El Departamento de Educación propone aplicar medidas “quirúrgicas” para abordar reformas pendientes como la sexta hora o la reducción de ratios para dar prioridad a los centros de alta complejidad. En una entrevista a la Agencia Catalana de Noticias (ACN), la consejera de Educación, Esther Niubó, asegura que se deben “reforzar” y tratar “mejor” las escuelas con más dificultades, que deben poder tener más dotaciones y más apoyo, pero también unas ratios más reducidas y disponer de incentivos para estabilizar los equipos docentes. El departamento no descarta que los incentivos sean económicos, pero de momento Niubó se limita a decir que se debe “estudiar”.
Educación ha acelerado los trabajos para tener lista la revisión de la catalogación de la complejidad de los centros durante el año 2026, ya que la última se realizó en 2021. Una vez esté hecha, el departamento quiere tener a punto una batería de medidas “más concretas” y “más quirúrgicas” para “reforzar” estos centros. Las escuelas e institutos de alta complejidad tienen dificultades para retener al personal docente y de un curso a otro puede cambiar la mitad del claustro. “Deben tener unas condiciones que los incentiven a estar allí”, ha reconocido Niubó. La consejería plantea “apoyos adicionales” que se deben notar “también en cuanto a financiación y en cuanto a plantilla”.
Aparte de reforzar los centros de alta complejidad, Niubó también considera importante abordar las condiciones laborales del conjunto del sistema educativo. “Y por eso son muy importantes las ratios”, explica. El departamento también quiere reforzar las dotaciones de personal de apoyo, ya que la consejería es consciente de que la mejora de las condiciones laborales de los docentes no solo pasa por un aumento de sueldo, sino por la mejora de la calidad de la atención educativa en las aulas para descargar al personal.

El debate sobre la jornada escolar
Educación quiere abordar con los sindicatos y las direcciones de los centros el debate sobre la jornada escolar, que actualmente es muy diferente según la etapa educativa y si la escuela es pública o concertada. La voluntad del departamento es “trabajar en el ámbito de la equiparación de las condiciones del conjunto de centros del Servicio de Educación de Cataluña” y por eso considera que “en algún momento” habrá que hablar de los horarios. Uno de los principales puntos de fricción es la aplicación de la sexta hora, que en principio se debía abordar este mismo curso por el pacto de investidura con los Comuns, pero que finalmente se ha dejado en un cajón e incluso se ha parado un estudio que se estaba haciendo para valorar su recuperación en la pública.
Niubó ha asegurado que se debe estudiar detenidamente si es necesario aplicarla de “manera lineal” a todo el sistema educativo público o si sería mejor aplicar “medidas más quirúrgicas” para reforzar los centros que más lo necesitan. Se trataría de seguir el ejemplo del comedor escolar, que se ha recuperado en los centros de secundaria de alta y máxima complejidad y que se quiere aplicar en el refuerzo de lengua y matemáticas en los centros con más dificultades. “Nos parece que medidas menos lineales, más quirúrgicas, contribuyen más a los objetivos que nos proponemos”, ha insistido. Esto permitiría ganar en calidad y equidad y reforzar a los alumnos que más lo necesitan. Con todo, el departamento considera que el debate sobre los horarios no es “sencillo” y que se debe abordar de manera “serena” con el conjunto de la comunidad educativa. “Estamos dispuestos a hacerlo y sería importante que el Consejo de Educación de Cataluña pueda tener realmente un papel protagonista”.