Es polaco. O, mejor dicho, era polaco. Ahora es un «catalán de origen polaco», como se describe él mismo con todo el rigor: nació en Polonia, pero hace décadas que vive en Barcelona y que tiene la nacionalidad española, a pesar de que no la quiere. Lo que quiere Adam Glubinski Letowski es la independencia de Cataluña y tener pasaporte catalán. Aquí es donde se produce el cortocircuito mental de los analistas de la prensa española. Por eso, cuando lo descubrieron, lo convirtieron en uno de los nuevos «reclamos» del independentismo catalán, junto con Albano-Dante Fachín. «Un músico polaco y Albano-Dante Fachín, los nuevos reclamos del independentismo«, titulaba el diario digital El Confidencial.

La información tiene el objetivo de alertar a los lectores de la existencia de personajes vinculados a este movimiento político que quizás no conocen bastante. Con esta intención, recoge una lista ecléctica de nombres, en la cual también hay el exvicepresidente del Parlamento catalán Josep Costa –articulista d’El Món, como Fachín–, el economista y exdiputado de Junts pel Sí Germà Bel –del cual subrayan que es «exsocialista»– y el dibujante del Procés Jordi Magrià, conocido como Bicman porque trabaja con bolígrafos Bic.

Un violonchelista jubilado del Liceo que vive en Cataluña desde hace más de 40 años

A pesar de la lluvia de nombres, el protagonismo del texto de El Confidencial es para Adam Glubinski, el menos conocido de todos. Un violonchelista jubilado de la orquesta del Liceo que vive en Cataluña desde mediados de los años 80 y que actualmente es miembro de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y del Consell de la República, donde forma parte de la asamblea de representantes como cargo electo del organismo. Su currículum publicado en la web de la entidad y su participación en un video de campaña de la candidatura para el distrito electoral de Ciutat Vella-Eixample del Consell nutren la información. «Conmigo no hablaron, nadie me llamó», asegura Glubinski.

«Yo no soy nadie», repite el músico varias veces durante la conversación con El Món. «Solo soy una pieza de un engranaje, somos muchos y nadie, como dice Clara Ponsatí«, resume en referencia al libro Molts i ningú de la ex consejera en el exilio y eurodiputada.

Nacido en Polonia y crítico con el régimen comunista y con el actual gobierno

Nació el 1964 en Łódź, Polonia. Bajo el régimen comunista, participó en los primeros movimientos para crear el sindicado Solidaridad, de Lech Walesa, con quien ahora es muy crítico. La política de la entonces oposición polaca también lo decepcionó y ahora continúa siendo muy crítico con la situación de su país de origen. Pero él tiene la cabeza en Cataluña, donde vive desde 1984 –después de pasar dos años en las Canarias– y dónde forma parte también de movimientos vecinales –es de la Associació Veïnal Casc Antic de Barcelona–, con un discurso muy duro sobre el turismo desbordado –vive en el Barrio Gótico– y los problemas con la vivienda. Sus reivindicaciones sociales van ligadas a la nacional: «Tenemos que poder decidirlo todo, no puede ser que el Tribunal Constitucional tumbe la ley catalana de vivienda. Si quiero la independencia es para cambiarlo todo, no para hacer una España en pequeño».

Adam Glubinski, miembro de la Asamblea de Representantes del Consejo de la República 18.04.2023 / Mireia Comas
Adam Glubinski, ante el Palau de la Música, donde ha tocado varias veces como violonchelista y cerca de su casa / Mireia Comas

Adam Glubinski descubrió qué era Cataluña y que aquí se hablaba catalán cuando llegó. Antes, toda la información que tenía le decía que este territorio era, simplemente, España. «Cuando llegué, una persona que conocí por casualidad, que trabajaba en el banco donde me abrí una cuenta, me llevó por toda Cataluña, así descubrí pronto los castellers, por ejemplo», recuerda. Ahora, casado y con familia en Cataluña, reclama la «libertad» para su actual país. «Cataluña no es libre, aunque digan que estamos en una democracia», reflexiona.

