La pandemia de la Covid se ha convertido, con el tiempo, en un paréntesis en la «normalidad» del cóctel de virus respiratorios que circulan por Cataluña durante los meses más fríos del año. Mientras que en el año 2020 -en el momento álgido de este tipo de coronavirus- y los dos años posteriores la Covid se convirtió en el virus más frecuente del invierno en el sistema sanitario catalán, la estabilización de la curva de contagios de este virus ha catapultado de nuevo la gripe, tanto de tipo A como B, en el país. De hecho, este año, según los últimos datos del Sistema de Información para la Vigilancia de Infecciones en Cataluña (SIVIC) -con cifras correspondientes a la semana pasada-, y tal como ha asegurado el mismo secretario de Salud Pública, Esteve Fernández, la incidencia de la gripe ya ha alcanzado el pico epidémico previsto, con 439 casos por cada 100,000 habitantes, y supera los niveles de transmisión contabilizados en el mismo período del año anterior, que ya eran «muy altos». Según apuntan desde la consejería, esta tendencia se mantendrá «una o dos semanas», y luego comenzará a descender progresivamente.
Los expertos consultados por El Món, sin embargo, aseguran que estas cifras se enmarcan dentro del contexto de «normalidad» habitual en la epidemia anual de gripe, la cual solo se había roto durante los años de pandemia, en que el coronavirus de la Covid derrotaba a otros virus. «Los años 2020 y 2021 no hubo casi incidencia de gripe, una situación muy excepcional que, poco a poco, se ha ido recuperando. Volvemos, un poco, a la normalidad», apunta el doctor Antoni Trilla, epidemiólogo, miembro de la junta de gobierno del Colegio de Médicos de Barcelona (CoMB) y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona (UB).
Muchos contagios y cifras de vacunación bajas
Ahora bien, a pesar del incremento de pacientes positivos en gripe, la tasa de vacunación se mantiene en cifras «muy bajas», por debajo de los umbrales recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). «La campaña de vacunación se extiende, pero no estamos para tirar cohetes», asevera el vocal de la junta de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar (CAMFiC), Jordi Mestres, que coincide también con la opinión del doctor Trilla. De hecho, la tasa de vacunación se sitúa alrededor del 40% entre la población a la que se recomienda esta protección -mayores de 60 años y población con factores de riesgo-, mientras que la OMS recomienda un índice de vacunación superior al 60%. «Nunca hemos alcanzado los estándares internacionales», recuerda el doctor Trilla. Los expertos consultados consideran que esta baja vacunación se debe a la «desconfianza», el «desconocimiento» y la «fatiga» de la población en relación con las vacunas, especialmente después de los años de pandemia, en que la administración catalana ha incentivado mucho el uso de las vacunas para paliar los efectos de la Covid. Una idea, pues, que condiciona directamente la percepción de las vacunas para la ciudadanía: «La aceptación de la vacunación es una cuestión de confianza a largo plazo», apunta el epidemiólogo.

La «poca percepción de riesgo» con la gripe, otra causa de la vacunación insuficiente
Desde el Departamento de Salud, en manos de la consejera Olga Pané, coincidiendo con la opinión de los especialistas, defienden que la vacuna es una medida «eficaz» y «segura» para paliar los efectos de la gripe, ya que se trata de una vacuna que contribuye a reducir las posibles complicaciones de esta enfermedad. Además, este año, la vacuna que se ha utilizado durante esta campaña -la cual aún no ha terminado- «coincide» bastante con la mutación genética de los virus que circulan en Cataluña: «Esta vacuna coincide con las variedades genéticas del virus que hemos detectado«, defiende en declaraciones a este diario el subdirector general de vigilancia epidemiológica de la consejería, Jacobo Mendioroz. En esta línea, Mendioroz cree que la baja vacunación se debe a la «poca percepción de riesgo» de la población en relación con la gripe, ya que es considerada como una enfermedad «normal» durante los meses de más frío. Incluso, inofensiva: «Lo vemos normal y no debería serlo. Hay que cambiar la concepción sobre los virus respiratorios en invierno», asevera.
