«El pueblo preferido de los franceses 2024» es un municipio de la Cataluña Norte, que durante la pasada campaña a las elecciones en el Parlamento fue escenario de un acto protagonizado por el presidente al exilio, Carles Puigdemont. Los espectadores e internautas del programa
En un enclave excepcional, en el extremo sur de la Cataluña Norte, Colliure es una pequeña población, con poco más de 2.500 habitantes, situada a pocos kilómetros de la Jonquera. Se dio a conocer a principios del siglo XX, cuando se convirtió en un destino atractivo para artistas importantes de la época como Picasso, Matisse o Dalí, que pasaron largas estancias. Pero el vínculo de la villa con el mundo de la cultura no acaba aquí. Durante más de medio siglo, el novelista Patrick O’Brian residió, y de hecho, su tumba se encuentra al cementerio municipal, lugar donde también se encuentra enterrado el poeta exiliado Antonio Machado.

El catalán Guy Llobet, alcalde del municipio, ha dicho en declaraciones a La Independant que está «muy contento» por esta elección, y ha recordado que Colliure tiene «cierta notoriedad gracias a sus pintores, pero también a su historia cultural y medioambiental». «Es un pueblo extraordinario, teníamos todos los argumentos para ganar este título», y ha remarcado el apoyo asociativo que ha recibido: «soy catalán, y el hecho que el país catalán se haya movilizado no por mí, sino por el pueblo, es maravilloso». La villa ya acoge anualmente miles de turistas, una situación que podría verse incrementada si se tiene en cuenta que el pueblo preferido por los franceses el año pasado ha multiplicado por sed sus visitas.
Los atractivos de Colliure
La villa es un auténtico paraíso tanto para los bañistas como para los excursionistas que recorren el camino de la costa, con un paisaje de calas, acantilados y pequeñas playas de aguas cristalinas. Se mezclan las aguas mediterráneas y las rocas montañosas de los Pirineos. El pueblo también tiene un gran valor patrimonial, y destacan el Castillo Real, una impresionante fortaleza del siglo XIII construida para acoger los reyes de Mallorca, el campanario con cúpula de color rosa, que antiguamente servía de faro para el puerto, y la iglesia parroquial de Santa Maria dels Àngels, el claustro del Convento de los Dominicanos y el Museo de Colliure.

Los amantes del vino también podrán disfrutar de unas viñas situadas en unos bancales que desafían la gravedad. Allá se producen dos denominaciones de origen, «Colliure» y «Banyuls». Todo este entorno impresionante, y el maravilloso cielo azul, se puede apreciar perfectamente desde la Torre Madeloc, a 650 metros sobre el nivel del mar sobre el pueblo, o desde el Fort Saint-Elme, una ciudadela ensartada fortificada por Vauban con unas vistas panorámicas privilegiadas que van desde el macizo de las Corberes hasta los contrafuertes del Canigó, y toda la costa.