Alba Camps (Puig-reig, 1989) es la candidata a secretaria general de Esquerra Republicana con Nova Esquerra Nacional. La lista que lidera Xavier Godàs con ella como número dos se presenta como la gran alternativa a Militància Decidim en el congreso que la formación celebra este sábado para elegir la nueva dirección del partido. Camps, que ha sido concejala de ERC en el Ayuntamiento de Puig-reig, delegada del Govern en la Cataluña Central durante el período presidencial de Quim Torra, que coincidió con la estancia de Oriol Junqueras en prisión, y diputada en el Parlament, deja claro en esta entrevista que la formación se encuentra en una encrucijada donde debe decidir hacer ya un cambio o posponerlo durante unos años, y asegura que antepone el proyecto de partido a lo que considera personalismos como el de Oriol Junqueras. «No es nada personal, es una cuestión objetiva del partido», defiende. También cree que su candidatura está en condiciones de forzar una segunda vuelta dentro de 15 días, y que puede ser que este sábado ningún candidato alcance más del 50% de los votos. Además, lamenta una «campaña muy encarnizada» de Militància Decidim para que no haya segunda vuelta.
¿Nova Esquerra Nacional es la lista del ‘no’ a Oriol Junqueras?
No. Somos los del sí a Esquerra Republicana, sí a hacer nuestra organización lo más grande posible, sí a los valores republicanos y sí a todo lo que sea hacer que los 8.400 militantes sean protagonistas de todo lo que hacemos en nuestra organización. Somos los del sí a eso.
Pero su candidatura surge de un manifiesto crítico con Oriol Junqueras.
No surge exactamente del manifiesto, punto uno. Dos. Lo que decía aquel manifiesto no era ser crítico con Oriol, sino que constataba el fin de un ciclo político y que, por lo tanto, lo que debíamos hacer es apostar por nuevos liderazgos. De hecho, sí coincide exactamente con lo que decimos nosotros sobre el fin de ciclo político y la necesidad de nuevas miradas. Hace 13 años que Junqueras ha tenido la oportunidad y el orgullo de liderar este partido, como presidente, y en ningún caso es un no reconocimiento a todo el trabajo que ha hecho en primera instancia. No es nada personal, es una cuestión objetiva del partido, según nuestra manera de entenderlo, y en ningún caso es apartarlo o aislarlo como se ha intentado hacer ver.
Ustedes han recibido el apoyo de Marta Rovira y Pere Aragonès, pero ellos se han mantenido al margen de esta carrera electoral. ¿Están en contacto?
Nosotros hemos recibido el apoyo de muchas personas diferentes y es normal, porque un congreso es un momento en que la organización debe movilizarse para decidir el futuro de Esquerra y hemos recibido muchísimos apoyos diferentes. Evidentemente, los que destacan más son personas como las que has comentado, pero hay muchas otras. Entonces, son muchísima gente que tiene una experiencia en el partido, las que has mencionado, pero también mucha gente anónima o que no tiene una participación institucional, o no la ha tenido tan poco orgánica. Por lo tanto, son apoyos diversos, los que tenemos.

¿El partido está dividido entre junqueristas y roviristas?
No, y nosotros nos negamos desde el principio. Creemos que esta imagen, que sí se ha instaurado en todo este proceso que vivimos, no ayuda a funcionar como una organización, que es lo que debemos hacer ahora y el 1 de diciembre también, y lo que vendrá, ¿no? Debemos ir a una, porque por eso compartimos los valores, y por eso somos Esquerra Republicana de Catalunya. Por lo tanto, nosotros ya de entrada esta premisa no la compramos, no es verdad. Y nosotros tampoco trabajamos en ese sentido.
El debate entre los candidatos a la secretaría general de ERC se centró mucho en la figura de Oriol Junqueras. ¿Su relevo es clave para abrir una nueva etapa en el partido?
