Este jueves por la mañana, la consejera de Educación, Anna Simó, ha enviado una carta a las familias de Cataluña asegurando que reforzará los esfuerzos en lectura, matemáticas y lenguas, los puntos débiles que han quedado a cuerpo descubierto con los males resultados de las pruebas PISA. La consejera, pero, también se ha dirigido directamente a las familias y les ha pedido que valoren «el esfuerzo que están haciendo los y las docentes para gestionar la complejidad de los centros educativos y el aprendizaje del alumnado» y que les ayuden a trabajar para controlar el uso de pantallas que hacen sus hijos e hijas. Este ha sido el punto que ha causado indignación entre las familias. La plataforma de Asociaciones Federadas de Familias de Alumnas de Cataluña (aFFaC) lamenta que el Departamento no haga «autocrítica» de la situación actual, sino que eche pelotas fuera, tal como aseguran que ha hecho con esta carta.
Desde la entidad denuncian que Educación no está siguiendo una estrategia para revertir la problemática que han destapado los males resultados de las pruebas, sino que «después de años de ningunear e ignorar» las familias ahora les piden que hagan todo el que «la consejería no ha sido capaz de hacer, es decir, regular el uso de las pantallas, fomentar la lectura y acompañar durante el estudio». En este sentido, aFFaC lamenta que ya hace años que proponen medidas para mejorar los resultados de los alumnos, pero que la consejería ha optado para «desestimarlas sistemáticamente».

Falta de rumbo en el timón de Educación
Desde la entidad consideran que la consejería de Educación actúa sin rumbo fijo desprendido de la estocada de las PISA. En este sentido, creen que las declaraciones de la consejera a la rueda de prensa que ofreció martes, el día siguiente que se conocieran los resultados del informe, fueron «ambiguas» y «contradictorias», cosa que pose en «evidencia» que el Departamento «continúa sin tener un plan que pueda desplegar con medidas concretas».