Debate sobre una virtual ley de amnistía con nombres de peso de ERC al Ateneo Barcelonès. Un debate celebrado esta tarde que ha contado con el catedrático de Derecho Penal y senador por los republicanos Joan Queralt; la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, y el exsecretario general de ERC y catedrático de Derecho Constitucional y exletrado del Parlament Joan Ridao, así como con Daniel Villalaín, portavoz de Amnistía y Libertad. Todos han participado en el redactado de uno borrador sobre la ley de amnistía. Queralt, pero, ha sido el encargado de hacer de abogado del diablo, que ha avisado a la concurrencia que, por mucho que se miren, es imprevisible saber qué «maquinarán los jueces» para evitar la aplicación de la norma que se pacte.
El debate ha llenado como un huevo la sala, sobre todo de nombres republicanos como por ejemplo lo del jefe de filas de la formación a l’Ajuntament de Barcelona, Ernest Maragall, la diputada en el Congreso Pilar Valluguera, la consejera Meritxell Serret, la eurodiputada Diana Riba y el senador Josep Maria Reniu, entre otros. De Junts por Cataluña, ha asistido Quim Jubert, diputado de la formación y miembro de la ejecutiva. Todos han parado la oreja a los ponientes que han defendido la constitucionalidad de la medida, que se aplica sin problemas en democracias consolidadas en «conflictos con variable represiva». «Son leyes transaccionales y de justicia restaurativa» han coincidido a afirmar Ridao y Ubasart. De hecho, los dos han puesto ejemplos históricos y de derecho comparado para justificar la validez de la amnistía.

El papel de los jueces, imprevisible
Queralt ha explicado algún detalle técnico de la propuesta de amnistía que la Mesa del Congreso tumbó cuando partidos independentistas y organizaciones civiles la presentaron en 2021, después de recoger miles de firmas. En este sentido, ha detallado que regulaba el alcance temporal y los delitos y procesos que afectaba y que iba más allá de la aplicación del Código Penal, como por ejemplo los procesos ante el Tribunal de Cuentas o la aplicación de Ley de Seguridad Ciudadana.
Aun así, Queralt ha entrado al debate sobre las filtraciones del alta magistratura española que han dejado entrever que entorpecerán la aplicación de una virtual ley de amnistía. El catedrático de Derecho Penal ha enfatizado que la ley de amnistía «técnicamente es fácil» pero el que es más difícil es «como se administra políticamente y judicialmente». «Podemos prever una serie de cosas, pero no lo podemos prever todo, no sabemos qué harán los tribunales», ha enfatizado. «Quizás los de abajo esperarán el que haga el Tribunal Supremo», alertan. «Tenemos que prever que es la parte más difícil», ha insistido y, por eso, ha destacado que es difícil prever «qué maquinarán los jueces por no aplicarla».
Queralt, pero, también ha argüido que hay que tener presente el entorno internacional de los jueces, porque «nadie quiere llevar el sambenito de ser repudiado por Estrasburgo». Para el senador republicano, la amnistía «no ataca la separación de poderes, porque hay un poder superior, porque poderes separados no quiere decir iguales, el más importante es el legislativo, los guste o no».

Ubasart destaca el «camino de hormiguitas» que se ha hecho
Ridao ha defendido que la amnistía es de «justicia restaurativa y transaccional» porque las sentencias del Proceso fueron una «auténtica aberración». «Sería una reparación de un hecho manifiestamente injusto», ha remachado. Ridao ha recordado la amnistía del Frente Popular desprendido de los hechos de Octubre del 1934, que se hizo dentro del mismo régimen de la Segunda República, y la amnistía fiscal 2015. «Es una manera de poner el cuentakilómetros a cero y empezar las negociaciones». Ubasart, por su parte, ha definido la amnistía como instrumento por «desmontar una estructura punitiva» y «para devolver a la política un conflicto político», como se firmó en el Pacto de Pedralbes, firmado por el entonces presidente de la Generalitat Quim Torra y el presidente español Pedro Sánchez, y en la Tabla de Negociación, entre el presidente Pere Aragonès y el presidente español. La amnistía, para Ubasart, tiene que servir para conseguir que «Cataluña sea reconocida como sujeto político».
Para la consejera, para llegar a poner en el centro del debate la amnistía «se ha hecho un camino de hormiguitas». Una idea que ha abonado Villalaín. De hecho, el portavoz de Amnistía y Libertad ha alertado que la ley no es «un punto y final, sino un punto y seguido», y que habrá que prepararse para una nueva oleada represiva. «La amnistía no es una seta que ha aparecido por una circunstancia», ha remarcado. «Se ha podido hacer pedagogía», ha subrayado Ubasart. Siguiendo este hilo, ha explicado las amnistías que se han llevado a cabo en Italia y Portugal en los últimos años, que en el caso italiano liberó 25.000 presos. Queralt ha añadido los dirigentes de la RDA cuando se unificó Alemania y los casos de Argentina y Colombia, y las autoamnistías francesas.
