El gobierno español, en guerra abierta con los obispos por la defensa de las tesis del Partido Popular que ha hecho el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha enviado una carta corrigiendo la posición de Argüello, quien considera que ha «roto una vez más la neutralidad política de la Iglesia». Lo ha hecho después de que el líder de la curia española pidiera un adelanto electoral en una entrevista esta misma semana en La Vanguardia.
En la misiva que ha enviado al arzobispo de Valladolid, Bolaños le ha reprochado que haya pedido «el fin del actual gobierno español»; una declaración que, a juicio de la mano derecha del jefe del ejecutivo Pedro Sánchez, es «incompatible con un estado aconfesional». «Prefiere relacionarse con el PP y Vox», ha lamentado; instándole a «actuar con respeto hacia la democracia». El mismo Sánchez, cabe decir, también ha pasado al ataque contra la alineación de Argüello con la derecha española. En un mitin en plena campaña electoral para las elecciones en Extremadura, el presidente español se ha enfrentado a las declaraciones del líder de la Conferencia Episcopal; subrayando que «los tiempos de la Iglesia interviniendo en la política se acabaron con el retorno de la democracia», refiriéndose a la connivencia y cooperación de las élites eclesiásticas del Estado con la dictadura franquista.

«Me remito a la Constitución»
En su entrevista en La Vanguardia, Argüello negó cualquier sesgo político contra el gobierno de Sánchez. Según planteaba, la situación parlamentaria «está más bloqueada que en julio, con una legislatura sin presupuestos». Con este callejón sin salida, sostenía que sería necesaria «una cuestión de confianza, una moción de censura o ir a elecciones». Un llamado que no ve políticamente cargado, dado que «se ha remitido a la Constitución y a los mecanismos que prevé». Cabe decir que la relación entre Argüello y el ejecutivo ya era mala por la posición del presidente respecto a Cuelgamuros, a pesar de que se han mantenido los símbolos franquistas y las celebraciones religiosas.
Cabe decir que las demandas del presidente de la Conferencia Episcopal también le han valido críticas desde dentro de la misma curia. El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha alertado que Argüello ha ido «más allá de lo que puede afirmar un arzobispo». «Yo sería muy prudente a la hora de hacer afirmaciones como estas, porque la Iglesia no se puede identificar con una opción política concreta». También ha reclamado que haya distinciones entre la palabra de la institución y la posición «de los diversos pastores».

