Víctor Terradellas (Reus,1962) murió este domingo por la noche a causa de una hemorragia cerebral que sufrió el viernes. Terradellas ha sido uno de los activistas más implicados en el independentismo, aunque últimamente realizaba su actividad política al margen de los partidos. Fue empresario, cooperador internacional, político y editor de prensa en catalán con vocación universal. Su muerte llega dos meses después de que se archivara una causa judicial abierta desde 2018, la operación Estela, que terminó con un sumario sobre la estrambótica supuesta trama rusa del Proceso -la causa Volhov-, en la cual el juez Joaquín Aguirre lo colocaba en el centro de una conspiración del Kremlin para apoyar al independentismo catalán. Fue especialmente polémico un interrogatorio, difundido por El Món, en el que el magistrado intentaba presionarlo con teorías y opiniones como que «Puigdemont se fue en un maletero porque tenía pánico”.

Terradellas fue el impulsor de iniciativas internacionales en cooperación y solidaridad, que inició en el Ciemen, que siempre llevaban el sello del catalanismo. Así, con la ONG Catmon, organizó una gran caravana hacia Sarajevo, en la guerra de los Balcanes, que abrió portadas de la prensa internacional. También montó proyectos en Afganistán e Irak, en una época en la que era la única organización cooperante del estado español que podía operar en estos países, lo que le supuso el reconocimiento, incluso, de la Moncloa cuando era inquilino José María Aznar.
Una etapa de partido
Terradellas conocía a fondo toda la biosfera independentista y tenía fuertes vínculos con think tanks internacionales y entidades paradiplomáticas así como gobiernos y dirigentes internacionales. En este contexto, hay que situar su trabajo al frente de la secretaría de relaciones internacionales de la ya desaparecida Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), donde desplegó su agenda para retos como la consulta del 9-N. De hecho, Terradellas impulsó la primera corriente desacomplejadamente independentista que abrió un fuerte debate interno en el congreso de CDC del año 2012, celebrado en Reus, y que determinó el giro soberanista de la formación que entonces lideraba Artur Mas.
Terradellas, ahora con una base en el Priorat, aún organizaba encuentros, reuniones, conferencias y charlas sobre el futuro político de Cataluña y su papel en la geoestrategia internacional. En cierta manera abandonado por muchos a los que había ayudado a hacer carrera política, Terradellas mantuvo firmes sus convicciones y nunca dejó de luchar por la independencia de Cataluña, su proyecto vital.


