Cuenta atrás y futuro incierto en Vall de Nuria, en la comarca del Ripollès. La administración catalana, a través de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC), ha estado históricamente al frente de la gestión de la estación de esquí y el espacio lúdico del Valle. Ahora, pero, el enroque en las negociaciones para la nueva concesión entre el Ayuntamiento de Queralbs, en manos de la alcaldesa juntaire Imma Constans, y la empresa pública deja un escenario neblinoso en los pueblos de la zona. El pasado 30 de abril, el día que finalizaba la última prórroga de la concesión del espacio, FGC anunció un inicio de acuerdo para continuar haciéndose cargo de la gestión de la equipación y, por consecuencia, poder garantizar su funcionamiento durante la temporada de invierno, que arrancará -si se llega a un acuerdo- a principios de diciembre. El Ayuntamiento, pero, no hizo ningún manifiesto en relación con este inicio de entendimiento.
Según detalló el gobierno municipal de Queralbs el pasado 30 de abril, la alcaldesa del pequeño pueblo se reunió con el secretario general del Departamento del Territorio, el presidente de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC), Antoni Segarra, y los equipos de asesores de las dos partes para intentar «resolver las diferencias que impedían un primer preacuerdo» para otorgar a FGC la concesión demanial de los terrenos comunales de Queralbs y de las edificaciones e instalaciones que conforman la estación de esquí y el parque lúdico de Nuria. Desde entonces, pero, las conversaciones se han encallado, y ninguna de las dos partes parece haber acercado posiciones y limado las discrepancias, al menos de puertas a fuera. Fuentes de las empresas del sector de la nieve aseguran en conversación con El Món que viven con cierta «preocupación» la situación en que se encuentra, en estos momentos, la estación de esquí y el parque lúdico de Nuria, puesto que en caso de no poder operar con normalidad comportaría la pérdida de «puestos de trabajo», tanto en los hoteles como en todo el mundo de la nieve -desde el alquiler de material hasta los monitores de esquí. «Espero que lleguen a un acuerdo el antes posible», exclamen las mismas fuentes.

Plazo de concesión y canon, los escollos de las negociaciones
De entrada, una de las propuestas del Ayuntamiento de Queralbs era establecer un periodo concesional de 20 años. Como contrapropuesta, desde FGC pusieron sobre la mesa, teniendo en cuenta que los plazos de amortización ordinarios de las inversiones son de entre 25 y 30 años, crear una «cláusula compensatoria» por si no se hubieran podido amortizar los activos una vez finalizada la concesión. Una compensación económica que el consistorio no veía con buenos ojos, motivo por el cual desde FGC propusieron alargar la concesión a 30 años vista, pero según detallaba el Ayuntamiento en un comunicado, la empresa pública de la Generalitat «no incluía en ningún caso el incremento de las inversiones inicialmente pactadas, ni una garantía para su realización».
En aquel momento también se apuntaba que habría que cerrar la cifra del canon -la participación económica de la cual disponen los gobiernos municipales por la explotación de recursos naturales, la cual no se tenía en cuenta en la última concesión del espacio. El Ayuntamiento pedía que el canon anual fuera de 25.000 euros, mientras que FGC lo situaba a los 10.000 euros. A banda, uno de los aspectos que inicialmente enrocó las conversaciones es que el consistorio se reservaba el derecho a reducir la concesión en mitad de manera unilateral si en algún momento FGC no cumplía con las inversiones comprometidas. Para FGC, esta era una «línea roja» que no podían aceptar. Finalmente, pero, este punto se excluyó del documento. Desde este diario hemos intentado contactar con el Ayuntamiento de Queralbs en varias ocasiones, pero no hemos obtenido respuesta sobre las actualizaciones del estado de las negociaciones. Por su parte, desde FGC sí que han expresado que su prioridad es «llegar a un acuerdo» para desencallar la situación.

Más de ciento años de historia
La historia de Vall de Nuria se remonta más de ciento años atrás. El proyecto de la estación nació en el primer tercio del siglo XX con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de acceso al Santuario de Nuria y convertirse en una vía para los primeros movimientos excursionistas de Cataluña. De hecho, en 1926 ya empezó a construirse el tren cremallera de la zona y en 1931 ya se inauguró. Después de un largo régimen franquista, en 1985 la empresa pública de la Generalitat se hizo cargo de la explotación de la zona de esquí en terrenos comunales y del parque lúdico de Vall de Nuria con una concesión gratuita y exclusiva, y sobre la cual el Ayuntamiento de Queralbs no tenía ningún canon, ni la potestad de decidir sobre qué tipo de inversiones se hacían en la equipación -una de las grandes reclamaciones del consistorio en las negociaciones de la nueva concesión.
El año 2017, el acuerdo entre FGC y el gobierno del municipio llegó a su fin y, para mantener la actividad del espacio, ambas partes fueron pactando prórrogas -de máximo dos años- que permitían a la operadora catalana continuar explotando los recursos naturales y económicos de la población. El mes de abril de este 2024, pero, ya no ha habido más prorrogas, cosa que los ha empujado en un periodo de negociaciones que, a estas alturas, continúa abierto. Así pues, a la espera de entendimiento político, Vall de Nuria encara la temporada de invierno en medio de la incertidumbre.