La organización juvenil de la izquierda independentista Arran pasa al ataque contra el Gobierno de Salvador Illa por la detención de tres militantes el pasado jueves. Los jóvenes, hay que recordar, están acusados de delitos de desórdenes públicos y daños por el lanzamiento de pintura durante las movilizaciones de la pasada Fiesta. A parecer de la coportavoz de la formación, Martina Gras, la operación demuestra un «embate represivo puramente planeado por el parto de la nueva entrada al Govern de Illa». Así se ha expresado en una concentración que Arran ha protagonizado junto con Alerta Solidaria ante la Ciudad de la Justicia, a la espera que los miembros arrestados pasen a disposición judicial.
A parecer de Graso, la detención de los tres militantes se enmarca en un aumento de «la represión contra los movimientos sociales y la disidencia política». «Se recortan derechos y libertades con acciones desproporcionadas, totalmente innecesarias, que tienen la intención de atemorizarnos», aseguraba la portavoz; reivindicando el rol de la formación en las calles enfrente un PSC que sitúan en el arco de las derechas y el españolismo. La concentración ha atraído unas 80 personas, que han procedido al despliegue de una pancarta ante la entrada de la Ciudad de la Justicia con el lema «Libertad detenidas».

Sin alteraciones de la paz
El abogado de los tres acusados, Xavier Monge, también se ha mostrado crítico con la detención, que considera una «medida desproporcionada». Por un lado, la atribución del delito de desórdenes públicos, a parecer del letrado, no está justificada, dado que las acciones de la Fiesta «no alteraron la paz pública». Por otra, la privación de libertad de los militantes, denuncia el letrado, se ha alargado «de forma innecesaria», dado que «tienen domicilio conocido». «Podrían haberlos citado, o haber dejado la detención sin efecto ayer mismo», ha lamentado. Con todo, y a pesar de esta respuesta represiva que observan en la acción policial, Arran se ha comprometido a «continuar en las calles», dado que las políticas del PSC «no pueden quedar sin respuesta».