Es precisamente por esta percepción sobre la gripe y su vacunación que los expertos consideran que hay que cambiar la mentalidad de la población en relación con este virus respiratorio. «Se debe entender que la vacuna de la gripe tiene por objetivo reducir el riesgo de posibles complicaciones de la enfermedad, no evitarla«, recuerda el epidemiólogo. De hecho, esta vacuna puede reducir cerca de un 50% las eventuales complicaciones del virus en las personas de riesgo.
En este sentido, el presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (FEFAC), Antoni Torres, asegura que hay que «romper las barreras» actuales para acercar las vacunas a la ciudadanía: «Debemos facilitar que la población quiera vacunarse, que entre que tomen la decisión de hacerlo y lo lleven a cabo haya los mínimos obstáculos posibles», argumenta. El farmacéutico recuerda que el sistema sanitario catalán ya hace «un buen trabajo» para facilitar la vacunación de la población, pero considera que aún hay demasiados «obstáculos» burocráticos que repercuten en la incidencia de estas vacunas en la lucha contra la epidemia de gripe.

Alternativas de vacunación para «desestresar» el sistema sanitario
Para «desestresar» el sistema sanitario catalán, los especialistas consideran que la administración catalana debe replantear y «volver a analizar» el sistema de vacunación contra la gripe. No porque el actual no sea eficaz, sino para mejorarlo. En este sentido, Antoni Torres insiste en que las farmacias pueden jugar un papel activo que tenga grandes beneficios para la población: «Países como Francia o Portugal, entre otros, han implementado las farmacias como centros de vacunación, y les ha funcionado muy bien. Podríamos estudiar hacerlo también en Cataluña», asevera. De hecho, las farmacias ya se convirtieron en elementos esenciales a la hora de realizar pruebas de covid, una medida que el expresidente Pere Aragonès valoró «muy positivamente» para superar la pandemia. «Si tenemos el sistema sanitario tensionado [tal como ha admitido la misma consejería], aprovechemos las farmacias», reivindica Torres.
Ahora bien, esta propuesta del presidente de la FECAC implica reformular la normativa actual sobre la vacunación: «De entrada no es descartable, pero hay que ver cómo se podría aplicar logísticamente», recela Jordi Mestres. En esta misma línea, el doctor Trilla recuerda que «vacunar es un acto médico que requiere una preparación, una supervisión y un control» especial para llevarlo a cabo. A pesar de las dudas, sin embargo, los expertos no ven con malos ojos que se pueda poner sobre la mesa la incorporación de las farmacias dentro de la red de centros donde la ciudadanía puede ir a recibir la vacuna -que de momento se hace en los centros de atención primaria. Ahora bien, más allá de convertir las farmacias en espacios habilitados para vacunar, el miembro del Colegio de Médicos de Cataluña considera que hay otros mecanismos probados que podrían tener grandes beneficios en las campañas de vacunación contra la gripe, como los parches con «microagujas solubles»: «Sería positivo estudiar su aplicación», asevera.
Aun así, los expertos consultados recuerdan que mejorar la incidencia de la vacunación no es solo un trabajo de la administración catalana, sino que también requiere el «esfuerzo» de la población. «Han calado bastante los discursos antivacunas y hay que revertir esta tendencia. Es muy importante mejorar la educación sanitaria de la ciudadanía», insiste el vocal de la junta de la CAMFiC. Así pues, ante el retorno a la «normalidad» de la gripe, que ya ha superado el período de excepcionalidad por la pandemia de la Covid, los especialistas coinciden en que hay que volver a evaluar la eficacia del sistema de vacunación actual para lograr mejorar los niveles de vacunación de la población de riesgo catalana y, como mínimo, intentar igualar las recomendaciones internacionales, ya que esto permitiría descongestionar el sistema sanitario.