Desde nuestro punto de vista, es evidente que sí. Hay diferentes tipos de demostraciones de hechos que sostienen lo que estoy diciendo. La primera es tan sencilla como mirar los datos. Tú miras una gráfica de los militantes de Esquerra Republicana, hay los liderazgos, comienzan a bajar los militantes, cambio de ciclo político, cambio de liderazgo, vuelven a subir. Y es algo cíclico, también, porque es normal, porque los liderazgos de Esquerra Republicana siempre han sido muy fuertes, siempre. Y han estado muy conectados con el momento político. La sociedad avanza y es normal, y debería ser algo que tuviéramos mucho más normalizado, que haya relevos políticos, nuevas miradas, maneras de hacer nuevas, sin evidentemente menospreciar nada de lo que llevamos hecho. Solo faltaría. De hecho, llevamos una campaña entera hablando del hilo rojo y de todas aquellas personas que nos han precedido y han hecho que lleguemos al momento de hoy. Máximo reconocimiento para todas ellas.
Pero en Militància Decidim se vincula un nombre a la fortaleza del proyecto.
De hecho, desde el principio, nosotros intentábamos luchar contra eso, porque Esquerra Republicana no es un proyecto personal de nadie. Ni tiene nombres y apellidos, y si tiene, tiene muchos. Si es de alguien Esquerra Republicana, es de la militancia y de este país, no de nadie en concreto. Nosotros intentábamos situar el Congreso en el lugar donde creemos que debe estar, que es una oportunidad para poder hacer crecer la organización, adaptarla a los nuevos tiempos y retocar aquellas cosas que creemos que no han funcionado. Nosotros hacemos una propuesta política firme en relación con esto, a nuestra organización. Es un momento para hacer esto, para pensar en Esquerra Republicana.
Es un momento para pensar, pero ayer en el debate se dijeron palabras muy gruesas cuando se discutía sobre la figura de Oriol Junqueras. Elisenda Alamany los comparó con la justicia española y con la extrema derecha por querer «inhabilitarlo».
Creo que fue bastante desacertado. Primero, porque no es verdad. Llevo unos dos meses, más o menos, haciendo campaña, solo he tenido palabras amables para Oriol Junqueras. Pero eso debería ser compatible con la idea de que ahora consideramos que hacen falta nuevos liderazgos. El debate fue, en buena parte, porque Militància Decidim situó este elemento sobre la mesa, no porque lo situáramos nosotros. Nosotros no íbamos a hablar de nadie en concreto. Nosotros proponemos hablar de proyecto, que creemos que es lo que realmente necesita nuestra organización en este momento. Entonces hablamos de ello, sí, porque se situaba continuamente, como nos hemos encontrado con toda la campaña, pero no podemos limitar el partido y la gran organización que es Esquerra Republicana a una sola persona. No tiene ningún sentido.
En el acto de Militància Decidim en Olesa de Montserrat se habló de «hacer limpieza». ¿Cómo interpretan esto? ¿Como una purga?
Fue muy duro para todos y todas nosotras. Y creo que no solo para Nova Esquerra Nacional, sino para la organización entera. Para compañeros y compañeras de partido, escuchar al presidente de los últimos 13 años, que además se vuelve a presentar para seguir siendo presidente del partido, decir eso de nuestra organización creo que hizo mucho daño. Y hablo como militante, no como candidatura de Nova Esquerra Nacional, porque no va de eso. Porque lo que nos une a todos, y esto sí que lo hemos estado diciendo, son los valores republicanos. Y todo el mundo sabe cuáles son los valores republicanos, y la purga no es un valor republicano. Ni tampoco la división, ni la separación entre buenos y malos. Somos republicanas y compartimos el objetivo de la liberación nacional, de la justicia social, y eso nos hace caminar en un mismo sentido, y es lo que debería pasar.
¿Le consta que en este intento de «hacer limpieza» se están ofreciendo cargos de responsabilidad a gente a cambio de apoyo?
Yo solo digo que eso con Nova Esquerra Nacional no pasará. No se pueden instrumentalizar los nombramientos directos, como pueden ser cargos de Gobierno, no se pueden fijar posicionamientos, no se puede llegar a acuerdos, no se puede hacer nada de todo eso a cambio de nada más que no sea hacer crecer la organización. Es poco legítimo, poco lícito y nosotros no lo compartimos. Con nosotros hay el compromiso de que eso no pase.
¿Y de las otras candidaturas?
Yo no los he escuchado llegar a este compromiso de forma explícita.

Aparte del debate sobre quién debe ser el futuro presidente, ¿Esquerra tiene un problema de credibilidad ahora mismo?
