Con el inicio del año, la compleja aritmética parlamentaria que sufren las cámaras en Barcelona y a Madrid convierte en un reto la aprobación de la ley de presupuestos, básica para la supervivencia de las legislaturas de Pedro Sánchez i Pere Aragonès. El apoyo de los republicanos a la investidura del presidente español y los contactos con el PSOE a ambas orillas del Ebro vinculan las cuentas españolas y catalanas. Tanto es así que incluso algunos de los actores del diálogo social del país, como el secretario general de la UGT catalana Camil Ros, consideran que tiene «lógica parlamentaria» que la aprobación de las dos leyes esté vinculada. Una postura que niegan de pleno desde Junts: el portavoz de la organización, Josep Rius, ha rechazado «hispanizar» los presupuestos catalanes.
Así, Ríos ha abierto la puerta a un apoyo a las cuentas de la Generalitat, si bien ha avisado al presidente Aragonés que su mano extendida servirá para aprobar unos presupuestos «que no estén vinculados a los de Madrid». El presupuesto español, reprocha el portavoz, «no puede ser una contrapartida al de la Generalitat». Un intercambio, alertan desde el partido de Jordi Turull, significaría que «el independentismo pierde bastante» en las diversas negociaciones que permanecen sobre la mesa con Moncloa como contraparte.
Esquerra Republicana, mientras tanto, explora apoyos también más allá de Juntos. La portavoz de los republicanos Raquel Sans ya ha pedido, de hecho, al Partido de los Socialistas de Cataluña que mueva ficha. En una rueda de prensa ofeta desde la sede del partido, Sans ha reclamado al PSC «política de verdad» para lograr acuerdos presupuestarios, apelando a la responsabilidad para activar nuevos recursos en ámbitos sociales clave, como por ejemplo la educación, la sanidad o la lucha contra la sequía. Las administraciones, advierte la portavoz, «necesitan recursos, no se trata a una respuesta a las necesidades del gobierno de Esquerra Republicana».
Los socialistas, por su parte, reconocen la «mano extendida» a ERC para aprobar los presupuestos, si bien reclaman el cumplimiento de los acuerdos logrados para las cuentas del 2023. La portavoz del PSC, Èlia Tortolero, ha confirmado que los republicanos han entregado un «documento de mil páginas, que estudiaremos». Ahora bien, «primero se tienen que cumplir los pactos del 2023».
Conversas activas
Con el año ya empezado, los partidos catalanes intensifican sus conversaciones para llegar a acuerdos que pongan en marcha el curso presupuestario. Los socialistas ya han confirmado una reunión vinculada a las cuentas con el Gobierno para este mismo miércoles, si bien aclaran que está principalmente vinculada al seguimiento de los acuerdos de las cuentas del 2023. Juntos, por su parte, todavía no ha acordado ningún encuentro concreto. «Hubo una primera reunión antes de fiestas, pero no ha habido ningún adelanto», lamentaba Ríos, acusando Aragonés de dar preferencia al PSC. «Este Gobierno en solitario es una agonía y tiene un cómplice, que es Salvador Isla», concluye.
