La oficialidad del catalán en la Unión Europea (UE) se ha vuelto a posponer y el tema no se abordará nuevamente hasta el 24 de junio, cuando está prevista una nueva reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE. El aplazamiento de la oficialidad del catalán ha supuesto otro jarro de agua fría de la UE. Siete estados miembros, entre los cuales se encuentra Alemania, han pedido al gobierno español posponer la votación. Ahora, la estrategia del ministro de Exteriores José Manuel Albares es tratar inmediatamente con estos países las dudas jurídicas y financieras que puedan tener.

En una entrevista en 3/24, recogida por la agencia ACN, el ministro se ha mostrado optimista, pero la realidad es que el gobierno español lleva tiempo intentando la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE y, de momento, no lo ha logrado. Según Albares, se está «más cerca» y ha recordado que este es «un compromiso irreversible» del gobierno de Pedro Sánchez. Para intentar convencer a los países que expresan dudas, el ejecutivo socialista está dispuesto a “mejorar la redacción” de sus argumentos jurídicos y financieros.

Una veintena de países a favor o no ven impedimentos

Albares ha asegurado que mientras siete países expresan reticencias hay una veintena que están a favor de la oficialidad de las tres lenguas o no ven ningún impedimento. Y ha remarcado que no ha sido España quien ha retirado el punto de la votación del orden del día sino la presidencia polaca de turno, que ha considerado que era mejor posponer la decisión tras constatar que no había la mayoría necesaria para incluir las tres lenguas cooficiales en el régimen lingüístico de la UE. «El tema sigue sobre la mesa para lograr la unanimidad», ha asegurado el ministro.

Reunión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea, celebrada este martes en Bruselas | Unión Europea
Reunión del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea, celebrada este martes en Bruselas | Unión Europea

Los países a favor y en contra

Actualmente, la situación es esta: el sí solo está garantizado por parte de España, que es quien ha puesto la propuesta sobre la mesa, Portugal, Bélgica, Irlanda, Dinamarca, Hungría y Eslovenia. Por otro lado, Francia, Países Bajos y Chipre muestran dudas, pero se acercan al sí. Y Alemania, Italia, Croacia, Austria, Suecia, Estonia, Letonia, Lituania y Bulgaria expresan dudas sobre la oficialidad, mientras que se desconoce la posición de Polonia, República Checa, Eslovaquia y Rumanía. Finlandia, en cambio, se inclina por el no. Parte de las dudas de los estados miembros de la UE es que la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego provoque un efecto llamada y otras lenguas minoritarias pidan también ser oficiales.

La semana pasada, el gobierno español ya enfrió la oficialidad del catalán al plantear una implementación progresiva del catalán, el euskera y el gallego. “La implementación no puede ser de golpe”, indicaron fuentes del ministerio de Exteriores. Esto es así porque, cuando estas tres lenguas se conviertan en oficiales, deberán someterse a los procesos administrativos y burocráticos de la UE, que suelen ser lentos.

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