentes. Los pacientes que han recibido los beneficios de estos perros tenían trastornos graves como el trastorno del espectro autista, el estrés puesto traumático o problemas de conducta y ansiedad. El enfermero responsable del estudio ha explicado que la terapia con perros «facilita» el trabajo de los profesionales porque ayuda a tratar los pacientes y a que se muestren más colaborativos. «Es pronto para sacar conclusiones, pero los primeros resultados son muy positivos. Los niños tienen un 75% menos de crisis cuando la terapia se hace con estos animales», explica Guillén.

Una adolescente recibe terapia de un perro / Clínico
Una adolescente recibe terapia de un perro / Clínico

Perros seleccionados que se jubilan cuando ya no quieren trabajar

Eva Domènech, responsable del entrenamiento de los perros en el Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC) asegura que los perros se seleccionan de pequeños porque «es importante que la carga emocional del perro no sea un impedimento». «Los perros pasan un examen para ver si les gusta este trabajo, este contacto con las personas, y también se estudian sus aptitudes», explica Domènech. El CTAC analiza a estos perros hasta que se confirma que son aptos para este trabajo con los pacientes. «Cuantas más habilidades tienen los perros más ricas son las sesiones terapéuticas», añade. Durante los dos primeros años de vida de los perros se produce todo este amaestramiento, y a los dos años se considera que el animal es maduro. Después trabaja con pacientes «hasta que esto deja de hacerlo feliz y se jubila», lo que se produce normalmente entre los seis y los ocho años.

Es en este momento cuando el perro empieza a reducir su predisposición y muestra menos energía en las terapias. «Son perros muy queridos y estimulados, pero tenemos que ser responsables y actuar si vemos que el perro ya no quiere trabajar más«, explica Domènech. Con ella han llegado al patio del Hospital Clínic dos de los perros con los que hacen terapia asistida. En este caso, Miel ya está lista por su jubilación y Nina empieza a bajar la actividad a pesar de su sabiduría para hacer terapia. «Constantemente tenemos perros en formación para mejorar la vida de las personas», explica la responsable, que añade que la raza del perro no es importante para esta terapia a pesar de que hay algunos, como los Golden Retriever, que genéticamente tienen más aptitudes para aprender e interactuar con los pacientes.

Dos de los perros que han participado en el estudio / ACN
Dos de los perros que han participado en el estudio / ACN

El proyecto guau de Purina ayuda a la socialización de los cachorros

Purina ha elaborado este estudio en colaboración con el Clínic para demostrar la «implicación como empresa en el ámbito social». Así lo ha subrayado Mònica Massó, directora del área especializada de Purina. La intención ha sido «demostrar con ciencia lo que sabemos, que es que la vida con animales es mucho mejor». «La ciencia es con lo que trabajamos para hacer nuestros productos y queríamos dar un paso más allá», señala.

Además, los responsables de Purina han presentado el Proyecto Guau, que consiste en socializar cachorros con familias de acogida y voluntarios de la misma marca para que en un futuro puedan ser perros de terapia. En la quinta edición de este proyecto los perros que están preparando para que puedan hacer este trabajo son la Xispa, la Keisy, el Mágico y la Pinya.

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