Las mentiras tienen las patas muy cortas. El último ejemplo el caso del agente de la Brigada Móvil que golpeó al exvicepresidente del Parlamento Josep Costa. El jueves se celebró una nueva prueba: dos testigos aportados por los Mossos d’Esquadra que admitieron que no hubo ningún alboroto el día de los hechos, el 19 de enero, la fecha de la cumbre francoespañola, así como el añadido de los atestados que suman un total de 29 páginas. La curiosidad es que los atestados, a los cuales ha tenido acceso El Món, se elaboraron después de que Costa anunciara públicamente que denunciaría el agente que lo había picado con la porra. Pero, el primer juez del caso que vio los atestados que recayó en el juzgado número 21, a raíz de la denuncia interpuesta por la policia cuando supo que Costa denunciaría, archivó las diligencia cuando descubrió un error clamoroso en el atestado contra el líder independentista.
En concreto, que el atestado llevaba una coletilla en que se informaba que se habían abierto diligencias de sanción por la ley mordaza en caso «que no hubiera un ilícito penal». Al juez y al fiscal les rechinó el contenido del atestado y esta coletilla. Costa cree que el instructor se debió preguntar que si el mismo policía veía que no había delito por qué enviaban los atestados a los juzgados. En todo caso, Costa también ha denunciado que la policía «ha hecho un informe específico para detallar su ‘participación’ en los ‘incidentes’, que de entrada no habían motivado la identificación ni detención de nadie». En declaraciones a El Mundo, Costa ha asegurado que «ampliará la denuncia, evidentemente». Ahora Santiago García, que lleva la investigación en el Juzgado de Instrucción número 29, ya tiene toda la prueba y las testificales.

Un informe surrealista
Las minutas policiales y atestados aportados rechinan a la defensa de Costa y al juez instructor. Una primera minuta policial indica que los incidentes no fueron relevantes y, incluso, indican que no se identificó ni denunció a nadie. En detalle, sobre los tira y afloja y algún golpe de porra en la ronda Sant Pere con paseo de Gracia, cuando la Brimo ordenó a los manifestantes que procedían de Montjuic de cambiar de ruta para dirigirse hacia la plaza San Jaime. La minuta de los hechos es muy simple y realizada por los GIDOP, es decir, el Grupo de Investigación de los Delitos de Orden Público y firmada por los «agentes actuantes con TIP 6394», y no hay ninguna firma más todo y la pluralidad de los «funcionarios actuantes».
Cuando Costa anunció a través de su perfil de Twitter que interpondría una denuncia contra el agente que había identificado y tenía su número de operativo policial (NOP), el asunto sufrió un «giro», en palabras de Costa. Inmediatamente, se hizo una diligencia ampliatoria, a la una menos cuarto del mediodía del día 20 de enero, sobre su responsabilidad en los incidentes. Un atestado que servía para abrirle una investigación por «resistencia y desobediencia a la autoridad». Una situación muy extraña, porque a Costa nadie lo identificó ni antes ni después de ser golpeado. La maniobra policial, además, ha quedado a cuerpo descubierto a ojos del juez, al subrayar que se abría un procedimiento administrativo en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana, la ley mordaza, si no veía ilícito penalti. Un hecho que fuentes judiciales interpretan como una «carencia clamorosa de credibilidad». Todo para intentar justificar el golpe de porra a los dedos que él había dicho que denunciaría, cosa que ha hecho.