Creo que puede tener un problema de definición en algunas cuestiones. Hace unos años que hacemos posicionamientos poco claros, y lo que nos da identidad y nos da sentido, no solo en lo que respecta a la militancia de partido, sino también en el ámbito de país, es ocupar el espacio ideológico que nos corresponde. Y, por lo tanto, tener posicionamientos coherentes con lo que defendemos. Entonces, ¿nosotros qué defendemos? Pues esta reconexión con los valores republicanos y, en consecuencia, que todos los posicionamientos que haya sean coherentes con esos valores. Me explico. No puedes decir que somos un partido ecologista, verde, y defender unos Juegos Olímpicos de invierno. Creemos que esos no son posicionamientos coherentes y que han contribuido a un cierto desdibujamiento de Esquerra Republicana. La parte positiva es que tenemos la oportunidad, porque, al final, es tan fácil como volver a lo que somos y a lo que nos une a todos y a todas.
¿Y es coherente defender la independencia y apoyar al PSC?
Evidentemente que se puede defender la independencia estableciendo alianzas con otros actores políticos que te ayudan a llegar a los objetivos. ¿Qué es lo importante? Que haya los objetivos claros y que nos hagan avanzar. Es normal que en determinados momentos cualquier partido político tenga que llegar a entendimientos con otros partidos políticos para alcanzar metas políticas. ¿Cuándo tenemos un problema? Cuando se logran estos acuerdos y no le ves el sentido político. Por ejemplo, en la Diputación de Barcelona. Hay algunos pactos que no hemos entendido en qué benefician a la organización y al país, que es lo más importante de todo. Entonces, ahí es donde está el problema. Si tú haces un pacto y entiendes por qué lo haces y en qué beneficia al país o a la organización, pues es compartido.
¿Y el pacto, por ejemplo, del Ayuntamiento de Barcelona beneficia al partido?
Nuestra opinión, y lo hemos dicho varias veces, es que no se debe entrar en el gobierno de Collboni. Porque, evidentemente, si nosotros defendemos esto es porque pensamos que no hay suficiente beneficio ni para la ciudad, ni para el país, ni para Esquerra Republicana tampoco. Aun así, siempre decimos que los pactos son uno de los elementos que creemos que se deben someter siempre a consulta.
Usted en el debate reveló que había votado en contra del acuerdo de investidura de Salvador Illa. Si ustedes ganan, ¿es revisable este acuerdo?
Lo que tenemos es un enorme sentimiento de respeto hacia los procesos de participación, no los menospreciaremos nunca. El partido hizo una cosa extraordinaria, que es hacer una consulta con una ejecutiva con funciones y conseguir un porcentaje de participación importantísimo. Es verdad que los resultados fueron muy ajustados. Lo que nosotros haremos es ser implacables con el cumplimiento de este acuerdo. Es decir, si el 53% votó que sí, lo que deben hacer es hacer valer esos votos y esa voluntad expresada. Y los que votamos que no, debemos hacer valer también nuestra posición. Este pacto se debe cumplir al pie de la letra y ser implacables a la hora de retirar el apoyo si es necesario, de hacer caer el gobierno si es necesario, de hacer lo que sea necesario para respetar la opinión de la militancia de Esquerra Republicana, que es lo que tiene más valor.
Pero han pasado 100 días del acuerdo de la investidura Salvador Illa y, aparte de buenas palabras, ha habido pocas concreciones.
Lo que es importante para nosotros es ir avanzando de forma constante. Es evidente que cualquier elección política comienza por un compromiso público, que se ha logrado. No nos despistaremos. Si la pregunta es: ¿dejaréis pasar el tiempo esperando…? No, no, no, porque lo que no queremos es menospreciar la opinión de la organización y lo que votó.

Uno de los pilares de su programa es la propuesta de elaborar una ponencia conjunta con las otras dos candidaturas, que entiendo que es toda la militancia. ¿Esto va en la dirección de recomponer el partido?