«Ser ‘extranjero’ es la cosa más relativa del mundo»

Participó en la consulta del 9-N y en el 1-O, y estuvo en el instituto Pau Claris, uno de los colegios electorales del referéndum de independencia del 2017 donde la policía española fue más violenta. El 29 de febrero de 2020 fue a Perpiñán al mitin multitudinario de Carles Puigdemont. Y ahora, miembro activo de la ANC y del Consell de la República, recalca: «No soy puigdemontista, ni de Junts, ni de ningún partido. No se trata de esto. Lo que quiero es la independencia de Cataluña y de los Països Catalans. Y esto solo se conseguirá cuando volvemos a ser incómodos para Europa. Si nosotros no hacemos nada, Europa no se moverá, no habrá ayuda directa de Europa».

Como otras muchas voces de su entorno, Adam Glubinski es crítico con los partidos independentistas. «La reivindicación nacional, el problema de cara a Europa, no se ha resuelto, pero ha dejado de ser visible porque los partidos, todos, han trabajado para que sea así. Tienen que cambiar los que dicen representarnos porque en realidad solo representan sus partidos», concluye.

Reúne, por lo tanto, el discurso y todos los ingredientes de los perfiles más independientes del independentismo –en esto El Confidencial, es decir, España, no se equivoca. Aun así, asegura que le sorprendió verse en el artículo. «Creo que todo fue por un cartel de una charla que hicimos en el barrio de Sant Antoni», apunta. En cuanto al paralelismo con Fachín, tampoco tiene claro de donde viene. «¿De ser ambos extranjeros? Ser extranjero es la cosa más relativa del mundo, yo hace más de 40 años que vivo aquí!», exclama. «Supongo que me deben de considerar uno polaco todos los sentidos», añade con media sonrisa.

Adam Glubinski, miembro de la Asamblea de Representantes del Consejo de la República 18.04.2023 / Mireia Comas
Adam Glubinski, nacido en Polonia y establecido en Cataluña desde hace más de 40 años, dice que es independentista porque quiere «cambiarlo todo» / Mireia Comas

Fachín: «Nos quieren presentar como unos extranjeros ‘frikis’ que hemos sido engañados»

El compañero de titular de Adam Glubinski en la información de El Confidencial, Albano-Dante Fachín, se muestra sorprendido pero encuentra una explicación. «No había visto esta información. Publican tanta porquería que cuesta seguirles el ritmo», explica con humor. Para el exdiputado y activista, este medio es directamente «cloaca informativa» del Estado. «Publica cosas que parecen escritas por el CNI», asegura. Muchas veces, cree, «señalan». En este caso, considera que el objetivo es «ridiculizar» a los independentistas que menciona. «Utiliza palabras como ‘gurú’ y ‘guía espiritual’, quiere presentarnos como frikis», resume.

Conversamos con Josep Costa i Albano-Dante Fachín en el Centro Cívico Hace falta Balsach, Sabadell. 22/2/2023 / Mireia Comas
Albano-Dante Fachín, con Josep Costa, en un coloquio. Los dos aparecen en el texto de Lo Confidencial que descubre Adam Glubibski / Mireia Comas

La peculiaridad de este texto es que pone el foco sobre dos extranjeros, «en el sentido de que somos nacidos fuera de Cataluña y del estado español». La lectura que hace Fachín pasa por «la necesidad de justificar su teoría sobre el etnicismo y el racismo del independentismo, un discurso que comparte la izquierda española». «Como según ellos el independentismo es etnicista, no toleran que haya apellidos de origen no catalán, y con los extranjeros es un grado más. No saben cómo afrontarlo e intentan dar la vuelta y presentarnos cómo unos locos que nos hemos dejado engañar», argumenta.

Una «estrategia» que le conviene al Estado español

«No sé si tienen presente que yo, como argentino, nací en una república que se fundó para romper con los Borbones», añade Fachín, que subraya que «para ellos que un argentino ame España es normal pero no admiten que pueda sentirse catalán y ser independentista». «No sé si se la creen, pero esta ridiculización que hacen forma parte de la estrategia del Estado y les conviene«, añade.

Con pillería, añade: «Estoy esperando que descubran que mis padres, argentinos que viven aquí, son socios del Girona, y más después de la goleada al Real Madrid del otro día. Les dará un ataque».

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