Carles Puigdemont i Salvador Illa apuran sus opciones de ser presidente, ahora con la cuenta atrás para la repetición electoral en marcha. Las opciones de Junts por Catalunya pasan por de la habilidad del independentismo de rehacer puentes y por conseguir la abstención del PSC. De aquí que Junts asegure que serán «generosos y humildes» en las negociaciones. «Negociaremos fuera de radar, seremos generosos y humildes y miraremos de acumular complicidades y no reproches. Es un momento y una oportunidad no para Junts, sino para Cataluña y el independentismo catalán», ha dicho este sábado el secretario general del partido, Jordi Turull. Mientras tanto, ERC no se cierra puertas y pone el junio como fecha tope para un preacuerdo.
Es la gran novedad de un discurso que ha vuelto a cargar contra la postura del PSOE con la financiación catalana. ERC lo ha situado como condición sine qua non para poder investir Salvador Illa en la Generalitat, y el PSC ha abierto la puerta a hablar, con matices. Y mientras los republicanos debaten si apoyar Illa o Carles Puigdemont, desde Junts acusan los socialistas de utilizar la financiación como «chantaje» para llegar a la Generalitat. Desde la Cerdaña, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha lamentado Pedro Sánchez quiera vender un «dos por uno», facilitando un acuerdo de financiación a cambio de liderar la Moncloa y el Palau de la Generalitat.
Los juntaires defienden la candidatura de Carles Puigdemont en contraposición de un Illa que participa, dicen, de un «mercadeo del poder por el poder». «La financiación propia de Cataluña tiene que ir vinculado a quien quiera ser y seguir siendo presidente del gobierno de España o para quien quiera tener presupuestos generales del Estado, no moneda de cambio para tener en la Generalitat a cualquier precio», ha alertado Turull; una manera de avisar a los socialistas de que se equivocan de tablero de juego.

Illa se lo juega todo al tripartito
En la línea de anteriores declaraciones, Turull ha insinuado que Illa está «más pendiente» del PSOE que de Cataluña y lo ha definido como un «delegado del gobierno español». Los juntaires piden en Illa «menos maniobras extrañas» y se preguntan, irónicamente, por qué no se queja del servicio de Cercanías, de la lentitud del proyecto del corredor mediterráneo o por qué no pide el traspaso de la gestión del aeropuerto de Barcelona.
Al mismo tiempo que Turull arremetía contra Salvador Illa, el socialista defendía un pacto de «izquierdas y de progreso» desde Mataró. El candidato del PSC pide a ERC un esfuerzo para dejar atrás las diferencias y se fija en el frente de izquierdas formado en Francia para frenar el auge de la extrema derecha. Según Illa, el pacto es una «fórmula posible» también en Cataluña, en este caso, de la mano de los republicanos y los Comunes.
El 26 de junio pasado, el plenario del Parlamento constó que no había mayorías y puso en marcha la cuenta atrás para la repetición electoral. Con la puesta en marcha del nuevo calendario, los partidos tienen hasta el 26 de agosto para investir a un presidente. Si no, se convocarán automáticamente elecciones para el 13 de octubre.