Totalmente. De hecho, somos la única candidatura que hemos hecho una apuesta en este sentido. Una apuesta real, que sea palpable y concreta sobre cómo recomponer. Y es importantísimo, porque al final, las diferentes candidaturas se articulan porque tenemos algunas diferencias a la hora de cómo nos organizamos, quiénes somos como partido, qué papel debe tener la militancia. Estas diferencias nos dan identidad. El problema es cuando vemos la discrepancia de opiniones, o la diversidad de opiniones, como un problema. No lo es. La ponencia política, que marca la estrategia los próximos cuatro años, es lógico que se debe hacer con el total de la organización, no solo con una parte. No puedes hacer con 400 personas una ponencia política de un partido de 8.400 que aspira a ser de 10.000 militantes, porque no es representativo, ni está legitimado. Por lo tanto, una de las apuestas clave de nuestra propuesta es esta ponencia política que marcará los próximos años.
Si no se consigue recomponer ahora el partido, ¿después puede ser demasiado tarde?
Para Esquerra Republicana nunca es demasiado tarde. Si miramos la historia, ha habido diferentes momentos que se ha pasado mal internamente y es conocido por todos, pero siempre nos hemos rehecho y siempre hemos salido adelante. Yo creo que es un partido que lleva demasiada historia acumulada para pensar que puede ser demasiado tarde. Cuanto antes mejor, sí.
¿Y para recomponer es clave que se esclarezca todo lo que ha pasado con la estructura B?
Sí, de hecho, nosotros lo hemos pedido a la comisión de garantías. Hicimos un comunicado pidiendo la resolución del caso con la máxima rapidez posible. Esquerra Republicana necesita rehacerse después de esto. Es un hecho que nos ha desgastado, que todos y todas hemos pasado vergüenza ante esto, pero no identifica quién es Esquerra Republicana. Este caso en concreto no habla de los cien años de historia, ni de la gente que formamos parte de Esquerra Republicana. Por lo tanto, veamos qué ha pasado y garantía de no repetición. Nova Esquerra Nacional se compromete a que esto no volverá a pasar nunca más.
Aparte de la comisión de garantías, Militància Decidim ha propuesto una comisión de la verdad y Foc Nou ha puesto sobre la mesa una auditoría externa.
El nombre de comisión de la verdad me parece profundamente desacertado, porque las comisiones de la verdad se hacen después de procesos de dictadura, donde ha habido vulneración a los derechos humanos. Escuchar a alguien que habla de recomponer, y a la vez dice que haremos una comisión de la verdad… cuando, además, Junqueras ha sido presidente en el partido los últimos 13 años, me parece muy fuera de lugar todo. Además, nuestro partido tiene los espacios para poder resolver estas situaciones que se producen. Lo que hace falta, en todo caso, es repensar alguna cuestión en relación con estos espacios, pero existen y, por lo tanto, hacer que se utilicen. No crear otros para confundir más.
Junqueras, que ha presidido ERC durante estos años, se ha desmarcado de toda la estructura B del partido. ¿Es creíble que un presidente del partido no sepa cómo funciona su partido?
No, no es creíble ni deseable. No es creíble, pero en segundo término, si fuera así, tendríamos un problema si una persona ha estado presidido 13 años y 3 años después dice que no sabía lo que pasaba. Tendríamos un problema también de liderazgo en este caso, fíjate que sería de liderazgo.
Porque él ha estado tiempo en la cárcel, pero ha estado en permanente contacto con todas las decisiones que se tomaban internamente en el partido?
De hecho, yo misma, en la época en que él estaba en la cárcel, yo era delegada del Gobierno y, por lo tanto, iba de forma más o menos frecuente a Lledoners a hablar de cuestiones de partido y de la situación actual, como debe ser. Hicimos lo que debíamos hacer como organización, que es no dejar tirado a nadie por temas de represión, volcar todos nuestros esfuerzos y asegurarnos de que las decisiones las tomara quien presidía el partido y la secretaría general.
Otro distintivo del programa de Nova Esquerra Nacional es que el presidente o la secretaria general del partido no podrán optar, por ejemplo, a presidir la Generalitat. ¿Por qué?
