La madre de la policía española infiltrada en los movimientos sociales e independentistas de Girona habría participado en el montaje para evitar que Òscar Campos, el activista con quien la espía mantenía una relación sentimental, sospechara algo. Según explica La Directa, Campos conoció a la madre y a la mejor amiga de la policía infiltrada durante un viaje a Mallorca en 2021. “María no puede ser policía, conocemos a su madre, he estado en su casa”. Es lo primero que pensó Campos cuando le explicaron quién era realmente María, la chica con quien había compartido tres años de su vida sin saber que en realidad lo estaba utilizando para extraer información de los movimientos sociales donde militaba.

El activista recuerda el día que conoció a la supuesta mejor amiga de María y de la actitud “incómoda” que tuvo durante todo el rato. Después fueron a casa su madre, en el barrio de Establecimientos de Palma. El semanario asegura que es la residencia familiar, no una tapadera. “Cuando llegamos, su madre lloró de alegría de verme. Me dijo que, a pesar de tener a María viviendo fuera, está feliz y tranquila porque sabe que vive conmigo y estoy allí para protegerla”, explica Campos. El activista gerundense tiene un buen recuerdo de aquel viaje. Se sintió muy bien tratado por la madre y desde entonces mantuvieron una relación a distancia, con numerosas llamadas y videollamadas. Incluso le hacía llegar regalos cada vez que la hija visitaba Mallorca. Según relata Campos, la policía infiltrada le explicó un día que su padre sufría cáncer y que tenía que irse de manera temporal de Girona.

Varios activistas muestran carteles de la policía española infiltrada a Girona / ACN

Actividad españolista en las redes

La actividad de la madre en su cuenta de Facebook da algunas pistas de su posicionamiento político, a pesar de que ya hace cuatro años que no publica nada. Durante el 1-O difundió mensajes de cuentas vinculadas a la policía española que tildaban a la CUP de “traidores a la patria” y defendía a la Guardia Civil después de la manifestación del 20-S ante el Departamento de Economía que acabó con tres vehículos dañados. También tenía mensajes contra el catalán, una lengua que considera “de imposición”. Y además, tenía fotografías de la hija con otro hijo, agente de la Jefatura de las Baleares y simpatizante del sindicato ultra Jusapol.

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