Por diferentes motivos. Tal como está la organización y el potencial que tiene Esquerra Republicana, creemos que la formación necesita liderazgos que se centren exclusivamente en el partido, y que le dediquen todo su tiempo. Cuando decimos que queremos ir a todas las secciones locales de los Països Catalans es porque queremos ir. Por lo tanto, necesitamos tener la disponibilidad de agenda para poder ir. Priorizar y trabajar exclusivamente por el partido. Segundo, evitamos conflictos de intereses. Cuando tendemos a poner muchos sombreros en una sola persona, es lógico que no desarrollemos los mismos papeles. Y muchas veces el partido ha quedado en un segundo término. Y eso es algo que no se debe volver a repetir. Y la otra es por coherencia con lo que defendemos en Nova Esquerra Nacional, que es que somos un partido muy grande, que hemos acumulado mucha experiencia durante muchos años, que tenemos mucha pericia y que, por lo tanto, no necesitamos poner personas con 50.000 sombreros diferentes. Lo que debemos hacer como organización responsable es hacer crecer, ir haciendo crecer de forma continuada nuevos liderazgos y desarrollar nuevos papeles.

En esta campaña, Junqueras ha prometido que en ningún caso entrará en el gobierno de Salvador Illa. Pero, por otro lado, su número 2, Elisenda Alemany, no se ha posicionado sobre qué pasará con el Ayuntamiento de Barcelona.
Hay un problema con los anuncios o, incluso con propuestas que podría estar de acuerdo, pero hay un problema de credibilidad y de incoherencia en algunas de las propuestas que hace Militància Decidim. Con todo lo que decían de recomponer y todo, es que hace menos de dos meses que hubo el discurso de Olesa, y con tan poco tiempo no puede haber tantas contradicciones, o actitudes opuestas. El mismo Oriol Junqueras dice que no entrarán y al cabo de dos días, en una entrevista, dice que no entraremos si… Ya pone el condicional. Al final, lo que necesitamos son personas que hagan posicionamientos claros y una comunicación valiente. Y sobre todo, sobre todo, que tengan coherencia. Que tengan coherencia en el proyecto político y en las cosas que se hacen. Creo que hay un problema de consistencia en algunas afirmaciones de Militància Decidim.
Entre ustedes y la candidatura de Oriol Junqueras hay mil avales de diferencia. ¿La movilización del sábado es clave?
Mucho. Sí, es clave. Es más. Si olvidamos un momento los resultados, es clave, porque nos va tanto. Con los cambios de ciclo, es cuando más importante es que la gente se movilice y diga qué quiere para Esquerra Republicana. Por lo tanto, la movilización, independientemente de los resultados que pueda haber, es clave. Evidentemente, nosotros queremos que vote cuanta más gente mejor, porque el resultado también estará más legitimado.
Entiendo, entonces, que aspiran a una segunda vuelta.
Consideramos que puede haber una segunda vuelta. Lo que hemos visto es que los últimos días, como una campaña muy encarnizada por parte de una candidatura, diciendo que no hace falta segunda vuelta. Como si hubiera algún problema con el hecho de que en un partido, con unas raíces democráticas como las nuestras, haya una segunda vuelta. No nos da miedo ni nos asusta, lo valoramos. Si acaba siendo eso lo que decide la militancia, afrontaremos los 15 días de más con la misma ilusión que estos dos meses, y continuaremos explicando nuestro proyecto. Y tanto que sí. Además, haremos el congreso a las puertas de Navidad, pero en todo caso, si eso es lo que quiere la militancia, lo que decide, adelante a todas.
Esquerra se encuentra en la encrucijada de elegir entre un cambio o posponer un cambio que es inevitable?
Yo creo que sí. Y lo digo claramente, sí, creo que sí. Y no solo es una cuestión de Esquerra. Si analizas políticamente, han salido varios análisis en las últimas semanas, e incluso opiniones de personas que han seguido muy de cerca el pulso de nuestro país, que todas coinciden en esto. Entonces, no es una consideración subjetiva o que tenga intereses, yo creo que es algo que es objetivo y que cuanto antes lo afrontemos y lo aceptemos, antes nos podremos volver a construir, a rehacer, como hemos hecho otras veces. Creo que hay un problema que es que se ha entendido como algo personal. Y nosotros lo llevamos al terreno político, que somos una organización política, y por lo tanto hablamos de política, y hablamos con óptica política, que es lo que estamos haciendo estos últimos dos meses. En consecuencia, para nosotros no es una cuestión de voluntades este nuevo ciclo político, ni es una cuestión de intereses personales. Para nosotros es una cuestión política, de organización responsable que somos.